Capriles abandona la MUD tras la decisión de Ramos Allup de permitir la investidura de cuatro gobernadores de la coalición previo juramento ante la Asamblea Constituyente
25 oct 2017 . Actualizado a las 00:00 h.La desconcertante derrota de la oposición venezolana en las elecciones regionales del 15 de octubre ha puesto a la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) en vías de disolución. Uno de sus principales líderes, el exgobernador de Miranda Henrique Capriles, anunció su salida de la MUD señalando que no regresará a ella mientras esté Henry Ramos Allup, secretario general de Acción Democrática (AD), cuyos cuatro gobernadores juraron el cargo el lunes ante la Asamblea Nacional Constituyente (ANC) y generaron un terremoto político.
Capriles, como la mayor parte de la oposición, acusa a Ramos, expresidente del Parlamento el año pasado (a quien también calificó de tumor), de estar detrás de la jugada de la creación de una «oposición leal» a Nicolás Maduro, quien pasó, en menos de cinco meses, de estar arrinconado políticamente, a tener el control total del país, con 18 gobernadores de su partido y otros cuatro que han quedado políticamente anulados.
Tanto, que el mismo día que se juramentaron ante la Asamblea Constituyente (que no es reconocida ni dentro ni fuera del país por haber sido ilegalmente electa), Maduro les puso «protectores de estado» (una figura que no existe en ninguna ley): Son los candidatos del chavismo que perdieron los comicios y que manejarán los recursos y las instituciones regionales.
El quinto ganador opositor de las elecciones del domingo, Juan Pablo Guanipa, que se negó a prestar juramento ante la ANC, fue atacado con gases cuando intentó acercarse al Consejo Legislativo de Zulia, el estado en el que fue electo, para ser proclamado.
Ramos afirmó ayer que AD se desmarcaba de sus gobernadores, los cuales se autoexcluyeron, pero nadie en la oposición parece creer esta versión. Tanto Primero Justicia, partido al que pertenece Capriles, como Voluntad Popular, movimiento creado por Leopoldo López, el principal preso político del país, han roto con AD y con los gobernadores que aceptaron la exigencia de Maduro de prometer lealtad a la Constituyente. La expulsión de Acción Directa de la coalición parece cuestión de horas.
Los gobernadores leales a Allup dieron una rueda de prensa en la que la voz cantante fue Laidy Gómez, la gobernadora de Táchira. Señalaron que «nunca darían la espalda a sus pueblos» y que sus victorias electorales los hacían merecedores de gobernar. Gómez afirmó también que la habían amenazado con «30 años de cárcel» si no juraba ante la ANC.
Julio Borges, presidente de la Asamblea Nacional, anunció que la oposición realizará una gira internacional, mostrando supuestas pruebas del fraude electoral perpetrado el 15 de octubre. Señala inconsistencias que alcanzan a 1,6 millones de los cerca de 11 millones de electores que participaron en esos comicios.
La comunidad internacional tardó en reaccionar a la implosión de la coalición, a la que apoya sin restricciones, y observa el panorama político con creciente cautela. El presidente colombiano, Juan Manuel Santos, señaló tras la toma de posesión de los gobernadores ante la ANC, que esa escena fue «la máxima muestra de abuso de poder».
La ruptura de los opositores supone una victoria política para Nicolás Maduro que le concede un balón de aire en medio de la extremadamente grave crisis del país, que esta semana debe pagar cerca de 1.000 millones de dólares para los que no tiene recursos, que ha visto como el bolívar ha perdido más del 50 % de su valor en las últimas dos semanas y cuya inflación, por primera vez en la historia, superó el 51 % solamente en septiembre, para un dato interanual del 619 %, según datos del sector privado.