Objetivo de Macron, «engrandecer» Francia

s. c. REDACCIÓN / LA VOZ

ACTUALIDAD

FRANCOIS GUILLOT / POOL

El jefe del Elíseo busca recuperar peso internacional para su país y paliar los problemas domésticos

16 abr 2018 . Actualizado a las 07:30 h.

Emmanuel Macron ha encontrado en la crisis siria una oportunidad para reforzar su figura y la de Francia. A su país quiere devolverle la grandeur, estado al que aspira desde que la hubiese alcanzado con Richelieu y que ahora se vislumbra posible en una UE sin Gran Bretaña y con Alemania remisa a cualquier iniciativa militar. Liderar la política exterior de Europa, que ya se ha visto que no funciona a través de los organismos comunitarios, y superar el dominio germánico, tras trece años de la era Merkel, son dos de los objetivos del presidente francés.

París se convertiría entonces en el puente entre Washington y Moscú, una parada necesaria para el entendimiento entre potencias; un papel que el propio Macron recalcaba en esta crisis al trascender que pocas horas antes del ataque él mismo había hablado por teléfono con Vladimir Putin. Y es que Macron quiere hacer de su país un vigilante de los tratados internacionales, referencia necesaria en el espacio democrático. Enmarcada en este objetivo se entiende la ofensiva diplomática en la ONU, donde hoy presentará una nueva resolución sobre Siria.

Un presidente con poderes

Esto enlaza con las ambiciones personales del político galo, que no son menores. Para el líder de En Marcha es importante cumplir su palabra («Hago lo que digo» es uno de sus lemas), y fueron muchas las veces que advirtió de que el uso de armas químicas era la línea roja que el Elíseo no iba a permitir. Además, le servía para separarse de François Hollande, que hace cinco años, ante la evidencia del uso de armas químicas contra la población en Siria, ordenó un ataque selectivo que se quedó en nada cuando Obama decidió echarse atrás.

Y si Hollande intentaba impregnar de normalidad la vida presidencial, Macron ha decidido que ejercerá todas las potestades que le da el palacio del Elíseo. Por eso no ha llevado el ataque a la Asamblea Nacional y será esta tarde cuando dé cuenta de lo ocurrido, porque no necesitaba hacerlo, ya que el presidente de la República solo tiene que consultar con los diputados una declaración de guerra o una operación militar prolongada.

Siria también le ayuda a pulir su perfil de estadista ante los conflictos domésticos que tiene que combatir. En las calles francesas hay protestas de los estudiantes, por la reforma en el acceso a la universidad, que pasa de ser por sorteo a una selección por parte de los profesores; de los trabajadores en general, ante el anuncio de cambios legislativos en el estatuto que los protege; de los servicios estatales de transporte, es decir, trenes y aviones, por el anunciado despido de empleados; y de los pensionistas, a quienes se les han subido los impuestos.

Macron revela que ha convencido a Trump para que se quede en Siria a largo plazo

París quiere liderar un frente diplomático para rebajar la influencia rusa en la zona

c. porteiro/ p. baelo

Emmanuel Macron, presidente de Francia, mantuvo ayer una entrevista televisada por los principales medios del país en la que dijo que había convencido a Donald Trump de que se quede en Siria: «Hace diez días el presidente Trump decía que Estados Unidos consideraba irse de Siria [...], pero lo convencimos de que es necesario permanecer a largo plazo», declaró. El anuncio lo había hecho Trump en Twitter y el haber sido convencido ahora de lo contrario dará munición a sus críticos sobre su errática forma de gobernar.

Francia, que junto a Gran Bretaña es el país europeo con más intereses en Siria, intenta liderar la ofensiva diplomática para contrarrestar la influencia de Rusia en Siria. Mientras puntualizaba en la televisión sus decisiones -«¿Han oído que hayamos declarado la guerra a Bachar al Asad? No. Esa es la diferencia respecto a Libia o Irak», dijo-, defendía que el papel de Francia es «poder hablar con todo el mundo», por lo que, dijo, tratará de convencer a Rusia y a Turquía de que participen en unas conversaciones para una solución política consensuada.

Hoy tendrá un escenario perfecto para avanzar: los ministros de Exteriores de la UE se reúnen en Luxemburgo y Siria copará todos los debates. Por el momento no hay consenso europeo sobre la extensión y magnitud de las sanciones que podrían poner en riesgo la última ventana de diálogo con Moscú y el acuerdo nuclear con Irán.

Pero Francia apuesta por presionar al Kremlin. El ministro de Relaciones Exteriores francés, Jean-Yves Le Drian, decía ayer en unas declaraciones a Le Journal du Dimanche que Rusia debería ejercer su influencia sobre Siria para poner en marcha un proceso de paz. «Ojalá Rusia haya entendido que tras el bombardeo hay que aunar esfuerzos para poner en marcha un proceso político en el país árabe», dijo Le Drian. Y es que después del ataque llega la diplomacia, y Francia quiere estar en primera línea en ambas.

Alemania pide calma

Pero en Berlín, un día después de que Merkel definiera el operativo aliado como «necesario y razonable», el presidente federal pedía una solución diplomática. «Por primera vez existe el riesgo real de una confrontación directa entre sistemas armamentísticos rusos y estadounidenses en suelo sirio», admitió en una entrevista al Bild am Sonntag Frank-Walter Steinmeier, que insta a Rusia y EE. UU. a impulsar una nueva iniciativa hacia la paz. «Independientemente del presidente Putin, no debemos declarar como enemigo a Rusia en su conjunto y a sus gentes», señaló Steinmeier. «Contrarrestar el peligroso distanciamiento -advirtió Steinmeier en referencia a la crisis por el caso Skripal- es el principal desafío y tarea de una política responsable».