«Las 4 claves del desacertado empate del Sporting»
Sporting 1905
Texto de análisis
04 Nov 2022. Actualizado a las 17:19 h.
Con las pulsaciones ya rebajadas tras un partido con 4 goles y muy diversos escenarios, el análisis en frío del empate que anoche se produjo entre el Real Sporting de Gijón y el Albacete Balompié deja diferentes lecturas. Yendo a lo simple, errores puntuales en una buena defensa y la falta de acierto en un equipo capaz de generar muchas ocasiones terminaron penalizando a los de Abelardo Fernández con un premio menor. Analizamos en base a 4 claves el empate rojiblanco:
Riesgos asumidos con el bloque alto
Albacete y Sporting mostraron ciertos rasgos similares el uno al otro en su propuesta futbolística, pero si hay algo que los diferenció fue la altura de sus bloques en el momento sin balón. Los de Abelardo fueron más atrevidos, presionando arriba cuando podían y manteniendo un bloque medio si veían que no se generaba una situación propicia para el robo en campo rival. Los rojiblancos volvieron a ser serios y ordenados, con una idea defensiva similar a la plasmada el lunes ante el Levante, pero con una pizca más de atrevimiento. El Sporting cedió el espacio a la espalda de su zaga, pero lo hizo conscientemente, buscando un riesgo asumido con tal de favorecer la recuperación en la zona divisoria o más allá.
Mala defensa en los goles
Sin embargo, hilado con la clave anterior, ese riesgo llevó aparejado consigo una oportunidad que el rival supo aprovechar. La mejor muestra de ello fue el primer tanto de los manchegos, con un balón preciso picado a la espalda que pilló en un desajuste al sector izquierdo (Cote-Bamba) de la zaga rojiblanca. Una jugada que enfadó a Abelardo en una doble vertiente, primero por el cómo se defendió ese desmarque de Duba, algo que ya tenían hablado y ensayado, y en segundo lugar por el hecho de dejar tiempo y espacio para pensar en el eje de la medular del Alba, lo que favoreció la aparición de ese buen pie para la asistencia. Precisamente, el elevar el bloque busca estrechar el espacio entre las líneas del equipo, generando tráfico especialmente por dentro, y permitiendo estar más cerca de las jugadas para que no haya esas recepciones tan cómodas. El segundo tanto, más fruto de la endeblez defensiva, fue el otro lunar que marcó el encuentro.
Las señas de identidad habituales y la pausa con balón
Volver a hablar un partido más del peligro que ocasiona el Sporting a balón parado resulta redundante, pero no puede quedarse sin mención. Lo mismo ocurre con los contragolpes, tan característicos en el sello de Abelardo y que una vez más tuvieron su cuota de protagonismo. El primer gol llega en este tipo de jugada, y Otero bien pudo aprovechar otra para verse de nuevo por delante (en ese momento con 1-1 en el marcador). Sin embargo, el Sporting volvió a tener un matiz en su juego no tan habitual, aunque tampoco novedoso o exclusivo de este encuentro. Los de Abelardo tuvieron la calma suficiente con balón en algunos tramos del partido, especialmente en la primera mitad, sin la necesidad del gol por el marcador, para trenzar posesiones algo más largas y que desembocaran en el avance del equipo hacia la mitad rival. Rivera, como organizador, volvió a ser clave en este aspecto.
Manifiesta falta de acierto de cara a gol
El acierto, o la ausencia de este, siendo precisos, volvió a limitar las posibilidades del Sporting. Esta vez sí, tras un par de partidos en los que hubo más sensación de peligro que ocasiones verdaderamente claras, los de Abelardo lo compensaron en un día que recordó más al del Eibar o Racing que otra cosa. Gran generación de situaciones de remate en área rival, algo que alabar, pero tremenda falta de acierto en la definición para convertir. Peor sería no tener siquiera esas opciones, pero el Sporting no puede perdonar tanto de cara a puerta, menos aún considerando las dificultades que está teniendo para firmar porterías a cero. Si este partido se repitiera en las mismas circunstancias, rara vez acabaría de nuevo en empate o derrota local, pero si no se acierta, difícilmente se gana.
Los cambios
Pola por Bamba. Cambio debido a la lesión del suizo. Pola estuvo correcto especialmente para defender balones largos con muchos metros a su espalda. Tuvo un contexto de partido bastante diferente al de Axel, que dejó alguna duda más.
Carrillo y Cristo por Queipo y Campuzano. Refresco que mejoró al equipo, pese a la alta participación de los sustituidos, que dieron muestras de cansancio. Carrillo dejó detalles, aunque no terminó de desbordar. Cristo reactivó el ataque rojiblanco, con gran presencia en área rival y firmando un golazo para el empate.
Milo y Pol por Djuka y Otero. Cambio relevante en la punta del ataque, ambos ofrecieron trabajo e intensidad con su entrada, aunque Milo se dejó ver más con un remate que se fue al larguero y botó sobre la línea. Cumplieron con su cometido.
Nota a Abelardo y al resto del cuerpo técnico
Bien. Correcto planteamiento del partido en vertiente defensiva y ofensiva, que puso todos los ingredientes sobre la mesa para terminar llevándose la victoria. La falta de acierto final, algo que no depende del cuerpo técnico, fue lo que condenó y condicionó el resultado. Aun así, esa defensa adelantada durante largo tramo le pudo penalizar. Se encajó un gol en algo que se tenía trabajado, por lo que habrá que insistir en ese camino. Los cambios, eso sí, mejoraron en tiempo y forma al equipo. Gestión adecuada.