Ex Sporting: Pedro Díaz juega con el Girondins pendiente de resolver su futuro

Pedro Díaz se encuentra en España en la concentración de su club, el Girondins de Burdeos, disputando esta mañana un encuentro amistoso programado ante el Southampton inglés en la localidad gerundense de Olot. El centrocampista, ex del Real Sporting de Gijón, forma parte del equipo titular de Albert Riera.

Un hecho que de por sí no sería de especial relevancia sino fuera por la actualidad que rodea al club francés, que ayer emitía un comunicado oficial en el que aceptaba la sanción administrativa que lo condenaba a descender de categoría al tercer escalón del fútbol galo, el Championnat National. A pesar del descenso administrativo, Pedro Díaz se mantiene en la dinámica de trabajo de los girondinos, con contrato en vigor, al menos por el momento.

Lógicamente, dada la situación que atraviesa el club bordelés, numerosos intereses han salido a flote en las últimas horas por su fichaje. Al sierense ya le seguían la pista equipos de Primera División tanto en España como en Francia, intensificando su interés en las últimas horas. En nuestro fútbol ya se le ubica en la órbita de clubes como el RCD Espanyol, el Valencia o el Granada, en este caso de Segunda.

El Sporting está lógicamente muy atento a su situación después de que el pasado verano vendieran al futbolista por unos 2 millones por el 51% de su tránsfer, quedando como potencial ingreso futuro un 49% sobre una hipotética venta. En todo caso, salvo una denuncia ante la FIFA por parte de los jugadores por impagos, cosa que por el momento no se ha producido, o una cláusula liberatoria en el acuerdo firmado, en cuyo caso ya se hubiera ejecutado, el futbolista mantiene contrato con la entidad gala.

El club puede mantener el estatus de profesional en National, si bien en Francia no existen ese tipo de cláusulas liberatorias como norma general por un descenso administrativo. Sólo en el caso concreto de incluirla expresamente en el contrato particular del futbolista en caso de un descenso podría darse esa circunstancia. En ese sentido, su salida del club, salvo denuncia ante FIFA o un nuevo descenso administrativo, que hoy por hoy está en el aire, dependerá de una negociación para su traspaso o rescisión con el Girondins, como cualquier otra, obviamente con sus cuentas en una situación muy delicada. Su futuro es a día de hoy una incógnita total para el futbolista.

De producirse una venta por una cantidad económica entre medias el Sporting tendría derecho a percibir el porcentaje que aún le corresponde (49%), si bien el resto de cláusulas pactadas en la venta del centrocampista ya resultan prácticamente una utopía. Los rojiblancos habían negociado la posibilidad de que el Girondins comprase otro 30% por 1,3 millones durante los próximos años, además de bonus en caso de ascenso a la Ligue 1, que le habría dado al Sporting 400.000 euros, así como la permanencia en la máxima categoría del fútbol francés serían otros 200.000 euros.

El club propiedad del hispano-luxemburgués Gerard López declarará la suspensión de pagos tras la resolución de ayer. Esto no significaría la quiebra, ya que se activaría un procedimiento similar a la ley concursal por la que pasó el Sporting en su día, aunque bajo la legalidad francesa, con sus diferentes variaciones. Esta vía le daría un balón de oxígeno al Burdeos, pero también correría el riesgo de sufrir un nuevo descenso administrativo hasta la cuarta categoría, ya de carácter no profesional, con todo lo que ello implica a nivel de ingresos y de hacer frente a los sueldos de los futbolistas que no tengan pactada una reducción salarial en función de la liga a disputar, entre otras cosas, ya que podrían intentar forzar, ahí sí, una rescisión para recibir la carta de libertad.