Kike Mateo: «Tenía ofertas mejores en lo económico, pero mi sueño era el Sporting»
Sporting 1905
Entrevista con La Voz de Asturias
08 Mar 2022. Actualizado a las 00:20 h.
El Real Sporting de Gijón visitará este lunes al filial de la Real Sociedad en el Reale Arena, anteriormente denominado Estadio Municipal de Anoeta, donde no gana desde la temporada 2007/2008. Un solitario tanto de Diego Castro permitió a los dirigidos por Manolo Preciado llevarse los tres puntos de San Sebastián. Uno de los mejores jugadores, además de máximo goleador con 12 goles, en ese equipo que logró el penúltimo ascenso a Primera División del club rojiblanco fue Kike Mateo. El murciano atiende a 'La Voz de Asturias' para hablar sobre las campañas de ensueño vividas en El Molinón, la figura de Preciado, y su presente y futuro como entrenador. Os dejamos con la primera parte de la entrevista.
¿Cómo le va como entrenador?
Ahora mismo no estoy entrenando a ningún equipo. Este año empecé entrenando al Club Deportivo Cieza de la Preferente murciana, pero por una serie de circunstancias dejé el equipo y actualmente no estoy entrenando. Estoy viendo mucho fútbol y mantengo relación con el mundo del fútbol.
¿Siempre tuvo claro que después de ser futbolista iba a ser entrenador?
Sobre todo, lo que tenía claro es que después del fútbol quería seguir vinculado al mundo del fútbol. Ya en mis últimos años como jugador tenía muy claro a que me quería dedicar y por eso saqué los títulos.
Mendilibar, Bordalás, Preciado…Ha tenido buenos entrenadores y con un perfil similar en cuanto al modelo de juego practicado por sus equipos. ¿Sus equipos siguen la misma línea de juego?
Intento coger lo mejor de cada uno de los entrenadores que he tenido a lo largo de mi carrera como futbolista. Coger todo lo que considero que es bueno o que puede ser bueno para mis equipos de lo aprendido con ellos, y quitar las cosas malas que consideraba que tenían. Mi forma de dirigir los equipos es sacando todo lo positivo de los entrenadores que he tenido anteriormente, como los que has mencionado, quienes fueron unos entrenadores muy importantes para mí, pero también he tenido otros entrenadores de los cuales he ido cogiendo lo que consideraba que era mejor para mi equipo.
Conociendo las dos caras, ¿qué crees que necesita un futbolista de su entrenador y a su vez un entrenador de su jugador?
Lo que un futbolista necesita de su entrenador es que confíe en él, que haya una confianza plena, que sea un jugador que él haya pedido, que sea un fichaje de los suyos. Eso es lo más importante. Si estás en un equipo de una manera obligada porque tienes contrato, al final el entrenador no te va a poner o vas a jugar poco. Creo que tener la confianza del entrenador es muy importante. Y el entrenador necesita de su jugador que dé el máximo, que sea un jugador de equipo, que sea compañero, que ayude y apoye, y que mire por el equipo antes que por sí mismo.
¿Qué le hizo decantarse por el Sporting en el verano del 2007?
Tuve ofertas de muchos equipos de Segunda División, equipos que económicamente superaban con creces la oferta del Sporting, pero yo ya había jugado de visitante en El Molinón con el Eibar y el Hércules, y había quedado impactado con el ambiente del estadio. Cuando me plantearon la posibilidad de jugar en el Sporting y que el Sporting estaba interesado en mí, yo automáticamente le dije a mi representante que mi primera opción era ir al Sporting y que desestimase el resto de ofertas. Que le apretara todo lo que pudiera porque mi ilusión y mi sueño era jugar en el Sporting, más que nada por el palpito que tenía al haber jugado anteriormente como visitante y lo que había vivido como futbolista en ese campo.
¿En aquella pretemporada se hablaba de luchar por el ascenso?
Cuando uno está en un club como el Sporting de Gijón sabe que el ascenso siempre es el objetivo. Es cierto que eran unos tiempos en los que el club no andaba bien en ninguno de los aspectos, ni deportivo ni económico, estábamos en Ley concursal, a la hora de hacer fichajes el equipo estaba muy condicionado, llevaba muchas temporadas sin ni siquiera rozar los puestos de arriba, el equipo se solía quedar a mitad de tabla, pero sí que es cierto que cuando uno firma con el Sporting nota esa presión de que hay que ascender sí o sí.
En la jornada 9 ganaron 0-1 a la Real Sociedad en Anoeta. ¿En ese momento ya creían que la cosa iba en serio o prefirieron mantenerse cautos?
Recuerdo ganar en la primera jornada 4-0 al Ejido y al equipo ya se le veía buena pinta. Es cierto que el partido de Anoeta fue un punto de inflexión porque era un rival de entidad y en un campo espectacular. Fue una buena prueba de fuego para ver hasta dónde podía llegar el equipo y la verdad es que fue uno de los partidos más bonitos de la temporada. Viajó mucha gente de Gijón, era un campo de Primera División y ante un rival de Primera División, y fue una victoria espectacular con un gol de Diego Castro. Es un partido que recuerdo bastante. Posiblemente fue un punto de inflexión, y a partir de ahí sabíamos que íbamos a estar arriba todo el año.
Se mantuvieron toda la temporada en los puestos más altos. ¿Cuál fue la clave para lograr esa constancia?
Teníamos un grupo espectacular y una gran plantilla. No solo éramos los 11 que jugaban de titulares, sino que éramos 18 futbolistas que cuando faltaba uno y entraba otro del banquillo no se notaba. La clave fue el buen grupo que había, porque realmente había una muy buena mezcla entre los chavales de Gijón y gente de afuera que sabíamos de qué iba la Segunda División y éramos ya jugadores experimentados en la categoría. Ese cóctel de juventud de Mareo más gente experimentada en Segunda y esa gran unión en el vestuario, sumado a ese gran entrenador que teníamos como lo era Manolo Preciado, además de un gran presidente y una gran afición. Desde las primeras jornadas nos metimos arriba y todo fue muy bien. La clave fue el grupo y la plantilla.
¿Cómo se explica lo ocurrido en Castellón y en esa locura de penúltima jornada de Liga? ¿En algún momento del partido o después del mismo sentisteis que habíais dejado escapar una gran oportunidad?
Aquel partido fue un cúmulo de sensaciones y de emociones. Dependíamos de nosotros, si ganábamos ascendíamos, podíamos cantar el ascenso en ese campo. En los últimos minutos nos vimos otro año más en Segunda División. Cuando la Real Sociedad se puso por delante y nosotros perdimos que el árbitro pitó el final del partido, hubo unos minutos en los cuales estábamos cuartos. Fueron los peores minutos de la temporada. Y después pasamos al éxtasis. El fútbol es así, hay que estar ahí, hay que ganar los partidos y para conseguir los objetivos hay que luchar hasta el final. Tuvimos una pizca de suerte en ese partido, pero también es cierto que en otros partidos nos anularon muchos goles legales, nos quitaron muchos puntos y al final en el fútbol lo que por un lado te quita el árbitro te lo devuelve la suerte por otro lado.
¿Qué se dijo en el vestuario antes de afrontar el último partido decisivo ante el Eibar?
No recuerdo que se dijera nada en especial. Después del susto en Castellón éramos conscientes de que no podíamos dejar pasar otra oportunidad. Esa semana Manolo Preciado estuvo muy hábil, nos quitó presión a todos, apenas habló del partido porque ya bastante se hablaba de ello en la televisión y en la calle. Era una semana en la cual teníamos que alejarnos del ambiente de euforia que se vivía en la ciudad porque era un ambiente espectacular. Éramos conscientes de lo que nos jugábamos, el míster no quiso meternos más presión porque bastante presión teníamos ya de todo lo que venía desde afuera, y sabíamos que ese partido desde el minuto 1 con nuestra afición, conforme íbamos llegando al campo y vimos cómo estaban los aledaños, desde el mismo autobús ya íbamos ganando 1-0. Sabíamos que eso no se nos iba a escapar. Por lo civil o por lo criminal el ascenso se tenía que quedar en Gijón. El susto que nos llevamos la semana pasada en Castellón ya fue un claro mensaje para saber que no podíamos bajar la guardia ni un mínimo y que ese partido había que jugarlo a tope por la ciudad y la afición.
Después llegaron las celebraciones por las calles de Gijón. ¿En su carrera profesional ha encontrado una afición tan entregada a su equipo como la del Sporting?
Jamás he encontrado una afición como la del Sporting, y creo que nunca la encontraré. El ambiente que había en el campo, como se respiraba fútbol en El Molinón y la afición fue lo que me hizo decantarme por el Sporting. Después de jugar en el Sporting de Gijón me di cuenta que había acertado plenamente al jugar en este equipo. He ido a muchos campos, he visto muchos partidos, he visto mucho fútbol, pero un ambiente tan espectacular como el que se vive en El Molinón lo hay en muy pocos lugares en todo el mundo.
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