La serie, que aún no tiene fecha de estreno, muestra una sociedad que obligaba a las mujeres a vivir a la sombra de los hombres y que tildaba a aquellas que se rebelaban de «locas, descerebradas e indecentes»
05 sep 2016 . Actualizado a las 19:51 h.Televisión Española viajará en su nueva apuesta de ficción, La sonata del silencio, hasta el Madrid de los años 40, una sociedad machista que obligaba a las mujeres a vivir a la sombra de los hombres y que tildaba a aquellas que se rebelaban de «locas, descerebradas e indecentes».
En este contexto, Marta Etura interpreta a una mujer (Marta) que se ve obligada a trabajar para sacar adelante a su hija (Claudia Traisac) cuando cae enfermo su marido (Daniel Grao), que vive la situación como «una humillación».
Marta se enfrentará también a las murmuraciones de su entorno, que impone a las mujeres unas normas sociales y morales muy severas y también deberá superar los celos de Rafael (Eduardo Noriega), el mejor amigo de su marido pero enamorado en secreto de ella.
Con estos mimbres, La sonata del silencio, basada en la novela homónima de Paloma Sánchez-Garnica, construye una historia «atrevida» que «no solo es un melodrama, ni una serie de época», sino que cuenta «la vida de una escalera de vecinos en los año 40 y tiene muchas tramas: amor, envidias, celos, pasiones...»
De esta manera ha resumido el director de ficción de TVE, Fernando López Puig, el argumento de esta serie cerrada de 9 capítulos y aún sin fecha de estreno, que «reivindica a la mujer».
La sonata del silencio, cuyo primer capítulo se estrenará este lunes en la jornada inaugural del VIII Festival de Televisión de Vitoria (FesTVal) es una «serie de alta producción» en la que se ha cuidado la puesta en escena y se ha trabajado en 150 decorados naturales, según ha destacado su director Iñaki Peñafiel. De hecho, el Madrid de los años 40 se convertirá en un personaje más de la historia y de la misma manera la música (la protagonista aparcó su sueño de ser pianista para casarse y ser madre) es otro de los motores de la narración, en la que se entremezclan conocidas piezas clásicas con composiciones de creación propia.
La autora de la novela ha reconocido que ceder los derechos de la historia le supuso «un salto de fe», pero ha asegurado estar «encantada con el resultado porque los personas y sus historias están» en la serie.
Marta Etura ha encontrado en su tocaya «uno de los personajes más interesantes» de su carrera, que además le ha permito narrar cómo las mujeres de la época eran relegadas por un «machismo que destruía la vida tanto de las mujeres como de los hombres». Esa concepción machista de la familia, con el hombre encargado de su manutención, es precisamente una de las claves que marcan «el descenso a los infiernos» del marido de Marta (Daniel Grao), que se siente «humillado» por no ser capaz de traer dinero a casa. De esa «ira» nace una violencia que llevará al público a «odiar al personaje», aunque el actor que le da vida ha «intentado comprenderlo», ha asegurado Grao.
Víctima también de las rígidas normas sociales, basadas en «el qué dirán», aparece Rafael, cuyo alma máter (Eduardo Noriega) lo define como el cabeza de «una familia impecable de puertas afuera» que se muestra «perfecto de cara a la galería», pero que vive «atrapado por su pasado» y «atormentado» por el amor que no pudo tener. Su mujer, interpretada por Lucía Jiménez, representa «el ala conservadora de la época» y opta por no enfrentarse al machismo, sino a «asumirlo» y pensar que sólo las «locas, descerebradas e indecentes» pueden plantarle cara. A pesar de ello, es una mujer que sufre «mucho dolor porque vive en una comparación continua que le hace muy infeliz», ha desvelado la actriz.
El elenco de La sonata del silencio, producida en colaboración con José Frade PC, se completa con Fran Perea como Mauricio, un tipo «al que hay poco que perdonarle» y que pretende a Elena (Claudia Traisac), la hija de la protagonista, un alma «llena de luz y bondad que se ve aplastada por el machismo y la realidad de la época», según han desvelado ambos.