Carmen Lomana viraliza su bucólica boda en Asturias
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Se casó en Llanes en 1974, «rodeados de montaña y mar»
15 Feb 2023. Actualizado a las 15:42 h.
Carmen Lomana recordaba este 14 de febrero, día de los enamorados, su emotiva boda en Llanes con el diseñador industrial chileno, Guillermo Capdevila a través de una publicación de Instagram. El 13 de diciembre de 1974, Lomana con 22 años y Capdevila con 23, celebraron su boda en la iglesia románica de Llanes tras conocerse en un club de jazz en Chelsea, Londres.
Carmen Lomana conoció al que sería su marido en el barrio londinense, según ha declarado la colaboradora de televisión a la revista Vanitatis, y «fue un flechazo instantáneo». Tan solo seis meses después de conocerse, Capdevila le propuso matrimonio aunque Lomana confiesa que no era una idea que rondara su cabeza. «Era una chica muy libre, muy independiente, creo que esa fue una de las cosas que a mi marido le encantaron de mí, pero él me insistió mucho», pero no dudó en decir que sí, a pesar de las dudas de sus padres y hermanos quienes creían que se estaba precipitando.
La boda tuvo lugar en Llanes ya que, según cuenta a la revista, «la familia de mi madre es leonesa-asturiana y siempre fue un sitio con un significado sentimental especial para mí; allí pasé mis veranos juveniles, tuve mis primeros amores... Así que lo primero que hice fue llamar al párroco de Llanes, que en aquel momento era don Gil, para reservar el 13 de diciembre, día de Santa Lucía, porque el 13 es mi número fetiche, y al hotel San Ángel, para encargar el menú de la cena por teléfono y un grupo para tocar porque, como digo siempre, una boda en la que no hay música no es boda ni es nada. Mis padres decían: Pero ¿cómo ha conseguido esta mujer organizarlo todo en tan poco tiempo?»
En aquel entonces la pareja aún vivía en Inglaterra. Días antes de la ceremonia viajaron a España, concretamente aterrizaron en San Sebastián. La mañana del 13 de diciembre, junto a la madre de Lomana, pusieron rumbo por carretera hasta Llanes. «Como la boda era a las cinco de la tarde, ese mismo día fuimos con nuestros amigos a almorzar una fabada al restaurante Casa Canene muertos de risa, pues yo iba con los rulos en la cabeza… Lo único que nos importaba era estar juntos y nos sentíamos absolutamente felices», recuerda.
La costa bañada por el mar Cantábrico, la sierra del Cuera nevada y las murallas medievales que rodeaban el lugar hicieron aún más especial aquel día de la boda que la propia Lomana define como «poco convencional pero muy cercana, muy familiar, muy de verdad». La iglesia estaba decorada por una larga alfombra roja y un pasillo interior adornado por flores blancas. Un día en el que además confiesa que «tanto Guillermo como yo nos mantuvimos relajados y serenos durante toda la ceremonia. Solo hubo un momento, justo cuando entré en la iglesia del brazo de mi hermano Carlos, que actuó como padrino, y vi a Guillermo esperándome en el altar en el que me emocioné de verdad».
Tras la boda, la pareja se hospedó en el hotel Montemar junto a la mayoría de invitados con quienes brindaron con sidra hasta bien entrada la madrugada. «Al día siguiente, y a bordo del Mini Cooper de mi madre, comenzamos nuestro viaje en Oviedo y como yo quería mostrarle a Guillermo la ruta de Castilla, continuamos viaje por León, Zamora, Ávila, donde, por cierto, nos pilló una nevada descomunal, y después, Madrid. Para rematar con unos días de mar en Jávea. Fue maravilloso», recuerda la colaboradora.
El vestido que llevó la novia, de estilo victoriano, con un cinturón de seda y varias capas de tul, fue creado en Knightsbridge por la diseñadora inglesa Marisa Martín. En cuanto a los accesorios, Lomana eligió unos pendientes de brillantes, que habían portado todas las novias de su familia materna y optó por un recogido en el pelo adornado con un broche antiguo.
Carmen Lomana y Guillermo Capdevila estuvieron casados hasta 1999, momento en el que el diseñador industrial falleció a causa de un accidente de tráfico. Veinticinco años después Lomana confiesa que sigue siendo el amor de su vida. Así lo demostró el pasado 14 de febrero recordaba su amor a través de Instagram con varias fotografías de su boda acompañadas de un emotivo texto: «Hoy me apetece por el día de los enamorados poner estas fotos de dos pipiolos que se adoraban el día de su boda. Estamos más contentos que unas pascuas. Fue un 13 de diciembre. Santa Lucía en Llanes Asturias rodeados de montaña y mar. Bodas por amor».