La oposición critica la actitud del Gobierno en el incendio de Valencia
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El presidente autonómico confía en que las lluvias previstas ayuden a apagar el fuego
11 ago 2018 . Actualizado a las 09:35 h.El PP continuó ayer con su campaña de acoso al Gobierno. La portavoz parlamentaria popular, Dolors Montserrat, instó al Ejecutivo de Sánchez a dejar de hacerse fotos y visitar a los afectados por el incendio que se declaró el lunes en el municipio valenciano de Luchente y que provocó el desalojo preventivo de 2.650 vecinos. En un comentario publicado en su cuenta personal de Twitter, Montserrat se quejaba de que nadie del Gobierno se haya desplazado a la zona para apoyar a las víctimas del fuego, teniendo en cuenta que tres ministros del gabinete de Sánchez proceden de la Comunidad Valenciana: Carmen Montón, José Luis Ábalos y Luis Planas. «Entre sesión y sesión de fotos, Sánchez podría recomendarle a sus ministros que visiten a los que peor lo están pasando», recriminó.
Asimismo, el Grupo Parlamentario Popular en el Senado y el Partido Popular de la Comunidad Valenciana (PPCV) pidieron al Gobierno que declare el terreno dañado por el fuego como «zona afectada por una emergencia de protección», con la intención de que se propongan medidas para la reforestación de la zona. En este sentido, la presidenta del PPCV, Isabel Bonig, exigió que «el Gobierno se reúna cuanto antes para hacer esta declaración y que se agilice la concesión de estas ayudas para aquellas personas que han perdido sus bienes y su casas en este incendio». El PP acusó al Gobierno de haber estado ausente durante el incendio de Luchente por la falta de apoyos, tanto a los servicios de emergencia, como a las víctimas.
Por su parte, el diputado de Ciudadanos Toni Cantó declaró que este incendio «tiene que servir para estudiar qué ha podido fallar y evitar que se vuelva a repetir». Cantó apuntó que «las labores de prevención son siempre necesarias, y, en este caso, pese a la difícil orografía del terreno, ahora sabemos que todo el paraje arrasado no contaba con un plan de protección desde hace más de una década», por lo que añade la necesidad de elaborar un plan de actuación que invierta en «labores de limpieza y desbroce del monte, especialmente tras una temporada de intensas lluvias como la de los últimos meses, así como la instalación de centrales de almacenamiento de biomasa para aprovechar el material de esos desbroces».
Los vecinos de las urbanizaciones afectadas por el incendio, que tuvieron que ser desalojadas a causa de la virulencia de las llamas, pudieron volver a sus casas en la jornada del miércoles. Sin embargo, no pueden quedarse en ellas ante la falta de suministros de luz y agua potable, aunque esperan que se restablezcan en los próximos días.
El incendio quedó estabilizado tras calcinar más de 3.000 hectáreas de seis municipios levantinos. El presidente de la Generalitat valenciana, Ximo Puig, aguarda que la mejora sustancial de las condiciones meteorológicas que se prevé para este fin de semana ayude a controlar las tareas de extinción. Aunque el fuego se encuentre perimetrado, Puig insistió ayer en que «todavía hay que actuar con prudencia porque puede haber cualquier rebote».
En cuanto a las ayudas a los afectados, el presidente valenciano informó que desde el Gobierno central «ya se están evaluando, con ayuda de los ayuntamientos con respecto a las casas, porque va a haber una acción directa de solución habitacional para las personas que han perdido su primera vivienda». Mientras, el Ayuntamiento de Gandía dispuso a las familias afectadas de viviendas y apartamentos en residencias para asegurar un cobijo hasta que la situación se estabilice por completo.