La Voz de Asturias

«Las 4 claves de la heroica victoria del Sporting»

Sporting 1905

Dani Souto
Abelardo

Texto de análisis

08 Dec 2022. Actualizado a las 23:00 h.

Mucho más con el corazón que con las botas. Así llegó al fin la victoria con la que el Real Sporting de Gijón puso fin a su sequía de triunfos en el Anxo Carro. Un partido trabado, de los 'feos', de esos que exigen jugar mal, pero que los rojiblancos se terminaron llevando incluso cuando todo pintaban bastos. Era la receta que quería Abelardo Fernández en la previa, ganar como sea, sin importar el cómo. Todo para dejar atrás merecimientos que se quedaron en resultados amargos. Esta vez los tres puntos sí saben bien, aunque las formas solo hagan afición por el hecho de apelar a la heroica. Analizamos en base a 4 claves destacadas el triunfo sportinguista:

Sólidos en el juego directo

Empezando por un punto positivo a destacar, el partido del Sporting fue más positivo en defensa que en ataque. El contexto respondió al habitual en el Anxo Carro: muchos duelos, muchas disputas y muchas interrupciones. Los de Abelardo no tuvieron la capacidad de escapar de ese guion de encuentro, algo muy complicado de conseguir en el feudo del Lugo, pero sí se adaptó bien a él al menos en la faceta defensiva. La pareja de centrales volvió a ser bastión en el juego aéreo. Pablo Insua, rigurosa expulsión al margen, secó a un delantero referencia como Chris Ramos, mientras que Cali Izquierdoz puso el orden y la contundencia a la que ya acostumbra. El Sporting quizás pecó en exceso de entrar al juego del Lugo y permitir muchas faltas en la mitad de campo asturiana, ofreciendo posibilidades a los gallegos a balón parado. Igualmente, se repelieron mayormente bien dichas situaciones. Fuertes en los duelos, bien por alto y sólidos ante la exigencia defensiva que planteaba este encuentro. Poco que discutirle al equipo en este aspecto.

 Ausencia de centrocampismo

Con balón la película fue distinta. Si bien las interrupciones marcaron el ritmo del encuentro, y como comentamos en la clave anterior el Sporting no pudo sino sumar a esa dinámica de juego, los de Abelardo tenían la oportunidad de ser más protagonistas de lo habitual con el esférico controlado. El Lugo, sin grandes esfuerzos en su presión alta, aunque sí fueran a buscar esos primeros pases de los rojiblancos -hoy de amarillo subrayador-, con muy poco los atacantes gallegos conseguían tapar la línea de pase sobre Gragera, la única que se buscaba. El pivote apenas entró en juego en líneas generales, lo cual condujo a alimentar ese contexto de juego directo, duelos e interrupciones. Esta circunstancia no parecía preocupar en exceso al cuerpo técnico, pues el Sporting no buscó otras vías y soluciones con balón, lo cual empobreció el juego ofensivo del equipo.

Sin ideas en ataque

Derivado de lo anterior, encontramos un abanico muy reducido de situaciones a destacar en la faceta ofensiva de los asturianos. Sin juego interior, las posibilidades se reducían a dos escenarios: llegar por fuera y colgar centros laterales o bien intentar sacar tajada de algún desmarque al espacio de uno de los puntas. La primera tuvo algo más de presencia, mientras que la segunda alternativa se disolvió como azucarillo en un café caliente con el paso de los minutos. Los delanteros estuvieron bastante aislados durante el grueso del partido. Los centros, en cambio, esos que tanto ha dado al Sporting a inicio de temporada, pudieron ser argumento suficiente, pero no llegaron a tanto esta vez. La banda izquierda volvió a ser protagonista, sobre todo en botas de Cote, pero la generación de ocasiones de los de Abelardo no fue tal como para destacar, como sí ocurriera en otras citas este curso. La falta de alternativas a ese 'plan A' preocupa.

Gestión de la inferioridad numérica

Tras la expulsión de Pablo Insua, el Sporting jugó con un hombre menos durante algo más de media hora. Esto, lógicamente, condicionó el partido para los asturianos, resignados a pertrecharse atrás y esperar sus opciones haciendo del área un fortín. Abelardo movió ficha rápidamente, ubicó a Gragera como central, guardándose el cambio de Bruno, para modificar cosas en ataque. Primero actuó Djuka solo en punta, pero pronto metió a Jordan para ganar precisamente un lanzador de un posible contragolpe unos metros por detrás. El plan resultó, con Zarfino liberado y con piernas y pulmones para un ultraman y con los dos extremos frescos de recambio, fueron clave para sumar el gol de la victoria. El Sporting supo sufrir así como plantar cara a un escenario adverso. Además, la efectividad acompañó esta vez. O era la de Zarfino o ninguna. Coraje y pundonor, innegociables en este equipo.

Los cambios

Nacho, Jony y Otero por Cristo, Aitor y Queipo. Refresco en las bandas que mejoró la versión de los sustituidos, especialmente en el caso de Otero, encontrándose luego con un rival más abierto y más espacios para atacar. Nacho, por contra, pasó más desapercibido en su intento de refrescar el centro del campo adelantando la posición de Zarfino.

Jordan por Djuka. Fue el cambio que permitió un aire diferente a los -ya escasos- ataques del Sporting. Protagonista en la acción del gol, hizo lo que demandaba la jugada para conducir el contragolpe que desembocaría en gol. Buena lectura con su entrada al ser una pieza más útil en el contexto de partido en el que entró.

Nota a Abelardo y al resto del cuerpo técnico

Suficiente. El equipo tiró más de casta y coraje que otra cosa para terminar llevándose los tres puntos. A su favor, la gestión de los cambios y la situación en inferioridad numérica. Defensivamente no hubo especiales apuros, aunque sí se complicó la vida al ser incapaz de generar un contexto de partido diferente. Concedió y favoreció dicho escenario, en el cual ofensivamente dejó un debe importante. No fue un partido brillante ni estuvo cerca de serlo, su valoración global dista de ser positiva por más que se lograran los tres puntos, aunque sí se volvió a ser tan competitivo como acostumbra. Hacía falta rubricarlo con una victoria.


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