El Sporting presupuesta una reducción del gasto en personal en su reestructuración de costes para dar «números negros»

Durante la celebración de la Junta Ordinaria de Accionistas celebrada en el día de ayer, Alejandro Irarragorri, como presidente del Consejo de Administración del Real Sporting de Gijón, además de someter a aprobación las cuentas anuales del último ejercicio, presentó los presupuestos de la presente temporada, la 24/25. Cifras, según las cuales, el club arrojaría «números negros» en el Ebitda, que corresponde, en resumen, al resultado de su actividad diaria, cerrando, eso sí, con un déficit de unos 2,6 millones de euros al descontar de lo anterior las amortizaciones e intereses.

Entre las diferentes partidas mostradas a los accionistas, además de presupuestar un incremento de los ingresos en algo más de 3 millones de euros, destaca la reducción de costes en las partidas destinadas al gasto en personal tanto deportivo como no deportivo. Unos números que son el reflejo de la búsqueda, según Irarragorri, de «eficientar» el reparto de gastos entre los empleados del club tratando de «optimizar aquellas áreas que puedan generar más recursos como retorno».

Primeramente, tal y como recoge el club en sus cuentas, cabe definir cada uno de los conceptos por separado. Por un lado, los gastos en personal deportivo incluyen «todo tipo de contraprestación (sueldos, salarios, retribución por derechos de imagen, indemnizaciones, retribuciones en especie, contraprestaciones extraordinarias, etc.) de la plantilla deportiva inscribible, es decir, los jugadores del primer equipo (dorsales 1 al 25), así como entrenador, segundo entrenador y preparador físico, y los no adscritos a ninguna plantilla como no inscribible en el primer equipo, donde se incluyen los jugadores ligados a la Sociedad mediante contrato laboral o de otra naturaleza adscritos a los demás equipos, filial y dependientes de cualquier categoría; entrenadores, segundos entrenadores y preparadores físicos de dichos equipos».

Por otro lado, los gastos referentes al personal no deportivo incluyen «todo tipo de contraprestación de personal técnico como el director deportivo, secretario técnico, médico, delegado, fisioterapeutas o utilleros, así como el resto de personal ligado al Club mediante contrato laboral, incluyendo directivos, personal de administración, tienda, seguridad y accesos, marketing, comunicación, mantenimiento y limpieza».

En ese sentido, el gasto total en personal de la temporada 23/24, ya auditado y publicado en las últimas cuentas, fue de 15 millones de euros. Ambas partidas reflejaron una subida respecto al ejercicio anterior, la 22/23, elevando el gasto en plantilla (personal deportivo) en 300.000 euros hasta los 9,9 millones, y el gasto en el personal en más de 650.000 euros hasta los 3,3 millones. Cifras que bajan en lo presupuestado para la presente temporada, reduciendo el montante total en 1,5 millones de euros hasta los 13,5. Gastos a los que cabe sumar los de explotación, que se elevarían de los 8 a los 8,2 millones de euros.

Además de la reestructuración salarial de las diferentes áreas de la entidad citada anteriormente por Irarragorri, también hubo un importante reajuste en la inversión en los salarios de la plantilla del primer equipo. Jugadores con importantes contratos como Uros Djurdjevic, Pablo Insua, Cali Izquierdoz, Christian Rivera o Fran Villalba salieron este pasado verano, con llegadas más variadas en término salarial, aunque en general más económicas, siendo los principales esfuerzos económicos hombres como Juan Otero, Jonathan Dubasin, Jordy Caicedo o César Gelabert. Aun con ello, el club se guardó un pequeño remanente con el que haber podido afrontar alguna operación más en el mercado, que finalmente se cerró sin fichar al extremo que Rubén Albés había solicitado.

En ese sentido, David Guerra aseguraba allá por septiembre que el gasto en plantilla era «muy similar» al de la temporada pasada. Primero se conoció la cifra del límite salarial, prácticamente calcada a la de la temporada anterior, con un ligero incremento de 53.000 euros, y ahora, a través del presupuesto de esta temporada -no confundir con las cifras ya aprobadas de las cuentas anuales que corresponden al ejercicio 23/24-, ya conocemos la previsión de gasto rojiblanca en la plantilla, la cual resulta inferior, aunque en cuantías no muy alejadas. Como todo presupuesto, el paso de los meses irá marcando si se cumplen las previsiones o no. De esa subida en los ingresos y esa bajada en los gastos el club arrojaría un resultado de explotación positivo por primera vez en Segunda desde 2008 sin contar traspasos. El resultado final se comprobará a estas alturas de año en 2025, cuando se conozcan las cuentas de la temporada que ahora está en curso.