Por qué niños, por qué un concierto

Juan Carlos Martínez REDACCIÓN / LA VOZ

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La masacre muestra más sangre fría por parte de los terroristas y mayor planificación que en otros atentados

24 may 2017 . Actualizado a las 07:01 h.

El atentado de Mánchester, según expertos policiales británicos y analistas del yihadismo, presenta características distintivas al compararlo con los últimos cometidos en Europa, lo que les permite concluir que se ha dado un salto cualitativo, sobre todo en dos aspectos: el objetivo elegido (adolescentes y niños) y el plan para llevar a cabo la masacre.

¿Un plan meditado?

Expertos policiales británicos como Chris Phillips, antiguo director de la oficina antiterrorista del Reino Unido, señalaron que el atentado del Manchester Arena ha evidenciado mucho esfuerzo de planificación, un escalón por encima de la que se vio en anteriores acciones sufridas en Europa. «Es un ataque con un estilo mucho más profesional», dijo Phillips a la BBC. A falta de conocer la composición del artefacto explosivo, lo cierto es que en este crimen no ha habido el nerviosismo y los gritos de otros. El terrorista esperó al momento de la salida del espectáculo y el lugar donde los jóvenes se agolpaban para producir el mayor número posible de víctimas.

¿Por qué asesinar a adolescentes y niños?

La propaganda de la yihad viene usando a los niños como uno de los puntos fuertes de su argumentación victimista. Ya en el 2001, Osama Bin Laden recalcaba en un vídeo que un millón de niños inocentes habían muerto en Irak a causa de la intervención occidental. El autodenominado Estado Islámico, a pesar de las barbaridades que ha venido cometiendo con los niños en las ciudades que invadieron en Siria e Irak, está intensificando en los últimos meses sus proclamas sobre las muertes infantiles a causa de los bombardeos de Rusia y de la coalición occidental. Siguiendo las amenazas del líder del EI, Abu Bakr al Bagdadi, el ataque al concierto de Mánchester sería «darles en donde más les duela» y devolver los golpes por las muertes de sus niños.

¿Por qué un local de espectáculos?

En el comunicado en el que presuntamente el EI se adjudica la masacre, se habla de «la desvergonzada sala de conciertos». Las muertes en ese entorno vendrían a reforzar la imagen de depravación con que los extremistas quieren pintar las diversiones occidentales. Daqib, la revista que actúa como órgano del Estado Islámico, publicó hace unos meses un manifiesto en el que exponía seis razones por las que odiar a los occidentales. La primera de ellas, «porque son no creyentes», e «indulgentes con todo tipo de prácticas diabólicas». La segunda, «porque son liberales» y, por tanto «permiten cosas que Alá ha prohibido». Al contrario que los talibanes, los radicales del EI no prohíben la música, pero la han dejado reducida a los himnos tradicionales con letras que ensalzan la yihad. El baile es una de las prácticas que más los escandalizan, junto con la mezcla de personas de uno y otro sexo para divertirse. 

¿Especialmente contra niñas y mujeres?

Si es cierto que se ha planificado concienzudamente la masacre, habrá que investigar si se escogió un espectáculo dirigido especialmente a niñas y a adolescentes de sexo femenino, para castigar su libertad y dar ejemplo a las mujeres propias. Los yihadistas del EI han reducido la educación de las niñas a los conocimientos útiles para servir a sus maridos y a sus hijos, junto con el estudio de la sharia o ley islámica. El que las niñas se eduquen y se diviertan en pie de igualdad con sus coetáneos varones les parece una contradicción especialmente odiosa para su ideología belicosa, autoritaria y machista.