«Las 4 claves de la derrota de un Sporting desajustado y del suspenso a Albés»
Sporting 1905
Texto de análisis
15 Dec 2024. Actualizado a las 23:14 h.
El Real Sporting de Gijón cayó derrotado ante el Racing de Ferrol en un día en el que básicamente afloró el desacierto. Lo hizo de forma individual y colectiva, en un área y la contraria, lo cual explicó de manera clara el resultado de un encuentro en el que los de Rubén Albés tuvieron más balón, pero sin apenas encontrar lecturas positivas a partir del mismo. Analizamos en 4 claves tácticas destacadas los motivos de la derrota rojiblanca:
Desajustes puntuales en la presión que abrieron al equipo
Una de las cuestiones más repetidas en las declaraciones que se dieron tras el encuentro fueron las transiciones. Los tres goles en contra del Sporting llegaron por esa vía, pero no fue tanto una cuestión de falta de efectivos para defender estas jugadas, sino de una mala disposición de los mismos. En ese sentido, dos de los goles, el primero y el tercero, llegan a raíz de una presión mal ejecutada. Para el 0-1 es Campuzano el que salta al guardameta rival sin que Dubasin por la derecha acompañe yendo al central, esto facilitó la recepción del zaguero, que tuvo espacio para conducir mientras el extremo rojiblanco temporizaba reculando su posición para que no pudiera intervenir el lateral, a la espera del retorno de Campuzano. Esos metros que ganó la defensa gallega le permitió encontrar el pase dentro para llevar la jugada a campo contrario, con la secuencia que todos conocemos de la mala fortuna en el rebote entre Maras y Guille Rosas y el error de Christian Joel.
El tercer tanto, por su parte, viene de una acción por el otro costado en la que Gaspar va a la presión sobre tres jugadores del Racing, sin apoyo alguno de sus compañeros. El gijonés se vio prácticamente en un rondo, persiguiendo el balón cual perro de presa, sin opción alguna de tener éxito. Eso acabó con la recepción del lateral, que era realmente su marca, pudiendo orientar su control hacia adelante y encontrando el espacio nuevamente para poder conducir y encontrar un pase vertical que a la postre sería la pared previa al mano a mano con el meta cubano. Dos desajustes puntuales, pero muy claros, que abrieron grandes espacios en la defensa rojiblanca y permitieron al Racing transitar cómodamente.
Falta de contundencia en duelos directos clave
Si en lo colectivo hubo errores con valor gol, en lo individual más de lo mismo. Además de la ya citada jugada del 1-3, en la que Dorrio recibe rodeado de hasta cuatro jugadores y aun así puede recibir, marcar los tiempos y devolver la pared sin que ningún defensor rojiblanco esté cerca de robar, se puede destacar para mal la actitud defensiva en el segundo gol de los gallegos. De un despeje a la altura de su área, el Sporting pierde dos duelos de forma consecutiva, Nacho Méndez primero y Róber Pier después en la descarga, dejaron en bandeja que el Racing pudiera llegar a la frontal del área local en apenas dos pases. La endeblez defensiva de los asturianos en esos duelos clave, que salieron en las fotos de todos los goles, decantó el partido de forma trascendental. Curiosamente, las estadísticas muestras al Sporting como ganador de un mayor porcentaje de duelos en el total, lo cual evidencia que muchos de los que se perdieron fueron en el momento en el que no se podía permitir.
Deficiente gestión de los últimos metros con balón
Aglutinando más de un 70% de la posesión y con la mayor parte del partido asentados en campo rival, al Sporting le costó generar situaciones limpias de finalización. Muchos acercamientos, aunque no tantas ocasiones, podría ser el resumen. Ante un Racing que se juntaba para defender su renta, algo que se iba acentuando con el paso de los minutos, sobre todo en la segunda parte ya con el 1-3 en el marcador, los gallegos se hundían muy fácil en su área, algo a lo que colaboró un Sporting que quiso entrar en área muchas veces con el balón controlado, ganando línea de fondo, lo cual facilitaba que el Racing se arropara aún más, y que por ello hubiera muy pocas situaciones de centro o pase al corazón del área que concluyera con un remate limpio a portería. Toda jugada acababa embarullada y sin una situación de finalización franca en la mayoría de casos.
El desacierto en las áreas, definitivo
A pesar de lo comentado en la clave anterior, hubo situaciones suficientes como para que el Sporting elevara sus prestaciones de cara a gol y su casillero particular en el marcador. La falta de acierto en la definición de algunas jugadas claras, algunas incluso con el 0-0 aún en el luminoso, fueron una rémora para acercar al equipo a sacar algo del encuentro. En la otra cara de la moneda, a pesar de las alabanzas al acierto de los atacantes del Racing de Ferrol, no se puede obviar la falta de contundencia de la zaga local o la permisividad de Christian Joel especialmente en un primer gol que sin un error del guardameta nunca debió subir al marcador en un remate sencillo de atajar. Sea como fuere, hay días torcidos para todos, y este fue uno.
Los cambios
Nacho Martín por Maras. El habitual paso adelante, retrasando a Olaetxea para formar una línea de 4 en retaguardia y ganar más aplomo en el centro del campo. Nacho intervino en muchas jugadas organizando el juego del equipo, que más en ese contexto de partido no tenía la necesidad de sumar un central más a su primera línea.
Pablo García y Queipo por Cote y Gaspar. Sustitución al completo de la banda izquierda ante la incapacidad del equipo para generar peligro por ese costado, por el cual terminaron dándose dos de los goles. A pesar de los cambios, tampoco hubo una sensación de mejorar el partido por ahí.
Caicedo y Oyón por Méndez y Campuzano. Cambio de sistema hacia un 4-4-2, primero con Campuzano haciendo de segundo punta y posteriormente Oyón. Más presencia en área, que no por ello se tradujo en mejores situaciones de remate o en estar más cerca del gol desde lo individual.
Nota a Rubén Albés y el resto del cuerpo técnico
Insuficiente. Un partido que comenzó bien en sus primeros 10 minutos, pero que se fue al traste rápidamente en un cúmulo de desajustes colectivos y errores individuales que mostraron de nuevo una versión anticompetitiva del equipo. El Sporting no tuvo capacidad de respuesta, con demasiada ansiedad en su juego con balón y endeblez sin él, como para plantar cara a un Racing de Ferrol que simplemente se limitó a aprovechar los regalos navideños anticipados por parte de los asturianos. Demasiados errores como para no terminar pagándolos.