Los retos de Óscar Garro en la cantera del Sporting

Las semanas van avanzando y poco a poco ya van estableciéndose las competiciones oficiales de los diferentes equipos de una Escuela de Fútbol de Mareo que siempre está en boca de los aficionados rojiblancos, y más aún si cabe ahora tras los sustanciales cambios que se han producido este pasado verano en la estructura con la llegada de la nueva propiedad. Una de las novedades ha sido la llegada de Óscar Garro como nuevo director de cantera. Después de 10 años en los que ha vivido experiencias en el fútbol sudamericano y asiático que le han hecho completarse como hombre de fútbol, y unas últimas tres campañas dirigiendo la base del Deportivo Alavés, el técnico madrileño aterrizó en el Real Sporting de Gijón con la responsabilidad de hacer crecer a los canteranos mediante la adecuada adaptación de sus claras ideas al contexto de la entidad. Una labor que requerirá de tiempo y de una paulatina valoración.

Antes de trasladar sus ideas futbolísticas a los entrenadores, el primer paso llevado a cabo por Garro como director de cantera ha sido el de observar, conocer y empaparse sobre lo que es y lo que significa Mareo para el Real Sporting de Gijón. Este procedimiento inicial lo ha ejecutado porque uno de sus pilares es el de que los formadores se identifiquen al 100% con los valores del club y se pongan al servicio de la entidad, y no pretender que pase al revés, y por tanto entiende que él debe ser el primero en interiorizar dicha esencia. Al respecto, uno de los aspectos que más le ha llamado la atención es la ilusión con la que todos los canteranos van a entrenar cada día con su equipo soñando con llegar en algún momento al campo número 1. El objetivo es que los niños nunca pierdan esa ilusión, por lo que los entrenadores que pasan tanto tiempo con ellos también deben poseer esa ambición por crecer. De ahí que una de sus primeras decisiones haya sido la de mantener el organigrama definido por la anterior dirección, encabezada por David Fernández, con la presencia de técnicos que provienen de conjuntos más humildes como el Gijón Industrial, Marino de Luanco, Arenal, Alcava o Roces.

Además de ilusión, Óscar Garro desea insuflar pasión por la formación en todos sus compañeros, incluso en los que ocupan un cargo de responsabilidad. Una dedicación que empieza a la hora de preparar con cariño cada sesión de entrenamiento para que ningún contenido necesario en el desarrollo de los jugadores quede en el tintero, y que prosigue sin límite alguno al momento de vivir con suma intensidad cada detalle del entreno y analizar lo recogido del mismo. Ilusión, pasión y capacidad de análisis. En Mareo se esperan clases en el cónclave de la formación de entrenadores. Más que clases, debates internos donde los técnicos puedan sumar inquietudes y obtener unas conclusiones desde las cuales crecer y hacer crecer a sus jugadores. Buscar la mejora individual, y por consecuencia colectiva, es una máxima para el director madrileño.

A partir de la unión de ideas, se busca crear y fortalecer un proceso metodológico que tenga una dirección propia y en cuyo camino todas las áreas del club vayan de la mano. Ese destino común es el de dejar las bases bien asentadas en el canterano a través de la ejecución de un plan individualizado dentro de un plan general. Los técnicos tendrán la misión de conocer muy bien a sus jugadores para diseñar proyectos individuales de cara a sacar un provecho colectivo a ese talento particular. No se trata de hacer un entrenamiento distinto para cada canterano, y sí hacerles ver que en todo momento están atendidos para poder potenciar sus habilidades y obtener su máximo rendimiento. Incidirles continuamente en qué y cómo pueden mejorar, e ir tomando decisiones en los entrenamientos en función de las necesidades del jugador.

Cada entrenamiento tiene unos objetivos individuales y colectivos que a Óscar Garro le gusta que los entrenadores les expliquen a sus jugadores antes de comenzar la propia sesión para que la misma sea un momento totalmente aprovechado. Que el jugador entienda lo que se persigue en un entreno donde se busca mostrarle y hacerle comprender todos los fundamentos del juego mediante la práctica de diversas tareas y el juego del fútbol. Otra misión para el madrileño es la de que cada jugador sume las mayores horas posibles en el campo y cerca de la pelota, sobre todo los que se encuentran en la etapa de rendimiento (juveniles) con quienes suele crear proyectos más específicos para dotarles de las herramientas que necesitarán en el corto plazo a nivel de juego, condicional y emocional. En esa fase la disposición de situaciones individuales y reuniones personalizadas con los jugadores es una constante para el ex del Deportivo Alavés.

La prioridad es el correcto desarrollo del jugador, pero tampoco se desecha la evolución del equipo. Para ello, Óscar Garro les pide a sus compañeros que utilicen el microciclo semanal para ordenar todo aquello que precisa el colectivo, pero sin que los objetivos individuales se vean alterados o condicionados por la preparación del próximo partido. Ganar las ligas no es un objetivo, sino una consecuencia del proceso deseado. Por repetirse más veces, en los entrenamientos el madrileño incide en generar contextos similares al nivel de competición que se desea alcanzar con el canterano. Todo ello a partir de la implantación de un modelo de juego único para todos los equipos, siendo Iñaki Tejada el máximo responsable con unas ideas metodológicas concretas y un proceso progresivo de asimilación de conceptos que va desde el trabajo de la unidad hasta de forma escalonada en cuanto a exigencia y sumatoria de número de jugadores en los ejercicios llegar al todo.

Después de unos últimos años de inmovilismo y cierto conformismo, la Escuela de Fútbol de Mareo está viendo como están soplando nuevos aires en su territorio. Óscar Garro lidera un equipo de trabajo que principalmente busca que el canterano se sienta bien atendido en su educación a todos los niveles, y que debido a lo contrario no vuelvan a producirse tantas salidas de niños hacia otras canteras del fútbol regional y nacional. Las ideas ya las tiene definidas el madrileño en el papel y en su cabeza, y ahora solo falta llevarlas a la práctica sabiendo cómo adaptarlas e implementarlas con la pretensión de convertir a Mareo en un centro de alto rendimiento, cuestión en la que incide Orlegi desde su llegada, que lleve a sus integrantes tanto a la excelencia deportiva como, sobre todo, a la personal.

Tertuliona sportinguista con el análisis táctico del último partido del Sporting y la actualidad rojiblanca que se puede ver desde el siguiente vídeo y en el Twitch de Sporting1905 (A paritr del minuto 5:30 y recuerda activar el sonido del reproductor y de tu equipo)

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