Las dudas sobre su rentabilidad lastran al sector, que pierde en bolsa pese a superar los test de estrés
04 ago 2016 . Actualizado a las 07:32 h.No es un problema de solvencia, sino de rentabilidad. Eso es lo que los expertos coinciden en señalar como el gran responsable de la sangría que está encajando el sector financiero español -aunque la situación trasciende nuestras fronteras y se extiende a toda Europa- tras publicarse los resultados de los test de estrés. La banca cayó hasta un 10 % entre el lunes y el martes y solo el miércoles algunas entidades (BBVA, Caixabank, Bankia y Popular) lograron volver tímidamente al verde en el parqué madrileño, donde el Ibex perdió en dos sesiones la mitad de lo ganado en julio.
¿Por qué los inversores no quieren bancos en sus carteras? ¿A qué responde su miedo? «El sector financiero español es solvente. El problema no es que la gente piense lo contrario, sino que dudan de si los bancos van a tener dificultades para alcanzar una rentabilidad que cubra el coste de sus recursos propios», resume Rafael Hurtado, profesor del Colegio Universitario de Estudios Financieros (Cunef), que subraya que «los test de estrés del viernes solo pusieron de manifiesto lo que ya se sabía, los problemas de Italia, pero no creo que sean los responsables del desplome bursátil posterior».
Nuria Álvarez, analista de banca de Renta 4, comparte el diagnóstico y abunda en la respuesta a por qué los bancos están siendo tan castigados en los mercados, aduciendo «un conjunto de factores». Entre ellos están, además de la volatilidad propia de agosto -un mes en el que caen los volúmenes y se intensifican tanto las caídas como las subidas de los valores-, la «incertidumbre a nivel de crecimiento económico global, que no se disipa, y la salida del Reino Unido de la UE tampoco ayuda, porque es dificilísimo cuantificar cuál será su impacto económico y cómo se producirá».
Pero Álvarez es tajante al asegurar que lo que más pesa es «la incertidumbre sobre el negocio bancario: baja rentabilidad y un entorno de tipos bajos que se está cronificando y que -dice- cada vez hace más daño». «Igual tu estructura de balance, de generación de ingresos, es capaz de aguantar unas rentabilidades cayendo un año, dos, tres... pero ¿cinco? ¿Van a aguantar? Esa es la pregunta. La visibilidad es nula».
Moody’s rebaja la calificación
De hecho, el miércoles la agencia de calificación Moody’s rebajó la perspectiva para la banca española de «positiva» a «estable», justificándolo precisamente en los «retos crecientes para su rentabilidad».
Pese a destacar en su informe sobre la solvencia de la banca española para el próximo año y medio que el buen comportamiento de la economía del país -aunque advierte de que el crecimiento es «más cíclico que estructural», por lo que espera que se «debilite»- está ayudando a que las entidades financieras mejoren la calidad de sus activos, «la rentabilidad del sistema se enfrenta a retos crecientes debido a los tipos de interés persistentemente bajos y al desapalancamiento, factores que están erosionando la capacidad de generar ingresos», destaca Alberto Postigo, analista sénior de la firma de rating.
Juan Luis García Alejo, director de Análisis y Producto de Andbank, subraya el problema de los tipos negativos. «Cuantos más problemas tenga la UE con sus expectativas de crecimiento -el brexit lo empeora- mayor es la sensación de que Draghi mantendrá los tipos bajos más tiempo y, en consecuencia, que los bancos van a tener rentabilidades más bajas a largo plazo. Y eso es lo que ahora le está pesando al sector», apunta.
Para este experto, la banca tiene un triple reto, ya que junto con los bajos tipos, «que están dañando la línea fundamental de apoyo de la banca, que es el margen de intermediación», están la mayor carga regulatoria y la transformación digital.