Juan José Padilla sigue hospitalizado y evoluciona favorablemente tras la brutal cornada de un toro
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El jerezano resultó herido cuando pasaba de muleta al toro que, en un descuido, le prendió por la ingle para después voltearle y zarandearle aparatosamente
13 mar 2017 . Actualizado a las 10:50 h.El diestro jerezano Juan José Padilla permanece en el Hospital Casa de la Salud de Valencia, donde ingresó ayer tras sufrir dos cornadas de pronóstico grave, y presenta una «evolución favorable», según han informado fuentes del centro sanitario.
Padilla «no tiene fiebre, ha dormido durante toda la noche y está controlado», según las fuentes, que han señalado que el diestro podría estar tres días hospitalizado.
El torero, que está «animado», ha expresado su deseo de trasladarse luego a Jerez e incluso de no cancelar la corrida que tiene prevista en Castellón para las fiestas de La Magdalena, añaden las fuentes.
Padilla sufrió sendas cornada en el muslo derecho y en la región pectoral durante la corrida celebrada ayer en la feria de Fallas, y tras ser intervenido en la enfermería de la plaza de toros de Valencia fue trasladado al hospital.
El diestro sufrió una «cornada en la cara anterior externa del muslo derecho, con dos trayectorias: una transversa de unos quince centímetros, que perfora y sale por la cara externa del muslo, y otra ascendente de unos 20 centímetros, que discurre entre los músculos sartorio y recto anterior, lesionando fibras longitudinales del sartorio y dejando íntegra la fascia lata».
También fue intervenido de otra cornada en la región torácica izquierda, «que diseca el pectoral mayor sin lesionarlo, de unos 15 centímetros de longitud, y que llega hasta la región axilar».
El diestro jerezano resultó herido cuando pasaba de muleta al cuarto toro de la corrida, de la divisa de Fuente Ymbro, que, en un descuido, le prendió por la ingle para después voltearle y zarandearle aparatosamente.
Tras recuperarse momentáneamente, y con un torniquete que contenía le hemorragia en el muslo, Padilla volvió a enfrentarse al astado para darle muerte y cortarle finalmente una oreja que paseó camino de la enfermería.