El experimento de Rivera como central del Sporting
Sporting 1905
El pivote estrenó posición
21 Jul 2023. Actualizado a las 20:09 h.
Todos los aficionados del Real Sporting de Gijón que trasnocharon durante la madrugada del pasado miércoles al jueves tuvieron que pararse un momento en la previa del encuentro frente a Atlas de Guadalajara y dibujar mentalmente cómo se ordenaría el once propuesto por Miguel Ángel Ramírez. Sólo un central en el sistema de partida y un amplio abanico de posibilidades. Finalmente, una vez echó a rodar el balón, se confirmó la sorpresa: Christian Rivera sería la pareja de Pablo Insua en el eje de la zaga.
Si algo tienen las pretemporadas es que todo lo soportan. Los amistosos son buenos bancos de prueba para testear aquellos detalles que pueden llegar a verse durante la temporada regular, aunque en el caso de Rivera como central seguiría resultando llamativo. El gijonés nunca había actuado en dicha demarcación como profesional, sorprendiendo por la dudosa adaptación de muchas de sus cualidades principales en ese rol.
Cerca estuvo de ocupar esa misma posición el curso anterior, el 21/22, de la mano de Abelardo Fernández en el tramo final del campeonato. Juan Berrocal caía lesionado al inicio del encuentro ante el Fuenlabrada en la penúltima jornada de liga. A pesar de contar con Jordi Pola como relevo natural en el banquillo, el Pitu decidió apostar por meter a Rivera, pero este no terminaría actuando como central, sino que ocuparía su habitual posición como pivote y retrasaría a José Gragera, algo que en su caso sí se repetiría con mayor frecuencia en un futuro cercano.
En este ensayo ante Atlas, Ramírez volvió a repartir los minutos entre sus centrocampistas, una de las posiciones más pobladas que tiene en la plantilla junto a los laterales. Rivera sólo tuvo media hora en el rol de central, pero fue suficiente para ver ciertas incomodidades y decisiones propias de un futbolista no habituado a esa posición. El gijonés perdía muy fácilmente el sitio, especialmente saltando sobre su par dejando su posición más de lo recomendable, algo lógico tratándose de un jugador acostumbrado a defender hacia adelante con agresividad.
Donde más podía sufrir, marcado por su velocidad, es en la defensa de los espacios a su espalda, aunque no fue una situación en la que se viera especialmente exigido durante el encuentro. Sí tuvo un par de jugadas en las que enfrentó un uno contra uno con su par, ambas teniendo que ir en cobertura a la espalda de Insua. En la primera de ellas llegó a tiempo para estorbar el disparo, aunque el delantero le había ganado la posición y consiguió disparar a puerta, aunque se fue desviado, forzando a Rivera en la arrancada, y posteriormente en una acción en la que tuvo que dar espacio a la salida de Christian Joel ante un balón en profundidad a la espalda de Insua, una cobertura bien realizada por el gijonés.
Más allá de cuestiones posicionales, de las cuales Insua estuvo muy pendiente con correcciones y estando muy cercano sobre todo en situaciones de centro lateral ante el riesgo de que la inexperiencia de Rivera en las marcas en esas situaciones concretas le hicieran perder la referencia, con balón el gijonés mostró su confianza habitual, la misma que tiene unos metros por delante. La gran ventaja para él en esa posición es que siempre ve el juego de cara y puede construir el juego con pases verticales, conociendo perfectamente cuál debe ser el movimiento de sus compañeros del centro del campo. En las veces que intervino en ese papel no desentonó, pero dejó varias evidencias de ser un rol extraño tanto para él como para los aficionados rojiblancos. Todo ello mientras el Sporting se mantiene trabajando por firmar nuevos centrales para la plantilla, aunque Ramírez tenía otras opciones como ante Santos, esta vez prefirió probar algo nuevo.