La Voz de Asturias

«Las 4 claves de la solvente victoria del nuevo Sporting y del notable a Garitano en su estreno en El Molinón»

Sporting 1905

Dani Souto
Asier Garitano y Pedro HernándezAsier Garitano y Pedro Hernández

Texto de análisis

19 Apr 2025. Actualizado a las 23:26 h.

Segunda victoria consecutiva de Asier Garitano al frente del banquillo del Real Sporting de Gijón, en esta ocasión por primera vez en su nuevo estadio, El Molinón - Enrique Castro 'Quini'. Un triunfo cimentado en un encuentro muy completo de los rojiblancos, majenado fases de juego muy diferenciadas e imponiendo su autoridad en aspectos clave dentro de las mismas, lo que le permitió vencer con solvencia sin ver peligrar el resultado. Analizamos en 4 claves tácticas destacadas el rendimiento del conjunto sportinguista.

Fase de control con dificultades en el juego posicional

Sin apenas variaciones en el once respecto a la jornada anterior, únicamente con la entrada de Cote por Diego Sánchez para ganar en la salida de balón por los laterales, algo importante de cara a este partido por la forma de ejecutar la presión alta del Mirandés tal y como explicó Garitano tras el partido, la propuesta sí fue muy diferente en cuanto a intenciones en el inicio respecto a lo de Elda. El Sporting asumió un mayor protagonismo con balón, circuló el cuero con paciencia buscando opciones de progresar, abriendo más vías de pase por su perfil izquierdo y lanzando más en largo por el derecho. Ganando muchas segundas jugadas, los rojiblancos lograron asentarse en campo rival una buena parte del tiempo, si bien no tenían la fluidez suficiente en cuanto a los movimientos sin balón y las conexiones con él como para acercarse con soltura al área rival. Aun así, el Sporting no estuvo nada incómodo con el esférico controlado, pudiendo amenazar a través del balón parado, fórmula que dio pie al primer gol del partido.

Paso adelante en el sistema defensivo

Si bien el plan del Sporting volvió a pasar por un bloque compacto en fase defensiva, también hubo un matiz relevante en la forma de presionar del equipo respecto a la semana anterior. Manteniendo el 4-4-2 como estructura, los rojiblancos aprovecharon muy bien su inferioridad numérica ante la primera línea de 5 del Mirandés en salida, asentados en los esfuerzos de un incansable Otero en su trabajo con los centrales, Garitano repartió las marcas y las zonas, fijando dos alturas por dentro con Méndez más adelantado que Olaetxea, orientó la salida del rival hacia los costados con los extremos (Nico y Dubasin) partiendo de posiciones interiores para impedir el pase dentro y salir desde ahí a por el lateral cuando recibiese, y una vez el balón estaba fuera el Mirandés apenas tenía la opción de jugar en largo, algo bien defendido en líneas generales por la zaga asturiana, o bien reiniciar el juego con su portero, nuevamente con el sacrificio de un Otero que no les facilitaría girar el juego hacia el otro perfil. No fue una constante en el partido, más bien algo representativo del primer tiempo, pero sí fue un paso adelante en la presión importante en el devenir del mismo.

Robo y transición como seña de identidad

Parte del 'manual táctico' de Garitano viene representado por su preferencia de atacar en transición, con contragolpes muy verticales que traten de aprovechar los espacios de una defensa rival adelantada o desordenada. Algo que se vio claramente representado en este partido desde un comienzo. Si en la primera clave se destacó el mayor protagonismo del equipo con balón, más allá de las acciones a balón parado el principal recurso ofensivo del Sporting en esos primeros minutos ya fueron los contraataques. Nico Serrrano tuvo la primera clara por esta vía, siendo el sector izquierdo del ataque el más incisivo por esta vía, algo que se repitió con el paso de los minutos, incluyendo una segunda parte de mayor repliegue que favorecía al aprovechamiento de esos espacios. Hilado con la clave anterior, la buena presión del equipo y su orden táctico permitió robar alto y lanzar varias contras, consiguiendo así los dos goles posteriores obra de Gelabert, primero con recuperación de éste y posteriormente de un generoso Otero. Eficacia plena de las transiciones ofensivas.

Correcta defensa del área

Como ya se deslizó en la clave anterior, el Sporting vivió otra fase del encuentro priorizando su orden defensivo en campo propio. Ya desde el 1-0, pero de forma todavía más marcada en su repliegue bajo a partir del 2-0, los de Garitano se ordenaron cerca de su área, también con el apoyo de los cambios con Pablo García o Nacho Martín repitiendo la idea de Elda con ventaja en el marcador, y cumplieron con su cometido, salvando algunas situaciones extremas. A la sobriedad en área propia contribuyó de nuevo un Yáñez muy seguro por alto y con alguna intervención de mérito cuando los atacantes rojillos consiguieron ganar la partida. El equipo supo sufrir y aguantar, aunque no lograse finalmente la portería a cero.

Los cambios

Diego Sánchez por Cote. Refresco en el lateral izquierdo con un perfil al que se le exigió menos presencia en ataque y que abría la flexibilidad para formar posteriormente una línea de 5 con Diego como central zurdo.

Rosas y Pablo García por Kevin y Nico. Piernas frescas en las bandas, donde comenzaba a concentrarse el juego del Mirandés, con un doble lateral por izquierda que obligó a Pablo a tener más funciones defensivas que ofensivas, por momentos en línea de 5, aunque no tan marcada como ocurrió en Elda.

Martín y Campuzano por Gelabert y Otero. Diferentes perfiles, pero mismo sistema y la idea de sumar capacidad de esfuerzos y energía esta vez en el carril interior. Apenas tuvieron minutos e incidencia, justo dándoles entrada tras el 3-0.

Nota a Asier Garitano y el resto del cuerpo técnico

Notable. El planteamiento de Garitano fue evolucionando acorde a las necesidades del partido y lo que le dictaba el marcador. El equipo se manejó bien en esos diferentes escenarios, primero con un mayor control de balón y posteriormente confiando en el trabajo defensivo del colectivo, poco a poco más replegado contra su área, y fiando su capacidad para hacer daño a través de las transiciones. Dentro de esos momentos hubo detalles a mejorar, lógicos por el escaso recorrido del nuevo cuerpo técnico para desarrollar todos los aspectos del juego, pero el elemento posicional, tanto en ataque -especialmente- como en algunas acciones defensivas en el área fueron mejorables. Siempre existe un margen de mejora y en este caso fue así para el sobresaliente, pero no emborrona un partido notable, muy completo, y en el que mostraron dominar varios aspectos fundamentales que venía necesitando el equipo como el comer. No se explica de otra forma una buena victoria ante un buen rival.


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