Un informe de la ONU asegura que la temperatura podría llegar a aumentar hasta nueve grados antes de 2080
14 mar 2019 . Actualizado a las 12:19 h.El calentamiento en el Ártico se reproduce con mucha más intensidad que en el resto del mundo debido al albedo, la cantidad de radiación solar que refleja o absorbe cada superficie. La nieve tiene un albedo muy elevado ya que devuelve al espacio más del noventa por ciento de la radiación que le llega. Pero la emisión de gases de efecto invernadero está dejando cada año más océano al descubierto. El agua actúa absorbiendo la radiación en lugar de reflejarla. Mientras que la temperatura media global ha aumentado un grado desde la Revolución Industrial, la subida alcanza los tres en el polo norte. Y la previsión señala que seguirá calentándose. Según el informe presentado ayer por Nacionaes Unidas, la temperatura en el Ártico podría llegar a aumentar hasta cinco grados antes del 2050 y hasta nueve en 2080. El retroceso del hielo influye de múltiples formas. Despertará al conocido como «gigante dormido», el metano, un gas de efecto invernadero mucho más potente que el CO2 .
Además, el deshielo de los glaciares contribuyen a un tercio del aumento del nivel del mar en todo el mundo. Al ritmo actual, la zona estará libre de hielo durante el verano del 2030 permitiendo que el océano Ártico sea navegable. Esto aumentará las tensiones entre las potencias que quieren adueñarse de los recursos que todavía quedan por explotar en la región y por hacerse con el control de la ruta marítima del noroeste, que conectará Europa con Asia.
Afectará a la acidificación, sobre todo en las especies marinas de la zona, porque el agua fría puede retener más dióxido de carbono disuelto y la fusión del hielo propaga más esa acidez. Desde el comienzo de la Revolución Industrial, el océano del mundo se ha vuelto un treinta por ciento más ácido. Además, lo que pasa en el Ártico tiene repercusiones en otras zonas del mundo, al igual que ocurre con el fenómeno de El Niño. Tal y cómo sugiere un artículo publicado el pasado año en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences, uno de los más famosos de la ciencia climática, la pérdida del hielo alterará el Jet Stream, algo que ya está ocurriendo y de lo que Galicia es testigo. Los meandros de la corriente están generando una meteorología extrema en el hemisferio boreal, tanto de frío en el invierno como de calor en verano. Como ocurrió hace unas semanas, incluso puede provocar que haya temperaturas extremadamente altas en pleno febrero. El pasado mes, por primera vez en la historia, el Reino Unido supero los 21 grados durante el invierno.
Alterará además la corriente termohalina. Si esto ocurre, se va a desencadenar un efecto dominó, empujando a otros mecanismos hasta elevar todavía más la temperatura media, que llegaría hasta los seis grados y transformaría el clima habitable de hoy en uno incompatible con la inmensa mayoría de las formas de vida en el planeta.