Según publica un diario británico, la investigación señala a un extranjero que se encontraba en el Algarve en el momento de la desaparición de la pequeña
23 jun 2019 . Actualizado a las 14:21 h.Puede que por fin se vaya a descubrir la verdad sobre la desaparición de Madeleine McCann. El Mirror inglés adelanta en exclusiva que la policía británica podría estar cerca de resolver el caso después contemplar un nuevo sospechoso, un extranjero que estaba en el Algarve en el momento de la desaparición de la pequeña en el 2007.
Sobre esto, también publicó el rotativo luso Correio da Manha que la policía portuguesa investigará «nuevas pistas» relacionadas con el nuevo «sospechoso». Los agentes portugueses afirman que «están más cerca que nunca de saber lo que le pasó a Madeleine».
En la investigación de este caso colaboran tanto las autoridades británicas como las portuguesas por lo que, ante estos nuevos hallazgos, los oficiales de Gran Bretaña decidieron reunirse recientemente con la Policía Judicial en Oporto para discutir la investigación. Una fuente exclusiva del Mirror comenta que «es todo muy secreto, pero siempre es así si está relacionado con el caso de Madeleine». Además, admitió que «solo la policía sabe quién es el sospechoso».
Por el momento no se ha hecho público tampoco si las autoridades portuguesas encargadas del caso conocen el paradero del sospechoso.
El 3 de mayo del 2007 Madeleine estaba a punto de cumplir cuatro años. Dormía con sus hermanos gemelos, de dos años, sin la vigilancia de ningún adulto, en un apartamento vacacional,de una pequeña urbanización de Praia da Luz, en el Algarve, mientras sus padres Kate y Gerry cenaban en un restaurante próximo, dentro del propio complejo turístico, con su grupo de amigos, a unos 100 metros de distancia.
Desde entonces, numerosas personas aseguraron haber visto a la niña en países como Portugal, España, Marruecos, Grecia y Turquía. La imagen angelical de Maddie, rubia, con ojos claros y una pequeña mancha en el derecho, dio la vuelta al mundo. Sus padres, médicos de profesión y con importantes contactos en el Gobierno británico de aquellos años, fueron declarados sospechosos por el inspector jefe del caso, Gonçalo de Amaral. Por dicho motivo se marcharon a su país y semanas después, la presión se hizo insostenible para el Gobierno luso de José Sócrates debido a las presiones procedentes del Reino Unido, y Amaral fue apartado de la investigación.
Meses después el caso fue archivado por la fiscalía portuguesa, por falta de pruebas y reabierto por Scotland Yard, posteriormente, por la insistencia de los progenitores de la pequeña quienes siempre han defendido que su hija fue raptada por una mafia internacional.