La Voz de Asturias

Asturias, siglo XXI

La Voz de los Asturianos

Fermín Rodríguez y Rafael Menéndez Geógrafos, catedráticos e investigadores del CeCodet de la Universidad de Oviedo

14 Nov 2017. Actualizado a las 20:00 h.

Asturias es una isla montañosa. Rasgos sobresalientes son su metropolitanización, litoralización y desvitalización interior. En la costa reside el 46 % de la población, otro tanto en el área metropolitana interior y en el resto, el 9 %. Asturias es un mosaico cuyos fragmentos se mueven a distinto ritmo, muchos con tendencia desvitalizante. Los metropolitanos presentan densidades de más de 1.000 hab/km, 120 habs/km el tejido urbano circundante, 50 hab/km en la franja costera y menos de 15 hab/km en el interior, donde está apareciendo una nueva categoría de concejos, los de clímax natural, «los sin villa», por ahora 13 . En ellos el crecimiento vegetativo es muy negativo (entre -15 y -23 %).

En lo que va de siglo solo algunos concejos metropolitanos, otros costeros y unos pocos del interior oriental manifiestan un comportamiento positivo. El saldo migratorio es negativo desde 2012. Los movimientos internos siguen incentivando la concentración metropolitana. La tasa de natalidad es baja (7,12 %), presionada por el envejecimiento y la menor fecundidad de España. La de mortalidad (12,3 %) es más alta que la española y en 60 concejos supera el 20%. El crecimiento vegetativo en 2012 fue negativo (-5,16 %), y alejado de la media española (1,12 %). Todo es síntoma de un gran problema para la región, el de contener una sociedad de viejos (índice de vejez 2,11; en España 1,08).

Evolución positiva

Pero no todo es negativo. Existen las villas, que tienen un papel fundamental en el sistema territorial por su contribución a la ocupación dinámica de la montaña. Las enclavadas en el territorio sin reestructurar experimentan las debilidades del mismo. Las cercanas al mundo metropolitano tienen una dimensión notable y mejores tendencias. Otras han sido impulsadas y son vectores de la reestructuración territorial, mediante el turismo, la atracción residencial, la mejora de los equipamientos, los servicios públicos y el desarrollo urbano. Amplias áreas de la Asturias más montañosa son manejadas por una escasa población, cuyas perspectivas demográficas constituyen el problema. Ellas no pueden unir su destino en exclusiva a lo agrario. La evolución positiva de la comarca oriental parece demostrarlo. Nuevos modelos de actividad deben sustituir al agrario tradicional hiper-enérgetico para estabilizar la ocupación del territorio. En el occidente hay diferencias entre la franja costera y el extenso y arrugado interior, el más enclavado de la región y quizás de España. Sería conveniente hacer de ello virtud.

En 1981 el censo de población registraba 1.129.000 habitantes. Hoy el padrón da 1.040.681. La mengua viene de 1986 y el saldo migratorio negativo de 2012. La tendencia desvitalizante afecta a la actividad económica, con ritmos de crecimiento menores que los nacionales y una población activa más reducida (52,1% en Asturias, 59,41% en España) aunque la ocupada ha aumentado en los dos últimos años hasta los 381.500 efectivos. La tasa de paro está próxima a la media española (19,3 % vs. 20 %). Asturias se ha convertido en miembro envejecido de la comunidad nacional. Club compartido con los vecinos del noroeste ibérico, que queda en el ángulo muerto del retrovisor por el que miran las regiones que van lanzadas, razón por lo que no se nos ve. Por otro lado el enclavamiento es propiedad insular, y determina la forma de estar y entender el mundo.

Entre pujos se fue alumbrando una nueva Asturias reestructurada y estabilizada, en la que es clave y activo motor la heredera del antiguo distrito industrial, que hoy adopta la forma de ciudad metropolitana, Ciudad Astur, individuo significativo entre los de su clase y cuyo interior ampara distintos sistemas territoriales que inteligentemente hay que armonizar y que son los contenedores de una parte muy significativa de la competitividad regional. Son: «la mancuerna industrial», que concentra la gran industria entre Avilés y Gijón, además de los dos grandes puertos. Poderoso y singular eje que se extiende a los concejos intermedios y cuya remodelación permitirá la conexión con «el óvalo logístico», pieza fundamental para el paso de distrito industrial de ciudades especializadas a un área metropolitana. Su desafío es la integración con la mancuerna industrial reestructurada (ZALIA), el replanteo del ferrocarril (en su interior y en la conexión Avilés-Aeropuerto), su reordenación interna y el redesarrollo de los viales de carretera con una óptica metropolitana y no como ejes de saturación al paso por un nudo. «El creciente residencial» agrupa a las parroquias que concentran la población entre Santa Eulalia de Morcín y Quintueles. La geografía pesa y es vengativa. Hay que construir a su favor, con modelos propios, por ejemplo reocupando las laderas medias, que ahora despreciamos. Lo que está especialmente claro en «las ciudades lineales muy mineras en reestructuración», Caudal y Nalón, en las que sus estrechas vegas acogen, además de sus inquilinos tradicionales, los ríos, a los grandes ejes de saturación de interés general del Estado, a las villas y núcleos de población, a los equipamientos públicos, a los polígonos industriales, a las ruinas del pasado fabril, a los viales regionales y locales, y todo ello amontonado por décadas de uso, en las que, además, el territorio funcionaba como un próspero taller sobre-energético de servicio nacional. «Los flancos del AMA», son los sectores grises. Es el frente de la ciudad. La ciudad que se para muere, pero eso no quiere decir que avance desparramada, conviene ordenarla. La reestructuración ha dejado un tejido industrioso de proyección global muy concentrado, buenos servicios amenazados por la parte oscura de la demografía, y una distribución de la población que ofrece oportunidades al contener una ciudad importante. Sobre esta base se incorpora una tradición de conocimiento encarnada en una universidad media y territorializada que puede y quiere convertirse en vecino solidario, ayudando a ampliar las capacidades del sistema y co-proyectar el futuro, participando en programas interregionales, buscando la excelencia, amparando liderazgos científicos, alineando voluntades hacia visiones de futuro ampliamente compartidas, y contribuyendo a generar una narrativa regional actualizada sobre hitos patrimoniales atractivos.


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