El método Ramírez que enamoró al Sporting y a Orlegi

Orlegi Sports ha tomado su primera decisión de relevancia en lo que al banquillo del primer equipo del Real Sporting de Gijón se refiere. Asentándose en una dinámica de resultados que ha dejado a los rojiblancos a tres puntos de la zona de descenso recién superado el ecuador de la temporada, la dirección deportiva decidió cesar de sus funciones a Abelardo Fernández tras la última derrota en Santander. Su reemplazo, Miguel Ángel Ramírez, es un desconocido para el gran público gijonés por su juventud y su corto recorrido en banquillos a nivel sénior, siendo esta su primera experiencia en Europa. Sin embargo, el canario llega con un bagaje importante en su trayectoria y con una idea de juego bajo el brazo que buscamos desgranar en este artículo.

Tres han sido los proyectos que ha encabezado Ramírez en el fútbol profesional dirigiendo los banquillos de Independiente del Valle, Sport Club Internacional y Charlotte FC. Fue en el primero de ellos, en el conjunto ecuatoriano, en el que mejor pudo desarrollar su modelo de juego por el tiempo del que dispuso y por la adecuación de un contexto favorable. El grancanario ya trabajaba dirigiendo la cantera de un club que venía trabajando en una corriente ideológica futbolística con la que el propio técnico comulga. El juego de posición, un fútbol centrado en el dominio de los espacios y el control del balón en su mentalidad ofensiva, es el pilar sobre el que erigió aquel Independiente del Valle que triunfó a nivel continental y también la idea de juego que acompaña al nuevo entrenador del Real Sporting.

Las diferentes experiencias en Brasil y Estados Unidos han ido curtiendo al canario, y en cierta medida le ha añadido matices en su propuesta, aunque por el poco recorrido que ha tenido en estos países, es difícil valorar esa evolución sobre el césped. Por lo visto en Ecuador y sus diferentes referencias y explicaciones, siendo un técnico que destaca por su punto didáctico y académico, su forma de ver el fútbol no casa con un único sistema predilecto, y es que algo que destaca en Ramírez es la adaptabilidad de sus equipos al rival. En su objetivo por coronar espacios generados en la fase defensiva adversaria, sus equipos buscan plantear superioridades en las diferentes fases del juego ofensivo. Se entiende mejor con un ejemplo práctico: si el rival presiona con dos delanteros, formará una primera línea con tres hombres, ya sean tres centrales o con la reubicación de su pivote entre ellos; del mismo modo, si el rival defiende con tres centrales su equipo dispondrá de dos puntas y no solo de uno. Un sistema que también cambiará cuando le toque defender dentro del mismo partido.

El objetivo de esto es fijar al adversario, es decir, hacer que un jugador se quede pendiente de su marca y que esté a merced de su posición. Una máxima del juego de posición técnico parte de que los extremos estén siempre lo más abiertos posible para que así el lateral rival no pueda estar tan cerca de su central, estirando la línea defensiva rival para generar más espacios atacables por dentro. Ramírez ha demostrado en su trayectoria que este no es su único recurso. Muchas veces busca precisamente lo contrario, que sus extremos se cierren mucho -sobre todo enfrentando una línea de 4 atrás- y se acerquen al punta para hacer más estrecho al equipo rival en su defensa y que sea la aparición en carrera de un interior o de un lateral, sea el que sea por fuera, la que rompa al espacio libre de marca. Es por ello que habitualmente busca jugar con extremos a pie natural, para poder atacar con verticalidad.

Aquí reside otra de las claves de su juego: la movilidad. Adaptar diferentes sistemas según el que plantee el rival o modificar la estructura del equipo según la situación en la que se encuentre, ataque o defensa, requieren de un esfuerzo importante de sus jugadores para ubicarse donde deben en cada momento. Es por ello que se le atribuye a una corriente más dinámica dentro del juego de posición. Los equipos de Ramírez quieren la posesión del balón, pues en sus propias palabras "es lo que le da el control del juego", pero no la quieren de forma pasiva, es decir, moviendo y moviendo el cuero para al atraer al rival y, en ese desgaste y constante basculación, generar espacios para avanzar con jugadores estáticos en amplitud, por ejemplo. En su lugar, busca ser más vertical generando espacios desde el movimiento; confundir al rival para que le sea más difícil marcar a su par.

Es por ello que unas veces podremos ver en salida de balón al lateral yendo hacia dentro a recibir y al interior permutando con él para ir a esa zona que libera su compañero con su movimiento. O bien desmarques de apoyo del punta que compensa un interior que se incorpora o un extremo que va hacia dentro, por citar diferentes ejemplos. Dos situaciones en las que se cita el dinamismo y la importancia de los interiores en su modelo, claves para entender su idea. Es por eso mismo que la asimilación de su modelo de juego, para que cada jugador entienda su rol y qué se le va a demandar posicionalmente en cada situación, requiere de mucho tiempo. A pesar de ser jugadores profesionales y tener capacidad para adaptarse con cierta facilidad, serán muchos conceptos que absorber, y no solo eso, sino un cambio de propuesta muy importante a la desarrollada habitualmente en el Sporting.

La fase defensiva, por contra, es mucho más "sencilla" de explicar. Ramírez gusta de equipos que presionen alto sobre la salida en corto del rival y sobre todo que sean muy intensos a la hora de reducir los espacios una vez pierden el balón. Es por eso que el técnico canario muestra predilección por estar con el control del cuero el mayor tiempo posible en campo rival, para así, pensando en la futura acción defensiva, tener la mayor cantidad de jugadores en el menor espacio posible para apretar la pérdida y tratar de recuperar lo antes que puedan. Esto empujará al equipo a tener el bloque y la línea de retaguardia muy arriba en la mayoría de las situaciones, algo en lo que el Sporting ha venido sufriendo esta temporada por el perfil de sus jugadores, exigiendo mucho especialmente en las transiciones defensivas.

En Ecuador, su mayor proyecto hasta la fecha, llegó a un club que ya venía haciendo un muy buen trabajo en su base, con inversiones en cuanto a instalaciones y cantera, una de ellas, precisamente, la contratación del propio Miguel Ángel Ramírez, que ha desarrollado la mayor parte de su carrera en el fútbol formativo, algo que sí cuaja bien en Gijón. Con ese caldo de cultivo positivo, le fue más sencillo asumir la dirección del banquillo de Independiente del Valle. La situación de partida en el Sporting no podía ser más diferente, suponiendo un vuelco al modelo de juego que se intentó desarrollar aquí. Nada que ver con el "fútbol norteño" que Abelardo quería recuperar. Ese será sin duda, junto a la urgencia clasificatoria, el mayor desafío para el técnico canario en esta nueva aventura, la primera a nivel profesional en España.

Tertulia sportinguista con Dani Souto y Alejandro Vigil para repasar la última hora del mercado de fichajes de invierno del Real Sporting de Gijón, así como la negociación del fichaje de Miguel Ángel Ramírez para el banquillo sportinguista y la salida de Abelardo Fernández.

El programa se puede ver desde el siguiente vídeo y en el Twitch de Sporting1905 (A partir del minuto 3 y recuerda activar el sonido del reproductor y de tu equipo):

La quinielona de Sporting1905

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