La tormenta perfecta que le viene al PP

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Dividido en busca de líder, en la oposición y con juicios por corrupción pendientes, se enfrenta a un escenario complicado

11 jun 2018 . Actualizado a las 07:16 h.

El PP se enfrenta a una situación muy difícil e inédita tras la marcha de Mariano Rajoy. La pérdida del Gobierno, el escaso poder territorial y los juicios relacionados con la corrupción por venir harán que su nuevo líder, que lo será de la oposición, tenga que moverse en un escenario complicado. 

¿Qué expectativas se abren en el PP tras la marcha de Rajoy?

«Las peores, es el final», responde contundente Jaime Miquel. «Cifuentes-Zaplana-Gürtel situaron la marca PP por encima del umbral del escándalo social y Rajoy debió dimitir, cargando contra Aznar y con la culpa para tratar de dejar la marca a salvo», explica. «Tanto la marca como su clase política están destruidos y en el barómetro de julio del CIS deben venir debajo del 20 % y camino del 15 %», concluye. Santiago Martínez lo ve de forma opuesta y sostiene que, «paradójicamente, son positivas, puesto que su necesaria regeneración ya venía siendo demandada por sus votantes». «Normalmente, cuando un Gobierno deja el poder se produce una etapa de reflexión o de regeneración profunda en la que las diferentes familias tienden a reforzar las corrientes de pensamiento político», afirma el analista Diego Crescente. «En el caso del PP, el cambio exigido no es solamente de líder o de discurso, se trata más bien de un posicionamiento hacia la sociedad en su conjunto y, por supuesto, de tener en cuenta la importancia de los dos lados en los que puede perder su famoso suelo electoral, el PSOE y Ciudadanos», añade. Pablo Simón destaca que el congreso del PP «debería ser casi de refundación, porque las siglas están muy marcadas». Y advierte que una sucesión no controlada puede derivar en una peligrosa «guerra de facciones». 

¿Qué consecuencias puede tener la pérdida del Gobierno y su escaso poder territorial?

«Las circunstancias concretas del partido son peligrosas desde el punto de vista de la supervivencia política», asegura Crescente. «La situación en las autonomías no es nada esperanzadora», señala. «Desde el poder, sea autonómico o nacional, siempre se tiene mayor proyección mediática, y esto será un hándicap para el PP, incluso a la hora de explicar su nuevo proyecto», concluye. «Al PP solo le quedaba poder y continuidad, ya no existían otros factores aglutinantes de esa clase política, ahora desprestigiada por completo», señala Miquel. «No les queda nada más que cierto poder territorial allí donde no se habla engolado y desde arriba al administrado, como en Galicia», añade. «Muchas personas perderán sus cargos, habrá presiones por colocar a muchos dentro de la organización, y territorialmente u orgánicamente el partido no tiene dónde ubicarlos: esto podría propiciar fricciones», afirma Martínez. 

¿Cómo pueden afectar al PP los juicios de los casos de corrupción por venir?

Simón considera que pueden «desgastar» aún más al PP, porque quedan juicios muy importantes, «por lo que su nuevo líder no debe tener ninguna relación con la corrupción». «Será llover sobre un suelo que ya está anegado; la marca era el motor de los votos y está destruida por la conducta de sus dirigentes», señala Miquel. «La cuestión es que ahora llegarán estando en la oposición y con un nuevo líder, por ello el PP necesita una cara que no se asocie con la gestión de los últimos años», afirma Martínez. «Con Soraya Sáenz de Santamaría, y sobre todo con Cospedal, sería difícil», añade. Según Crescente: «Hay que relativizarlos, teniendo en cuenta que el tsunami se ha producido ya: habrá réplicas, pero las consecuencias serán tan devastadoras como las que hemos visto·». 

¿Superará Ciudadanos al PP en el centroderecha?

«La posición ganadora en el lado derecho es de Ciudadanos y la defiende a la perfección con su España Ciudadana, en la raya entre la derecha convencional y la antisistema», afirma Miquel. Simón señala que el primer test son las municipales y autonómicas de mayo del año próximo, en las que «el PP puede resistir porque Ciudadanos tiene menos infraestructura en esos niveles y puede verse perjudicado por una posible subida del PSOE si dura el efecto positivo de su llegada al Gobierno».

«Ciudadanos tiene dos problemas: un presidente socialista que tomará medidas para recuperar los votantes de centroizquierda y que irá perdiendo voto del centroderecha a medida que el PP se vaya regenerando y ese mensaje cale en su electorado». Recuerda que «el PP es una de las maquinarias electorales más grandes de Europa, y tiene una capacidad de movilización electoral sin parangón en España». Crescente opina que el hándicap de Ciudadanos es su «nula implantación en el territorio, a excepción de Cataluña y Madrid; el PP no debería renunciar a la ya de por sí escasa presencia en las autonomías de poder, es más viable hacer política desde ellas, como en Galicia». 

¿Quién debería ser el sucesor?

«Sáenz de Santamaría es lo mismo que Rajoy y tampoco resuelve nada, como si me dicen Casado; quizá Ana Pastor, pero yo, de ser asesor suyo, le diría de no aceptar, lo mismo que a Feijoo», sostiene Miquel. Simón considera que el sucesor debe ser un dirigente «con experiencia de gestión probada y edad mediana, porque más del 40 % del electorado el PP son mayores de 65 años, y situado en el centro». Señala que si los populares hacen una oposición ultramontana «puede ser contraproducente, porque lo escoraría fuera del centro del tablero y daría un relato al Gobierno, que es que tiene buenas iniciativas, pero que un PP intransigente lo bloquea continuamente y no le queda más remedio que convocar elecciones, a las que se presentaría diciendo que podría hacer mucho más si se le da más poder»».