Las 4 claves de una victoria del Sporting gestada desde la defensa y el aprobado a Albés
Sporting 1905
Texto de análisis
03 Nov 2024. Actualizado a las 15:51 h.
El Real Sporting de Gijón siguió con su marcha triunfal en casa sumando su quinta victoria consecutiva en El Molinón - Enrique Castro 'Quini' ante un Cádiz CF que, en su condición de recién descendido, se le ubica como uno de los firmes candidatos a pelear el ascenso. Aun así, los de Paco López demostraron estar lejos de dicha expectativa en un partido en el que fueron superados por los de Rubén Albés sin que los rojiblancos necesitaran una versión especialmente inspirada. Analizamos en 4 claves tácticas destacadas los motivos de la victoria sportinguista:
Situaciones de ventaja por fuera, aunque poco aprovechadas
Los planteamientos de uno y otro equipo en cuanto a la presión alta marcaron el devenir del encuentro desde un inicio y durante la totalidad de la primera parte. En cuanto al Cádiz, Paco López planteó una presión con una línea más adelantada de 3 hombres, juntando a sus 2 puntas a uno de los extremos, de forma más habitual Iván Alejo, para emparejarse con los dos centrales rojiblancos más el jugador que se suma a la primera línea rojiblanca en salida, habitualmente Olaetxea. Con su doble pivote cubriendo a los dos interiores rojiblancos, el desajuste amarillo llegó por fuera. Con el extremo saltando sobre el tercer central de los asturianos, el lateral siempre quedaba liberado, ya fuera Rosas o Pablo García. Esto se debe a que ese salto no se veía compensado por otro movimiento equivalente del lateral gaditano, que se quedaba anclado en la línea defensiva. El propio Paco López explicó en rueda de prensa que priorizó la solidez defensiva en los duelos y disputas con los 3 atacantes rojiblancos que el tratar de robar alto, en todo caso dificultando ese golpeo en largo. Lo primero lo logró, aunque lo segundo no especialmente.
A ello contribuyó un Sporting que, aun teniendo esa ventaja por fuera, apenas trató de aprovecharla. A pesar de que en la primera parte el equipo quiso salir desde atrás, sacando la gran mayoría de veces en corto desde portería, cosa poco habitual, y circulando de lado a lado en varias ocasiones teniendo controlada la presión gaditana, lo cierto es que los de Albés volvieron a apostar por el envío directo de los centrales a los puntas, buscando sobre todo el duelo de Otero o de Dubasin, como vía principal para intentar llegar a campo contrario. No salió del todo bien, de hecho, pues en la mayoría de esos duelos resultaron perdedores los rojiblancos. Una circunstancia a la que el propio técnico gallego aludió en rueda de prensa a raíz de una altura errática de los laterales en esa situación de salida, en muchas situaciones demasiado bajos como para poder aprovechar ese espacio a la espalda del extremo rival.
Un Sporting cada vez mejor coordinado en la presión alta
El contrapunto estuvo en la ejecución de la presión alta por parte del Sporting. Mientras tuvo gasolina para ello, Albés planteó una presión con Otero y Dubasin saltando a los centrales, y Guille Rosas saltando sobre su lateral (Matos) cuando el hispano-belga salía de su zona a por el central amarillo y el balón iba hacia ese lado. Una ejecución que obligaba a recorrer muchos metros al gijonés, haciendo que nunca llegase a tiempo para poder robar, pero sí para dificultar la salida del rival, tapando la línea de pase por fuera y permitiendo mantener alto el bloque. Unos movimientos que mostraron el trabajo que hay detrás a la hora de coordinarse para que el mediocampista de ese lado (Gelabert) entendiera que debía pasar a marcar al extremo y acudiera en la ayuda dejando al pivote cercano marcado por Nacho Méndez mientras la línea defensiva se mantenía equilibrada con la presencia de Olaetxea, que permitía mantener una línea de 4 atrás ante los puntas y los extremos. Una presión eficiente y una coordinación del equipo que con el paso de las semanas va a más.
Paso atrás en la segunda parte con y sin balón
La segunda parte, por contra, tuvo un guion bastante diferente. Del control que logró ejercer el equipo en la primera con balón, aunque con margen de mejora en esa salida de balón ante un rival desajustado, y de la buena presión alta sin el cuero, el Sporting pasó de nuevo a dar un par de pasos hacia atrás que no le terminaron de beneficiar, algo que se repite de ocasiones anteriores en las que se vio con ventaja en el marcador. Esto se dio por dos motivos, por un lado sin balón, renunciando a la presión alta y pasando a ordenarse en bloque medio, pues las fuerzas ya no daban para mantener ese despliegue, y por otro lado con el cuero, estando mucho más imprecisos sobre todo a la hora de dar ese pase de seguridad que permitiera reordenar al equipo e iniciar el juego dándole algo más de pausa cuando conseguía recuperar. Además, también influyó la pizarra, pues el equipo pasó a salir con 4 atrás, descartando ese paso atrás de Olaetxea o Méndez situándose a la altura de los centrales. Esto generó más imprecisiones y algunos despejes no forzados, así como peores situaciones de golpeo en largo ante la presión rival que dieron discontinuidad a las posesiones rojiblancas, viéndose obligados a pasar más tiempo defendiéndose sin la pelota.
Correcto orden y sistema de ayudas en bloque medio con cambio de sistema incluido
A pesar de renunciar al balón y también a la presión alta, el equipo volvió a mostrar una buena cara en la faceta defensiva en bloque medio. El equipo, ordenado primero en un 5-4-1 y posteriormente en un 4-5-1 cuando Albés ordenó el paso adelante de Olaetxea en fase defensiva una vez superada la hora de partido, evidenció un correcto sistema de ayudas y coberturas para defender compactos sin apenas ceder espacios entre las líneas. Los cambios de Paco López, sumando más presencia interior con Ontiveros, obligaron a Albés a ajustar el sistema con 3 centrocampistas para proteger ese pasillo interior sin que eso les empujara a hundirse demasiado, como bien les había pasado en el recuerdo reciente de Albacete. Mayormente se logró, si bien en el área se volvió a generar alguna duda de forma puntual, colectivamente no fue algo problemático como en otras ocasiones. En los minutos finales el Sporting consiguió dar un nuevo paso al frente al recuperar energías en la presión alta al introducir tres jugadores de refresco cambiando a toda la última línea.
Los cambios
Nacho Martín por Gelabert. Cambio al descanso con el que Albés, como él explicó, buscaba un mayor control de balón y un perfil más posicional para dar equilibrio al equipo en el centro del campo. No lo terminó de aportar, especialmente con balón, porque el guion del encuentro cambió y el ajuste tuvo que ser más colectivo unos minutos después.
Queipo, Campuzano y Caicedo por Gaspar, Otero y Dubasin. Refresco de la última línea del ataque que fue fundamental para que el equipo pudiera recuperar un paso perdido y sumase capacidad para presionar, especialmente con los dos primeros.
Nota a Rubén Albés y el resto del cuerpo técnico
Suficiente. El partido tuvo dos fases diferenciadas, una primera parte de mayor control, con una idea de juego clara y ejecutada con balón, aunque no fue del todo productiva, y sobre todo un trabajo en fase defensiva que minimizó al Cádiz. En la segunda, por contra, el equipo dio varios pasos atrás, renunció a la presión y apenas tuvo opciones con balón hasta el final del partido. Ahí, el nivel defensivo se mantuvo aceptable, aunque nuevamente se pasó algún que otro apuro al replegar en el área. Un partido al que demandarle más con el cuero controlado, especialmente, y que alimentó fantasmas recientes en la gestión de la ventaja en el marcador, aunque en esta ocasión se mantuvo un nivel aceptable en el trabajo defensivo. Varios pros y contras en una victoria, eso sí, tan solvente como importante.