El plan del Sporting para que Gaspar explote su mejor nivel
Sporting 1905
Pese a su salida, la apuesta del Sporting es total por el extremo asturiano
27 Aug 2022. Actualizado a las 19:20 h.
A pesar del reseteo y el cambio de chip ejecutado tanto en el vestuario como en los diferentes estamentos del club, todavía están muy recientes en el tiempo las heridas emocionales sufridas durante la pasada temporada, siguen coleando en varios futbolistas rojiblancos. Sobre todo, en los jugadores de la casa que asumieron una situación muy compleja y nunca antes vivida en su formación. Uno de ellos fue Gaspar Campos, que con la misión de despejar los nubarrones de su cabeza y recuperar la confianza en unas posibilidades individuales que en su momento le llevaron a la Selección Sub-21 de España, ha salido de su zona de confort para irse cedido al próximo rival del Sporting, el Burgos.
Fue tan inesperado y duro de procesar el hecho de ir líder, dejar de ganar y después no volver a estar ni cerca de ser los del principio de temporada, que los integrantes de la última plantilla aún no le han encontrado una sólida razón de explicación. Eso sí, tienen claro que lo emocional influyó mucho en la incapacidad de salir de dicha dinámica tan negativa de resultados. El paréntesis de buen fútbol y números positivos, alargado desde el pasado mes de noviembre hasta el final de la campaña 2021/2022, fue arrastrando en forma de cascada las virtudes futbolísticas de la gran mayoría de jugadores. Gaspar no pudo zafarse de una fluctuación mental que derivó en desajustes tácticos y técnicos, y que, unido a la pérdida de confianza entre sí en las capacidades individuales y de los compañeros, le dejó muy lejos de los objetivos marcados a inicios de curso.
Siendo extrapolable a cualquier otro integrante de la plantilla, salvo muy contadas excepciones discontinuas, la inestable montaña rusa de emociones vivida por el equipo rojiblanco puede ser perfectamente personificada en la figura de Gaspar. Tras, con todo el merecimiento del mundo, ganarse la oportunidad de debutar con la Selección Sub-21 de España, el extremo sufrió a la par del grupo un considerable bajón de rendimiento que él, a título individual, achacado a la excesiva carga de responsabilidad asumida. La realidad es que el bloqueo que no tuvo al dar el salto al fútbol profesional, sí lo ha experimentado a la hora de hacerle frente a una situación de contracorriente prácticamente nunca antes sentida. Desde dentro contaban que el Gaspar de los partidos nada tenía que ver con el Gaspar de los entrenamientos, que se mostraba más liberado para demostrar todo su potencial.
En ese sentido, el aspecto psicológico es una piedra angular en el día a día de Gaspar. En 2020, justo el año en el que debutó con el primer equipo del Real Sporting de Gijón, el canterano rojiblanco empezó a trabajar todas las semanas con diferentes profesionales de esta área del club como Emi González Nosti. Demostrando una inusual madurez en chicos de su edad, el extremo asturiano decidió dar este paso cuando comenzó a destacar en El Molinón - Enrique Castro ‘Quini’ con el objetivo de mantener los pies en el suelo y esas ganas de no cejar en el empeño de seguir progresando como futbolista. Además, también siguió apoyándose en su familia, en esta última temporada ha continuado ejercitando esa faceta mental para que las críticas exteriores afectasen lo menos posible a su rendimiento.
De los canteranos que han dado el salto al primer equipo en los últimos años, quienes conocen bien ese vestuario colocan a Gaspar como uno de los jugadores más maduros, que más claras tiene las cosas y que mejor maneja esa necesaria actitud profesional fuera del césped del que tanto hacían hincapié capitanes como Javi Fuego. Además de ser un chico muy humilde, trabajador, familiar y que tiene en alta consideración a las personas que en algún momento de su proceso formativo le ayudaron a cumplir su sueño de jugar con el primer equipo del Sporting, el gijonés se prepara para la vida post-fútbol cursando la carrera universitaria de Ingeniería Informática y cuida su cuerpo pasando horas extra en el gimnasio con el readaptador Rafa Méndez.
La madurez de la que hace gala Gaspar también es consecuencia de las dificultades, y sus posteriores conclusiones generadas, vividas y superadas en su desarrollo en la Escuela de Mareo. El canterano destaca dos situaciones experimentadas cuando estaba tocando el profesionalismo con la yema de los dedos. Una fue cuando el Juvenil A de Isma Piñera se proclamó subcampeón de España en una temporada 2017/2018 en la que el jugador surgido en el colegio de La Asunción no disfrutó de los minutos deseados debido a varias lesiones que le hicieron darse cuenta de la importancia de ser futbolista las 24 horas del día. Otra coyuntura que guarda en la retina es la de su compleja adaptación al fútbol de contacto de la Segunda División B con el filial de Samuel Baños, sabiendo asumir unos papeles de estar lesionado, de no ir convocado, de ser suplente y finalmente de ser titular que ha trasladado al primer equipo.
Todos estos condicionantes hacen que en el club todavía exista mucha confianza depositada en las posibilidades de Gaspar. Por ello, con el objetivo de vivir nuevas experiencias, desatascar ese bloqueo emocional y retomar su progresión ascendente como futbolista, el canterano, conjuntamente con Abelardo y la dirección deportiva, han decidido que el camino más corto y conveniente es el de coger un billete de ida y vuelta con dirección a Burgos. Debido a la ‘clausula del miedo’, este sábado no podrá jugar con los castellanos leoneses en El Molinón - Enrique Castro ‘Quini’, pero sí lo quiere volver a hacer dentro de 12 meses con la camiseta rojiblanca y siendo el mejor Gaspar.