La Voz de Asturias

Análisis: Los cambios de Garitano para solucionar los problemas del Sporting de Albés

Sporting 1905

Dani Souto
Rubén Albés y Asier GaritanoRubén Albés y Asier Garitano

Texto de análisis táctico

23 Apr 2025. Actualizado a las 23:53 h.

Varios son los mensajes que se han lanzado desde el vestuario por parte de los futbolistas del Real Sporting de Gijón acerca de los cambios que han tenido lugar en el planteamiento de juego desde la llegada de Asier Garitano con respecto a su predecesor en el cargo esta misma temporada, Rubén Albés. Al margen del plano mental y lo que supone la llegada de un nuevo entrenador, e incluso más importante, las dos victorias cosechadas desde su estreno, en lo futbolístico hay diferencias palpables, aunque también cierta línea continuista en algunos aspectos en cuanto a la base de sus ideas. Lo analizamos en las diferentes fases del juego.

Fase con balón: Inicio del juego con similitudes, pero aún por definir

Empezando por los primeros pasos con balón, el plan de Garitano aún esta por terminar de definir. Sus equipos no suelen ser protagonistas, si bien con marcador igualado la iniciativa dependerá también de la voluntad de los rivales. Por el momento, con una muestra demasiado pequeña, el técnico vasco apostó por un partido de muy poco control de balón ante el Eldense y un inicio de encuentro (hasta lograr ventaja) más propositivo y calmado contra el Mirandés. Con Albés el juego directo era habitual, con envíos desde los centrales buscando a los puntas al espacio. Con Garitano las intenciones han pasado por una corta circulación inicial para mover al rival de lado a lado y también un desplazamiento en largo desde los laterales, si bien no buscando tanto la espalda de la defensa rival sino el duelo o la recepción.

A la hora de tratar de salir en combinación, algo en lo que no se prodigan ni uno ni otro, Albés apostaba de forma más continuada por la formación con tres centrales al mantener a Olaetxea incrustado en el eje. Garitano, por contra, va alternando la altura de uno de sus pivotes (Nacho Méndez) que lateraliza su posición -se pone a un lado de los centrales formando una línea de tres y dando altura al lateral- en una propuesta similar, pero más dinámica, con el mantener la estructura con la línea de 4 atrás y los laterales más bajos que con el gallego para ser opción de pase en corto.

Fase con balón: Ataques posicionales basados en pausa y cercanía

Cuando el equipo logra asentar su posesión en campo rival las diferencias sí han sido más perceptibles. El plan de Albés pasaba por asumir más riesgos, también con una potencial recompensa de generar mayor peligro al rival, pero esto se traducía en más opciones de pérdida o imprecisión, jugando a un ritmo más alto, con menos pases y un equipo muy estrecho, acumulando gente por dentro. Garitano ha mostrado ser algo más posicional, haciendo que su equipo sea más ancho en ataque, dominando la amplitud, y tratando de llevar el balón fuera para poder estirar al rival y atacar en el momento que se estime oportuno el pasillo central. El Sporting, aunque sea en pocos minutos destacados, ha mostrado un mayor orden posicional para trazar líneas de pase más seguras y cercanas, con apoyos de un bloque más compacto que acompaña el juego de una manera más sencilla y coral y no tan vertical en esta fase del juego. Esa altura a la que incide el equipo con balón en sus posesiones es uno de los cambios más palpables (también sin balón). 

Transiciones: El principal arma, pero con diferencias desde el sistema

En un equipo con Dubasin, Gelabert, Otero o Nico Serrano como referentes ofensivos parece lógico que las transiciones sean el principal arma en ataque de los rojiblancos esta temporada. Lo fue con Albés, siendo el tipo de jugada a las que sacó más rédito, y también lo ha sido ya con Garitano en apenas dos partidos. Cuando el Sporting tiene posibilidad de correr tiene mucho potencial para hacer daño. En este sentido, compartido con el técnico anterior, la diferencia principal radica en la base de los sistemas utilizados. La presencia de Gelabert por delante de un doble pivote y entre medias del tridente de ataque -una de las claves de estos partidos- hace que el equipo reparta de otra forma los espacios a ocupar, estando más escalonados para poder favorecer esos contragolpes. Con Albés, al igual que ocurría en la creación de juego, todo se basaba en una verticalidad más vertiginosa. Un equipo que viaja más junto al igual que hace cuando la transición es hacia la propia portería.

Fase sin balón: Propuesta muy diferente en la presión y altura del bloque

En el aspecto defensivo se encuentra otra de las grandes diferencias más notables. Albés, al menos hasta las últimas semanas en el cargo, buscaba asfixiar al rival con una presión alta muy intensa, dando altura a uno de los laterales (Guille Rosas) y cerrando con tres centrales con marcas al hombre por todo el campo. Una presión que en su momento dio sus frutos, quizás no con demasiadas recuperaciones -aunque cuando lo hacían eran clave-, pero sí forzando a un juego nada cómodo y controlado para el rival. Garitano, por contra, apuesta habitualmente por un bloque medio de partida, sin apretar sobre los centrales sino que priorizando dificultar la recepción de los mediocampistas rivales. Su equipo se ordena con un reparto algo más zonal, aunque también tengan asignaciones individuales. Como con Albés, el equipo trata de defender hacia adelante, pero lo hace incidiendo -como con balón- en alturas diferentes, en este caso partiendo más bajos y estando así nuevamente más compactos y asumiendo menos riesgos.

Fase sin balón: Un repliegue más intensivo

En los momentos que toca defender área, algo que ambos asumen sin mayor tapujo en el momento en que van por delante en el marcador, el sistema empleado vuelve a marcar el principal punto discordante entre ambas propuestas. Albés priorizaba la defensa de área y no tanto de sus zonas aledañas, dejando unos metros por delante un doble pivote en ocasiones muy frágil por la cantidad de metros a abarcar. Con el 4-4-2 de Garitano, más las coberturas de Gelabert cuando se descuelga, las ayudas son clave en un sistema considerado por los entrenadores como el más equilibrado para estar cercanos y repartir eficazmente los espacios a ocupar. Así, el nuevo Sporting puede ser más proclive a hundirse contra su portería, pero lo hace tratando de estar más junto para poder defenderse mejor, algo fundamental en un juego tan basado en duelos como el que practica el técnico vasco tanto cuando quiere defender su área como cuando busca jugar directo o salir a la contra, yendo una fase del juego ligada a la otra.


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