La alimentación y las vacunas acaparan las falsas creencias que deben desmontar los facultativos
17 may 2019 . Actualizado a las 07:39 h.Abandona el tratamiento de la diabetes tipo II y lo sustituye por canela en el desayuno. Deja de tomar las estatinas porque el alpiste en infusión también mejora los niveles de colesterol. No se vacuna porque el año pasado lo hizo y se resfrió. Son situaciones reales que viven los médicos de familia en sus consultas. El doctor Google está cada vez más presente en los centros de salud, y no siempre tiene buenos consejos. La Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG) y el Instituto #SaludsinBulos han elaborado la primera guía contra los bulos en la atención primaria. Y para ello antes realizaron una encuesta entre médicos de esta especialidad para saber qué falsas creencias llegan a las consultas. A la cabeza, sin duda, la alimentación y las vacunas. Y después, los facultativos se enfrentan habitualmente a afirmaciones falsas sobre homeopatía, cáncer, sexualidad, salud mental, dolor, medicamentos y antibióticos.
¿Y quién es la fuente de todos estos bulos? En primer lugar Internet, pero le siguen de cerca conocidos o familiares y las redes sociales. Más lejos figura el wassap, los medios de comunicación o los coaches y profesionales de pseudociencias. El Congreso Nacional de la SEMG, que se celebra en Santiago, acogió la presentación de esta guía, en la que también se preguntó a los médicos qué hacen cuando llega a la consulta un paciente defendiendo alguna de estas extrañas teorías. La mayoría trata de desmontarlo con argumentos científicos; otros recomiendan visitar páginas web acreditadas; o simplemente no hacer caso a los bulos.
Entre las historias que se oyen en las consultas las hay para todos los gustos. Un paciente tenía problemas con las digestiones y se fue al homeópata. Solo con apretarle los dedos este "especialista" descubrió que el problema era la lactosa y el gluten, así que le pasó un cepillo por el cuerpo para limpiar los restos interiores de estas dos sustancias. Otra usuaria dejó de comer alimentos con grasa animal para bajar el colesterol, porque así se lo dijeron sus amigos y una página web. Eso sí, de los zumos azucarados y los productos precocinados nadie le comentó nada, así que el colesterol siguió igual. Otro dejó de comer tomates para reducir el ácido úrico y varios pacientes plantean sus dudas sobre los tratamientos orales «por no ser tan eficaces como los inyectables», algo que no es cierto.
El responsable del Instituto #SalusinBulos, Carlos Mateos, asegura que es muy complicado vigilar y combatir todas las páginas web que existen y que difunden bulos sobre falsas terapias sobre cáncer, vacunas o alimentación. «Es casi inviable que una sola institución pueda acreditar todas las páginas web, hay miles». Otra de las curiosidades es que las personas que más creen en este tipo de bulos suelen tener un mayor nivel de estudios y son activos en redes sociales.
En el estudio presentado en Santiago se hizo un análisis de las conversaciones en Twitter. Se revisaron 10.565 menciones, y los términos más asociados a contenidos negativos fueron virus (VPH y VHC), gripe y cáncer. La efectividad de la vacuna de la gripe, el contagio del VPH y su vacuna o los supuestos beneficios de determinadas dietas son algunas de las referencias más comunes en esta red social.
Las recomendaciones de este documento para los médicos son que prescriban páginas fiables en la consulta; difundan información veraz; orienten al paciente en la consulta; sean un referente en las redes sociales para los usuarios; y que formen parte de la red de expertos #SaludsinBulos.