El nuevo presidente ejecutivo, de padres gallegos, era hasta ahora consejero delegado de la entidad
26 sep 2018 . Actualizado a las 22:31 h.El relevo natural en el BBVA ya tiene fecha: 31 de diciembre. Será entonces cuando Francisco González dejará la presidencia de uno de los más grandes grupos financieros a nivel global para pasar el testigo a su escudero, Carlos Torres Vila, el consejero delegado que designó en el año 2015. Comparte con él origen, Galicia, y una estrategia común: la conversión del banco en un gran proveedor de servicios no solo financieros. González había advertido hace tiempo que la competencia de la banca no estaba ya en otras sucursales, sino en los operadores de Silicon Valley (Facebook, Google, Apple...), y eligió a Torres Vila, entonces al cargo del negocio digital, para que se encargara de pilotar ese viraje en el banco. Cuando dio ese paso, el de nombrarlo mano derecha, ya se advertía por dónde iría el relevo en la presidencia del BBVA. El consejo de administración lo oficializó ayer «al considerar que es la persona idónea para dar continuidad a la estrategia de transformación del grupo», explicó la entidad. «Estoy muy contento, Carlos va a llevar al BBVA a nuevas cotas de liderazgo bancario mundial», dijo el presidente saliente.
El adiós anticipado -se esperaba para la primera mitad del 2019- del chantadino cierra un ciclo en la banca española de los últimos veinte años, tras los relevos y fusiones en la competencia. González era el último de los banqueros de su generación.
Torres Vila, un directivo formado en Estados Unidos y que llegó al banco hace diez años, asumirá una entidad en pleno camino a esa conversión en un actor global de servicios, que no será solo un agente bancario. Bajo tu tutela -y es previsible que sigue ahondando en esa vía, porque ahora ya tenía amplios poderes- el banco seguirá esa estrategia de llevar todos los servicios al móvil, exprimiendo al máximo los datos de los usuarios para anticiparse a sus movimientos, y convirtiéndose en un proveedor que juegue también al comercio electrónico. «Gracias a la tecnología, podemos ayudar a las personas y a las empresas a tomar mejores decisiones en torno al dinero», dice frecuentemente.
Está por ver si la intensa agenda que le viene por delante a Carlos Torres -se tiene que mover con habilidad entre Turquía, Asia, Estados Unidos y México, donde se concentra el negocio del BBVA- le permite seguir disfrutando de su retiro regular en Tui, donde están sus orígenes familiares. La nota que distribuyó el banco con su biografía era clara: «Nacido en Salamanca en 1966, pero se siente gallego como sus padres». Sus progenitores proceden de dos aldeas de ese concello pontevedrés. Mantiene vivienda en la zona, y es habitual que pase en ella parte de las vacaciones junto a su mujer y sus hijos, dicen quienes le han tratado de cerca.