La Voz de Asturias

Análisis: Así juegan al estilo 'Canalleta' los equipos de Rubén Albés, nuevo entrenador del Sporting

Sporting 1905

Dani Souto
Rubén Albés

Texto de análisis

22 Jun 2024. Actualizado a las 23:05 h.

Suele decirse con frecuencia cuando llega un nuevo entrenador a un equipo eso de que tratará de implementar su sello. Sin embargo, en el caso de Rubén Albés (Vigo, 1985) prácticamente es como no decir nada concreto. El técnico gallego, que se hará con las riendas del banquillo del Real Sporting de Gijón, se ha caracterizado a lo largo de su trayectoria, por encima de todo, por amoldarse a los recursos que disponía en la plantilla y sus necesidades. Si bien el propio preparador definió su estilo como «Canalleta», en unas declaraciones que se han viralizado en el entorno sportinguista desde que se confirmó su llegada, esto se relaciona más a aspectos no medibles como la valentía, la intensidad o la alegría en el juego. En cuestión táctica y de planteamiento, Albés ha demostrado ser especialmente camaleónico.

Siendo estrictos con su propia definición, probablemente su etapa en el Albacete se acerque más a sus preferencias estilísticas que su otro club en Segunda, un CD Lugo diametralmente opuesto al conjunto manchego. Lo cual pone de manifiesto precisamente esa capacidad de adaptación. En el Anxo Carro, donde asumió el cargo en una situación delicada para conseguir una complejísima salvación para la temporada posterior conseguir una permanencia más tranquila, su Lugo se caracterizó por defender en bloque bajo, practicar un fútbol muy directo y sacar especial provecho a las situaciones a balón parado. Una propuesta de juego que no se corresponde con la temporada y media -algo más- que dirigió en el Carlos Belmonte.

Su Albacete trataba de elaborar en corto en los primeros pases, si bien sus posesiones eran más cortas que las de un Sporting de Miguel Ángel Ramírez que ya de por sí ejecutaba una idea similar. La principal diferencia entre uno y otro era la altura del bloque a la hora de buscar el salto a campo rival. El grancanario solía mantener el bloque más junto, buscando generalmente (no siempre) envíos intermedios para superar la línea de presión rival; Albés en el Albacete, por contra, buscaba más por norma general el envío directo a una referencia o directamente a la profundidad a la espalda, ya fuese del punta o de los extremos, lo que obligaba a tener el bloque mucho más estirado -mayor distancia entre primera y última línea- para abarcar más metros de terreno. Dos ideas similares en este aspecto, aunque con importantes diferencias en la ejecución para llevar la jugada a campo rival.

Su adaptabilidad también se representa desde el sistema táctico. Lo más habitual en su carrera ha sido verlo emplear un 1-4-3-3 en sus últimos equipos, con una variante principal con línea de 5 atrás en determinados contextos. Sin embargo, nuevamente amoldándose a las características de su plantilla, este último año también renunció a atacar con un punta en muchos casos y formar con 2 arriba en un 1-4-4-2. Algo que en el Sporting está en el aire hasta que la confección de la misma vaya tomando forma y el técnico vaya trazando los perfiles de los que disponga y con ello el sistema más frecuente a utilizar para potenciarlos.

Mismamente, en este Albacete, para generar superioridad en primera línea en salida de balón -algo que también hizo en el Lugo o especialmente en el Celta 'B'- optó por diferentes fórmulas; desde juntar al lateral del lado débil haciendo las veces de tercer central proyectando al del costado opuesto -sonará familiar esta opción con el precedente cercano de Pascanu y Cote-, a utilizar a su pivote posicional para hacer una salida Lavolpiana incrustándolo entre centrales o bien cayendo al costado de estos para que los laterales ganasen altura o que uno de ellos se incorporara al carril central para ser opción de pase en corto por dentro. Todo ello, como decíamos anteriormente, para aclarar la jugada y, rápidamente, buscar envíos en profundidad.

Para aprovecharlos, Albés acostumbra a formar en este tipo de jugadas con un bloque muy estrecho, de los que más de todo el campeonato, con los extremos muy metidos hacia dentro -salvo en ataques posicionales más largos- con el objetivo de tener varios apoyos próximos para hacerse con las segundas jugadas. Es por ello que su Albacete destacó en todas las métricas relacionadas con duelos (ofensivos, defensivos, aéreos, balones divididos..), una manera de imprimir intensidad sin balón pero a su vez otorgar de mayor fluidez y movilidad a sus piezas de ataque. Una vía habitual para llegar al último tercio y, ya sea en un ataque construido desde atrás o en una transición tras robo en campo rival -otra de las características reseñables de su Albacete-, juntar a muchos futbolistas en área rival, cargándola con la mayor cantidad de atacantes posible. En definitiva, un equipo muy ofensivo y vertical. Esto hizo que el cuadro manchego fuera de los que más volumen ofensivo generasen, de hecho, la temporada en la que clasifican a Playoff fue el conjunto más goleador de la categoría.

Sin el cuero, nuevamente, encontramos dos versiones totalmente opuestas en la categoría de plata: el bloque bajo del Lugo, un equipo muy junto y solidario en el entorno de su área, y un agresivo Albacete en la presión alta y la defensa hacia adelante. Una presión clave entendida para recuperar rápido el cuero y poder imprimirle un ritmo alto al juego. En defensa posicional, una de sus propuestas en los sistemas con 3 centrocampistas pasaba por incrustar al pivote posicional a la altura de los centrales especialmente para la defensa de centros laterales. Nuevamente las características de sus jugadores son fundamentales para entender esto, como por ejemplo una pareja de centrales rápida que le permita tener seguridad a su espalda y defender con la línea adelantada favoreciendo la presión en campo rival. Los principales problemas en su último Albacete llegaron por ahí, a raíz de los riesgos asumidos en defensa que no se vieron tan compensados por su producción ofensiva como la temporada anterior. Esto, en una nueva muestra de adaptación, empujó al técnico a asegurar que su equipo «dejaría de ser tan alegre» porque eso les había perjudicado en su juego y les había costado posiciones en la clasificación.

Por todo ello no se puede decir que Albés sea un técnico casado a una única idea y un sistema de juego. Sí tiene sus innegociables y su particular sello, aunque puede reflejarlos en distintos planteamientos. Seguramente su último Albacete sea el que más se aproxima a su idea primaria de lo que quiere de sus equipos, pero lo que hará en el Sporting a fin de cuentas no deja de ser un melón por abrir, aunque con la base que toma del trabajo de Miguel Ángel Ramírez seguramente pueda acercarse más a este estilo que al visto en el Anxo Carro. ¿Cuál será la propuesta de Albés en el Sporting? La respuesta seguramente sea la más gallega posible: depende. Del análisis del nuevo técnico de las características de su plantilla y de las opciones que le ofrezca tocará ver el desarrollo del modelo de juego del vigués en el banquillo de El Molinón - Enrique Castro 'Quini'.


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