«Meter a los animales como maletas y como bultos en los medios de transporte se tiene que acabar»
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La abogada y activista Nuria Menéndez de Llano repasa los cambios en el derecho animal de España y critica que en Asturias no se invierta «ni un euro en campañas para que se esterilice, desparasite o no se abandone»
01 Jul 2018. Actualizado a las 05:00 h.
La abogada y activista Nuria Menéndez de Llano es directora del Observatorio Justicia y Defensa Animal, la entidad que inició una campaña nacional en 2015 para que el ordenamiento jurídico de España deje de considerar cosas a los animales. Con todo lo que ello implica ya que, una vez que entre en vigor esta reforma, modifica artículos relativos a los animales en el Código Civil, la Ley de Enjuiciamiento Civil y la Ley Hipotecaria. Miembro e impulsora de la Comisión de Derecho Animal del Colegio de Abogados de Oviedo, Menéndez de Llano repasa en esta entrevista las consecuencias de los cambios jurídicos que ya se han producido y que están por llegar a nivel nacional. Como defensora de los animales, tiene muy claro que es necesaria una cultura general de civismo y cumplimiento de las normas también por parte de quienes tienen animales de compañía para seguir avanzando en el reconocimiento del derecho animal.
-El Congreso de los Diputados aprobaba por unanimidad el pasado diciembre iniciar la tramitación de esta importante reforma que permitirá que el ordenamiento jurídico español empiece a considerar a los animales como seres vivos sintientes. ¿En qué situación se encuentra?
-La tramitación está en el tercio final, dentro de la Comisión de Justicia del Congreso de los Diputados y pendiente de un informe sobre las 115 enmiendas que fueron presentadas para llegar a un acuerdo y ver cuáles se aceptan. Ese documento, una vez que se vote en la comisión, pasará al Senado y ya quedará aprobado. La tramitación va lenta, pero se espera que quede resuelta después del verano.
-El Observatorio de Justicia y Defensa Animal también presentó sugerencias al documento de la reforma.
-Aunque lo apoyamos y creemos que es positivo, consideramos que es mejorable. Presentamos varias enmiendas pero sobre todo técnicas y relativas a cuestiones que creíamos que eran necesarias simplemente para mejorar algunas expresiones que podían dar lugar a confusión. Nuestra obsesión, una vez que se consiguió poner el debate sobre el derecho animal sobre la mesa, siempre ha sido que se proteja desde las normas civiles al máximo de animales posible porque hubo un intento de que solo fuera para animales de compañía pero conseguimos que se ampliara a todos. Es cierto que existen normas específicas que van a seguir siendo solo para animales de compañía, pero tienen su lógica por referirse a casos de divorcio en los que el juez tendrá que establecer un régimen de visitas que no tiene sentido con animales salvajes o de granja. Por primera vez en España se va a reconocer legalmente la sintiencia (facultad de sentir) y animal y estamos contentos con el texto de la reforma. Además, lo esencial de las enmiendas presentadas por todos los grupos parlamentarios van en la misma línea y el resultado va a ser uno de los textos más avanzados de Europa e incluso del mundo en derecho animal.
-Una vez que la reforma entre en vigor, será la base legal para cambiar situaciones en las que hoy no se tiene en cuenta precisamente esa capacidad de sentir de los animales. O incluso la de sus propietarios. Un ejemplo son los casos en los que personas mayores, mujeres maltratadas o personas sin hogar, que necesitan acceder a dependencias de la Administración, tienen que abandonar por fuerza a sus mascotas para ser admitidos. ¿Cómo podría aplicarse esta reforma a estas situaciones?
-Normalmente son casos municipales, porque la mayoría están circunscritos por competencias a Asuntos Sociales y suelen venir de parte de los ayuntamientos. Cuando se excluye de esta manera haces un daño tanto al animal como a la persona, porque no hay que olvidar que se trata de situaciones de vulnerabilidad no solo para el animal sino para personas que evidentemente tienen que ser amparadas. Una de las implicaciones legales importantes que va a tener el hecho de que a los animales se les reconozca como seres vivos en lugar de cosas y que se tengan en cuenta sus intereses es que va a quedar regulado y será de obligado cumplimiento, no solo para los jueces sino para todos. Van a tener que cambiar muchas situaciones y no van a poder seguir amparándose en que los animales son cosas.
-Otra situación en la que tampoco se tiene en cuenta que el animal no es una cosa se da en los transportes colectivos.
-Meter a los animales como maletas y como bultos se tiene que acabar. La reforma no va ser la panacea, pero efectivamente es una base sin la que no podemos seguir dando pasos. De un día para otro no se van a cambiar situaciones que se dan ahora, pero ese reconocimiento nos permitirá poder, llegado el caso, pleitear, pedir indemnizaciones y conseguir que se obligue a las empresas a que mejoren las condiciones de transporte. Sin esta base, no podríamos hacer nada.
-En febrero, entraba en vigor en España el Convenio Europeo para la Protección de los Animales de Compañía, que había sido aprobado en 1987. ¿Qué implica?
-Como es un tratado internacional, tiene prevalencia sobre el derecho interno. No puede haber una norma legal o reglamentaria en el derecho español que lo contradiga y, si lo contradice, no se aplica. Así de sencillo. En España no hay una ley nacional de protección animal; tenemos las 17 leyes autonómicas y luego una serie de normas nacionales como los Códigos Penal y Civil que tienen regulación sobre los animales, pero no existe una ley administrativa y de unificación de todo el territorio. Lo bueno que tiene este convenio es que es de aplicación en todo el territorio y suple esa carencia. Pese a que es un texto de mínimos, y de hecho muchas leyes autonómicas van más allá, recoge todas esas prohibiciones de amputaciones estéticas de rabos, orejas, las desengulaciones o la extirpación de cuerdas vocales en los perros, es decir, todas las ampitaciones excepto las curativas a criterio veterinario. Todas están prohibidas, no tienen amparo legal y, en caso de llevarlas a cabo, se estaría cometiendo un delito de maltrato animal. Y eso es importante. Los veterinarios que hagan una de estas intervenciones prohibidas ya no solo se arriesgan a una pena de prisión que pueden eludir o que creen que pueden eludir, sino que pueden quedar inhabilitados para ejercer la profesión durante muchos años.
-¿Qué otras cuestiones que se llevan a cabo en España quedan prohibidas en este convenio?
-Pese a que todavía ni se sabe, es muy importante por ejemplo que el convenio europeo prohíbe la venta clandestina de animales de compañía. Solo se podrá vender animales cuando se esté legalmente habilitado para ello, es decir, que administrativamente tienes una licencia, el negocio está dado de alta como una actividad económica, pagas tus impuestos, los animales están controlados por la Administración, etcétera. Eso, como sabemos, no pasa en España. Por ello, lo que tendremos que hacer las organizaciones de defensa de los animales y los abogados animalistas es empezar a denunciar para exigir la aplicación del convenio. La norma existe y es de obligado cumplimiento. ¿Qué es lo que falta? Que la Administración y las autoridades la hagan cumplir, realizando inspecciones e imponiendo sanciones.
-Por cierto, en Asturias, la Ley sobre tenencia, protección y derechos de los animales del Principado de Asturias, que se aprobaba en 2002, sigue sin desarrollo reglamentario. Y eso que hace un año usted ya decía que era una ley obsoleta.
-En Asturias la situación no ha cambiado nada. Hace meses desde el Observatorio conseguimos que el Parlamento asturiano aprobara por unanimidad un plan contra el maltrato animal que incluía una serie de propuestas, pero su aprobación fue una mera declaración política. Estaban todos de acuerdo pero no se ha materializado en nada. Entre otras cuestiones, pedíamos la actualización de esa ley, que todavía no está en tramitación ni se la espera. Oviedo, aunque parezca increíble, nunca tuvo una ordenanza de protección de los animales y ahora se encuentra en tramitación. El último trámite fue en marzo, con una especie de consulta pública en la que la Comisión de Derecho Animal del Colegio de Abogados de Oviedo participó presentando alegaciones para que se tuviera en cuenta sobre todo el convenio europeo.
-La Fiscalía de Medio Ambiente de Asturias, por el contrario, sí es bastante activa en su labor de protección de los animales.
-Y contundente. En el ámbito penal han aumentando las denuncias y también las condenas, aunque sea en pequeña proporción. En España seguimos teniendo una tasa muy baja de condenas, aunque Asturias está mejor que la media nacional. Por eso, hay que poner en valor el trabajo de la Fiscalía persiguiendo delitos de maltrato animal, pero es cierto que la propia naturaleza de estos delitos, que son de resultado, dificulta su resolución. El hecho de que sean delitos de resultado implica que tienes que probar en el juicio que el animal ha sufrido un deterioro grave de su salud y, para eso, necesitamos por ejemplo informes veterinarios. Y no todas las denuncias que llegan a los juzgados van con su informe, por lo que la mitad se acaban absolviendo o archivando. En la propia naturaleza del delito está la complejidad de poder probarlo luego. Ésta es una de las grandes luchas que tenemos: necesitamos que haya un cuerpo de veterinarios forenses. Como existen médicos forenses en los juzgados. En cuanto hay un herido o alguien que ha sufrido una pelea, el forense emite un informe y eso ya es una prueba que es muy difícil que no se tenga en cuenta. ¿Qué haces cuando encuentras a un animal que alguien está pateando? Si no se lleva al veterinario y lo pagas de tu bolsillo nos quedamos sin pruebas. Por eso hay que pelear a nivel nacional que exista un cuerpo de veterinarios forenses.
-Últimamente también se están viralizando en las redes, gracias a grabaciones de particulares, casos de acoso y maltrato a animales silvestres.
-El delito de maltrato animal incluye expresamente un listado de animales penalmente protegidos. Antes de la reforma del 2015 solo se tenían en cuenta los domésticos o amansados. Había mucha confusión sobre qué era doméstico y qué era amansado, y teníamos que andar forzando para que el tribunal protegiera a los animales de granja por ejemplo porque los jueces entendían que doméstico era igual a animal de compañía. Se consiguió que se hiciera un listado de animales penalmente protegidos para evitar confusiones y, sin embargo, se excluyó expresamente los que viven en estado salvaje. Como excusa para esta exclusión, de la que detrás está el lobby de la caza, se decía que ya existían delitos contra la fauna salvaje específicos como el furtivismo o la prohibición de caza con cepos. Pero estos no son delitos de maltrato animal, sino delitos contra la fauna. Y ahora estamos viendo casos de maltrato animal que no son actos de caza, como despeñar a un jabalí en la ruta del Cares, atropellar intencionadamente a un lobo o ahogar a un jabalí en una acequia, que están quedando impunes porque no se consideran maltrato animal. La buena noticia es que ya está en tramitación una reforma del Código Penal que pide que se incluya en la protección a los animales salvajes. La proposición fue presentada por Podemos hace unos meses y se espera que salga adelante.
-En el Colegio de Abogados de Oviedo celebraban recientemente una jornada de formación en la que, desde la comisión de Derecho Animal, daban cuenta de todas estas reformas jurídicas.
-El curso fue un éxito. Asistieron un centenar de abogados, veterinarios y agentes del Seprona, algo muy positivo porque son los que van a aplicar al fin y al cabo las normas. Las sensaciones fueron my buenas y abordamos cuestiones tanto teóricas como prácticas. Al final del curso, se entregaron unos cuestionarios de valoración y sacamos sobresaliente. Estamos muy satisfechos. Desde la comisión siempre quisimos que uno de los objetivos más importantes fuera la formación. ¿De qué me sirve que esté en vigor el convenio europeo si cuando llamas para dar un aviso no saben de qué estás hablando? Es una lucha que tenemos muy importante y seguiremos insistiendo. Ojalá los ayuntamientos asturianos se animen a que las Policías locales reciban formación. Es nuestro objetivo principal: formar, informar y hacer que se cumpla el derecho animal.
-¿Qué echa en falta para que ese derecho se cumpla plenamente en Asturias?
-No existen protocolos de actuación unificados como cuando hay un accidente o se denuncia una agresión de maltrato de género. Vemos que es una necesidad imperiosa trabajar con las distintas instituciones, la Administración autónomaica y los ayuntamientos, para clarificar protocolos de actuación. Si llamas como ciudadano para avisar, por ejemplo, de que hay un gato encerrado en el motor de un coche no viene ni San Pedro. Se pasan la pelota de unos a otros y de otros a unos. Y eso no puede seguir pasando. Existen normas, existe una protección legal y tiene que trasladarse al mandato inmediato de las fuerzas de seguridad.
-¿Es tan complicado establecer esos protocolos de actuación?
-Habría que conseguir que se creara una mesa de trabajo en la que estén representados el Colegio de Abogados, las entidades de protección animal y las administraciones con competencia. En otras comunidades autónomas, como la valenciana, ya existe esa mesa de trabajo y han acordado entre todos un protocolo. Esto sería uno de los pasos siguientes que tenemos sobre la mesa, como objetivo a medio o largo plazo porque no va a ser de un día para otro.
-¿Qué más echa en falta en Asturias?
-En Asturias no se invierte ni un solo euro en campañas para que no se abandone, para se esterilice, para se desparasite… Parece una tontería, pero hay animales comidos por parásitos externos e internos y eso es una forma de maltrato que a lo mejor no es tan evidente como dar una patada, pero estás dejando que se lo coman vivo. La labor de concienciación sobre los derechos de los animales es de la Administración. Son políticas públicas que la sociedad necesita y en Asturias hay una carencia manifiesta. Que no se haya actualizado la ley de protección de los animales ya demuestra la dejadez que existe pero además tampoco existen campañas públicas.