Vidales analiza la crisis del Sporting y asegura que moriría con él

El que fuera técnico de la Escuela de Fútbol de Mareo, dirigiendo al filial del Real Sporting de Gijón en dos etapas diferentes, además de servir en el desarrollo del área metodológica, Javier Vidales, atendió a La Voz de Asturias para repasar la actualidad del conjunto rojiblanco y las dificultades que atraviesan en la presente temporada.

Esta es la primera parte de una extensa entrevista, mientras que en la segunda analizará cuestiones relacionadas con la cantera y su estructura para la misma basada en su dilatada trayectoria.

Declaraciones de Javier Vidales:

"Entiendo que una llamada del Sporting no va a ocurrir, no porque no pueda ocurrir, sino porque llevo dos años y hasta hoy no ha sucedido. Imagina si lo cogería, ya cogí al filial en una mala dinámica, eso no es lo que me importa, no dudé. A mí si me llaman y me dicen que el Sporting se va a morir, yo me moriría con el Sporting. No tengo problema con eso."

"De hecho, uno de los motivos por los que alomejor estoy ahora sin proyecto es por haber esperado a esa 'novia' durante mucho tiempo. He tenido otras opciones, pero he estado esperando por esa oportunidad, aunque ya la dé por descartada. Yo me siento entrenador y lo que me gustaría es volver a los banquillos, aunque mi carrera haya tomado otra deriva a raíz de que el Sporting precisamente me pidiera iniciar ese camino, pero si el Sporting me lo pidió yo se lo di."

"Creo que las diferencias en el fútbol no son tan grandes como las pintamos en cuanto a las palabras que damos los técnicos. Al final en el campo luego convergen muchas cosas durante el juego. Pero sí creo que se marcan diferencias en cuanto al mensaje que se emite. Muchas veces los mensajes crean más impactos sobre las personas que lo que verdaderamente se produce en el terreno de juego. Y los futbolistas son personas. Creo que lanzar diferentes mensajes en la misma temporada, que al final recaen sobre los mismos jugadores, es lo que genera situaciones de mayor conflicto para ellos. Lo más problemático es que este año haya habido mensajes tan dispares en el club, más allá de que se apueste por entrenadores con diferentes perfiles."

"Me llama mucho la atención cuando llega un entrenador nuevo a El Molinón y trabaja con otra variante, que no con otros sistemas, sino variantes, y parece que se crea una especie de seísmo y se dice que eso al jugador le va a extrañar o que su rendimiento no va a ser el adecuado y cosas por el estilo. Yo solo digo que un jugador profesional ha pasado por tantísimas situaciones diferentes, tantos entrenadores tanto en su etapa formativa como en su trayectoria profesional, que me parece de delito el poner como un problema que el jugador tenga que cambiar de sistema o de forma de jugar. Yo cuando comienzo como entrenador en Las Palmas realicé un cambio muy brusco en cuanto al planteamiento de juego ya en el primer partido, apenas con 4 sesiones para prepararlo, y no hubo ningún problema. El jugador agarró rápidamente las ideas y lo ejecutó sobre el campo."

"Puede que ahora sí hayan encontrado la vía que realmente querían. Yo soy de los que entiendo que una primera plantilla debe ser como una despensa para el entrenador y tener la mayor cantidad de perfiles diferentes posible. Ramírez habló muy acertadamente el otro día al decir que un equipo no puede tener un solo plan de juego porque entonces se vuelve previsible en ataque y más fácil de atacar. Todos a día de hoy lo saben todo del rival, cada detalle, y lo estudian. Entonces, cuantos más perfiles tengas para construir más estructuras diferentes, más podrás sorprender, que es de lo que se trata. Debes tener esos perfiles. Necesitas, en definitiva, jugadores buenos, más allá de que sean más altos o más pequeños, más fuertes o menos.. Que haya todo tipo de herramientas."

"El problema que estoy viendo en el Sporting está en lo emocional. Los jugadores empiezan a tener en su mente lo ocurrido el año pasado, y eso es un problema. Se ve fácilmente en sus caras. Tienen una carga demasiado grande encima y eso produce una falta de rendimiento. Creo que es donde todos en el club deben volcarse ahora."

"Creo que el año pasado había menos margen de tiempo que en este, y además del tiempo tenemos ese aprendizaje precisamente de lo ocurrido esa temporada, o al menos una lección que deberíamos haber aprendido. Si me preocupa algo es que dentro del vestuario se esté pensando en lo que ocurrió el año pasado. No es beneficioso acarrear con ese peso encima, es cuestión de aprender de ello y nada más."

"Todos hacen caso de lo que se dice en el entorno y también internamente. Por eso mismo digo que es fundamental cuidar los mensajes que se lanzan. A veces tienes un problema muy marcado, por ejemplo con la defensa a balón parado, e incides en ello, lo trabajas, lo hablas.. Y lo mejor muchas veces es olvidarlo, dejarlo a un lado y trabajar otra cosa. De repente un día ese problema desaparece y es porque venía derivado más de una obsesión que otra cosa. Es algo mental. El futbolista está en el campo y piensa 'otra vez nos van a hacer gol'. Si no paras de perder deja de pensar en 'esta vez no voy a perder', no. Piensa en 'busco ganar', buscas lo mismo pero cambias el discurso, y eso es muy importante. A los jugadores hay que cambiarles el chip. Me da que el recuerdo del año pasado empieza a calar hondo. Veo demasiada preocupación"

"Es complicado solucionar ese problema mental, pero ahí está otra de las funciones del entrenador. La última vez que entré en el Sporting fue sustituyendo a Abelardo en el filial y me encontré un equipo de jugadores que crecen en Mareo desde alevines y que no habían vivido nunca en su vida el hecho de perder dos partidos seguidos, y aquella temporada venían de sumar 10 u 11 partidos sin ganar. Yo me repetía cada vez que iba a Mareo que tenía que evitar lanzar mensajes negativos del tipo de 'no podemos volver a perder'. Recuerdo coger una de las clasificaciones del periódico y la rompí frente a ellos y puse una nueva en la pared con todos los equipos empatados a 0 puntos. Teníamos que volver a empezar y el objetivo era ser campeones. Nos sobraron 3 o 4 jornadas al final. Mi trabajo entonces iba a estar en lo mental, y lo primero en un relevo de un entrenador debe estar ahí, más que en lo táctico o cualquier otra cuestión."

"Un reflejo de todo esto se vio en el último partido. Apenas pasan dos minutos desde que Cali comete un penalti que anula el VAR y luego el siguiente en una acción que ya estaba bien defendida y comete un error. La situación estaba muy reciente y el futbolista ya piensa 'cuidado ahora en el área'. Y esto demuestra que eso no le está pesando solo a los jóvenes."

"Berrocal es un futbolista que evidencia bien esto de los contextos mentales. El Berrocal del año pasado no me gustó para nada, pero el otro día que estuve en Lugo viendo su partido ante el Eibar y se me iba la mirada a Berrocal. Me encantó. Era otro futbolista, con otras condiciones, y todo por verse en un contexto ganador. Él no es otro, lo que cambia es el contexto. No han pasado más de 7 meses desde que aquí todos veíamos cómo cometía errores."

"No sobra para nada tener un coach en un cuerpo técnico. Yo en Las Palmas tenía uno. Sin embargo, el mensaje llega mejor e impacta más si llega directamente del entrenador. Ellos mismos piden el apoyo de un coach porque te puede ayudar a ordenarlo todo. Un entrenador no deja de ser hoy en día un gestor de personas que debe gestionar la mejor capacidad de aquellos que lo rodean. Tener un coach es importante, pero el entrenador es quien más impacta en el jugador."

"Las cosas que está mejor construidas en el fútbol necesitan tiempo. Y el club debe aportar ese tiempo. Elijas a quien elijas debes rodearlo de gente que lo complemente para hacerlo más fuerte. Muchas veces los entrenadores buscamos rodearnos de gente igual que nosotros y eso es un error."