Acerete y su olfato de gol, opción extra para la delantera del Sporting

Ha completado los dos últimos entrenamientos con el primer equipo del Real Sporting de Gijón, siendo una novedad en lo que va de temporada. Cris Acerete está siendo uno de los nombres propios en el filial rojiblanco a las órdenes de Aitor Zulaika, ganándose por derecho propio ese paso con los mayores.

Un paso que ha tardado en llegar, igualmente, y es que las bajas en la delantera rojiblanca han obligado a Miguel Ángel Ramírez a mirar hacia el Sporting Atlético, algo para lo cual no ha mostrado reparos. Ya desde la misma pretemporada, en el lejano verano, el técnico grancanrio aprovechó la incorporación de Esteban Lozano para reclutarlo con el primer equipo, dándole el relevo ya desde la primera jornada del campeonato de liga. Algo que a la postre le ha mantenido cerrada la puerta a Acerete.

El mexicano convenció a Ramírez por su trabajo en los entrenamientos y por las características que posee, siendo un delantero de área, gran déficit de la plantilla este curso, y destacando por el juego aéreo y el remate de cabeza. Unas peculiaridades alejadas de las de un Acerete que sí destaca en la zona de castigo, aunque con un perfil muy diferente a Lozano.

Se puede decir que a base de insistir con goles, Acerete no dejó de llamar a la puerta de Ramírez. El asturiano de 21 años, con pasado en clubes gijoneses como Arenal -donde ahora ejerce de entrenador en la base- y Roces en su etapa formativa, ha marcado ya 11 dianas en los 19 encuentros que ha disputado, algo que llama más la atención considerando que sólo en 10 de ellos ha partido como titular. En resumidas cuentas, Acerete sale a un gol cada 82 minutos de juego; uno por partido en promedio.

Esa supone su principal cualidad, si bien no es cosa menor, pues es la más cotizada en esto del fútbol. Acerete es el clásico definido como «ratón de área», un delantero con especial sensibilidad  para encontrar zonas de remate y estar adecuadamente colocado para aprovechar rechaces que puedan surgir en el interior del área o anticiparse a las marcas para finalizar en pocos toques. Un instinto de esos que «se tienen» y que son más difíciles de entrenar.

Sin embargo, en su formación aprendió a jugar lejos del área, sorprendiendo realmente en esta nueva etapa por su cualidad goleadora, la cual ya demostró en el Tuilla. Es por ello que también puede involucrarse en el juego, sin demasiados riesgos ni complicaciones, a la hora de darle continuidad. Sin embargo, ahí tiene un mayor margen de progresión. Por ejemplo, por físico, cuestión clave a la hora de poder adaptarse a las disputas y ritmo de un fútbol como el de la Segunda División, le cuesta imponerse en choques con los centrales, así como ganar duelos aéreos -mide 1,74 metros-. No es ese tipo de perfil. Aun así, lo compensa con creces dentro del área rival, donde el Sporting está encontrando su principal déficit esta temporada, pudiendo ser una opción más que interesante para cubrir las bajas en el equipo de Miguel Ángel Ramírez. Mañana, nuevo entrenamiento de los rojiblancos, será interesante ver si continúa en la dinámica preparatoria del duelo frente al Burgos.