¿Dónde jugaría el Sporting mientras reforman El Molinón? Oviedo, Santander, León, Avilés,...

El Real Sporting de Gijón sigue trabajando en dar forma a su nuevo proyecto de reforma y la previsión pasa por tenerlo disponible de cara a finales de 2023 o incluso en las primeras semanas de enero. Uno de los puntos a resolver pasa por conocer cuántos días deberá cerrarse el estadio y dónde jugaría la escuadra sportinguista en tal situación.

La solución más lógica pasaría por jugar en el Carlos Tartiere, ya que por aforo habría espacio suficientes para todos los aficionados rojiblancos y se encuentra a menos de 30 kilómetros de distancia de Gijón, además de contar con la homologación de LaLiga. Sin embargo, en el fútbol no siempre impera la lógica y la eterna rivalidad con el Real Oviedo deja esta vía en el aire, más si cabe teniendo en cuenta los problemas que han existido estos años para celebrar con relativa normalidad el derbi asturiano en cuanto a medidas de seguridad. El desplazamiento de aficionados sportinguistas podría ser 20 veces mayor, con todo lo que implica.

Cabe destacar que el alcalde de la capital y su equipo de gobierno vienen apostando en los últimos años por aumentar el número de eventos e incluso Canteli apoyó la candidatura de Asturias 2030 antes de las elecciones: «Que Gijón sea sede sería bueno para Asturias y Oviedo saldría beneficiado. Está claro que no todos los visitantes irían a Gijón».

Otra ciudad que también mostró su interés en colaborar con Asturias 2030 fue Avilés, cuyo estadio está pendiente de una remodelación valorada en 14 millones de euros. Hasta la fecha, el aforo máximo del Suárez Puerta ha sido de 6.700 asientos y pese a la eventual reforma, se quedaría alejado del habitual número de abonados rojiblancos, así como habría que realizar una serie de adaptaciones extra solicitadas por LaLiga.

En esa línea, tampoco están homologados actualmente por LaLiga los estadios del Deportivo, la Ponferradina, el Lugo y la Cultural Leonesa, de ahí que el Racing de Ferrol - Sporting de este verano estuviese cerca de jugarse en Vigo como única alternativa por las obras de A Malata. No obstante, las obras de adaptación no tendrían un coste elevado y tampoco es descartable que para entonces se encuentren en el fútbol profesional. A nivel de asientos, los escenarios más interesantes serían Riazor con más de 32.000 localidades, A Malata con más de 12.000 y el Reino de León con más de 13.000, precisamente allí se jugó un Sporting - Almería debido al cierre de El Molinón por una sanción.

Descartada la Escuela de Fútbol de Mareo por razones de aforo, seguridad y diversos requisitos de LaLiga, solo quedaría sobre la mesa El Sardinero, con más de 22.000 butacas disponibles a poco menos de 2 horas de distancia y un hermanamiento con la afición del Racing de Santander muy latente en los últimos lustros.

La FIFA dará a conocer el 4 de diciembre sus requisitos para ser sede del Mundial 2030 y una vez conocidos se podrá avanzar definitivamente en el proyecto. En paralelo, se están haciendo estudios para evaluar qué gradas del actual recinto deportivo gijonés tienen más años de vida por delante, cuáles soportarían mejor una reforma sobre su actual estructura y en cuáles se podría aumentar más el aforo para superar los 40.000 asientos. A su vez, si por ejemplo solo se derribase la grada oeste, las molestias serían mínimas en los actuales bajos comerciales y posiblemente se podría seguir compitiendo con relativa normalidad sin necesidad de buscar otro estadio alternativo, aunque obligaría a apostar todo el aumento de aforo en un mismo espacio con lo que implica en cuanto a tamaño, sin olvidar el deseo de reducir posteriormente el número de asientos para adaptarse a las necesidades sportinguistas una vez acabe el Mundial 2030.

El primer anteproyecto del estudio de arquitectura Sordo Madaleno propuso construir un nuevo estadio en el aparcamiento de la grada este de El Molinón - Enrique Castro 'Quini', pero esa idea ya está descartada. Las molestias para los aficionados rojiblancos iban a ser mínimas, poniendo como ejemplo la construcción del nuevo San Mamés, con un Athletic que solo necesitó jugar un encuentro en Anoeta como local. Con el derribo de la grada este en la fase final de la obra, el aforo estaría cercano a los 20.000 asientos, por lo que tampoco habría problemas para acoger a los aficionados que suelen acudir.

Con este cambio de planes, la fachada blanca con detalles rojos inspirada en las olas del mar Cantábrico también quedó en un segundo plano. Sobre el aspecto externo del coliseo gijonés habló días atrás el arquitecto Joaquín Vaquero, colaborador de la última gran reforma, que ponía sobre la mesa la opción de reinstalar el actual diseño del artista Vaquero Turcios.