En un duro discurso, reclama a los poderes de la nación que restauren el Estado de derecho frente a quienes incumplen la Constitución y el Estatuto «de manera reiterada, consciente y deliberada»
04 oct 2017 . Actualizado a las 18:57 h.«Ante esta situación de extrema gravedad, que requiere el firme compromiso de todos con los intereses generales, es responsabilidad de los legítimos poderes del Estado asegurar el orden constitucional y el normal funcionamiento de las instituciones, la vigencia del Estado de derecho y el autogobierno de Cataluña, basado en la Constitución y en su Estatuto de Autonomía».
El rey Felipe VI hizo ayer una firme llamada a restaurar el orden en Cataluña frente a las autoridades que «han vulnerado de manera sistemática las normas aprobadas legal y legítimamente», demostrando «una deslealtad inadmisible hacia «los poderes del Estado, al que representan en Cataluña».
Apoyo a todos los catalanes
En un discurso duro y sin concesión alguna a quienes, según dijo, han «quebrantado los principios democráticos de todo Estado de derecho y han socavado la armonía y la convivencia en la propia sociedad catalana», el monarca se refirió en tono grave a «los hechos que se han ido produciendo en Cataluña, con la pretensión final de la Generalitat de que sea proclamada -ilegalmente- la independencia». Frente a ello, hizo una llamada a la «tranquilidad», la «confianza» y la «esperanza» de los españoles y de «todos» los catalanes, pero muy especialmente de aquellos ciudadanos de Cataluña que ven con «preocupación e inquietud» la conducta de sus autoridades autonómicas, a los que dio la «garantía absoluta del Estado de derecho en defensa de su libertad y sus derechos» y les aseguró que «no están solos, ni lo estarán», porque «tienen todo el apoyo y la solidaridad del resto de los españoles».
El jefe del Estado cargó directamente contra las autoridades de Cataluña que «desde hace ya tiempo» y «de una manera reiterada, consciente y deliberada, han venido incumpliendo la Constitución y su Estatuto de Autonomía, que es la ley que reconoce, protege y ampara sus instituciones históricas y su autogobierno». Todo ese proceso ha desembocado, dijo, en la actual situación en Cataluña, que no es otra cosa que «la culminación de un inaceptable intento de apropiación de las instituciones históricas» por parte de los que «de una manera clara y rotunda se han situado totalmente al margen del derecho y de la democracia».
«Momentos muy graves»
Pese a la firmeza y determinación de su mensaje, el monarca no ocultó que los españoles están viviendo «momentos muy graves para nuestra vida democrática». Cargó exclusivamente sobre quienes han violentado la Constitución la responsabilidad de haber provocado la fractura y el enfrentamiento en Cataluña y de haber «socavado la armonía y la convivencia en la propia sociedad catalana, llegando -desgraciadamente- a dividirla». El otro eje de su discurso fue la férrea defensa de la unidad de España. Los que han violado el Estado de derecho, según dijo, no solo «han menospreciado los afectos y los sentimientos de solidaridad que han unido y unirán al conjunto de los españoles», sino que con su «conducta irresponsable incluso pueden poner en riesgo la estabilidad económica y social de Cataluña y de toda España».
Recordó que en España «desde hace décadas vivimos en un Estado democrático que ofrece las vías constitucionales para que cualquier persona pueda defender sus ideas dentro del respeto a la ley» y advirtió que «sin ese respeto no hay convivencia democrática posible en paz y libertad, ni en Cataluña, ni en el resto de España, ni en ningún lugar del mundo». Pese a admitir la gravedad de la situación, lanzó un mensaje optimista sobre el futuro. «Son momentos difíciles, pero los superaremos. Son momentos muy complejos, pero saldremos adelante», señaló el monarca, porque «creemos en nuestro país y nos sentimos orgullosos de lo que somos» y porque «nuestros principios democráticos son fuertes, son sólidos».
Compromiso democrático
El discurso del Rey, y las difíciles circunstancias en las que se produjo, trajeron a la memoria el pronunciado por su padre, el rey Juan Carlos, en la madrugada del 24 de febrero de 1981, cuando el coronel Tejero mantenía secuestrado, al frente de un grupo de guardias civiles, a todo el Parlamento, y que fue clave para abortar aquel golpe de Estado. Como hizo entonces el rey emérito, Felipe VI concluyó su discurso expresando «el firme compromiso de la Corona con la Constitución y con la democracia» y su entrega personal «al entendimiento y la concordia entre españoles», y también su «compromiso como Rey con la unidad y la permanencia de España».
Audiencia del discurso
Según los datos hechos públicos por la consultora Barlovento, el mensaje del Rey tuvo una audiencia de 12.421.000 espectadores y un 76,7% de cuota de pantalla. El discurso fue emitido por varias cadenas. Telecinco fue la que congregó con 2.637.000 espectadores y el 17,0%.
La1, 2.608.000 (16,8%)
LaSexta, 2.116.000 (13,5%)
Antena3, 1.724.000 (11%)
TV3, 918.000 (28,3%) en Cataluña.