La Lupa: La desagradecida labor de Campuzano en el Sporting
Sporting 1905
Artículo de análisis
06 Sep 2021. Actualizado a las 14:19 h.
Revoloteaba la duda en los instantes previos al duelo sobre quién sería el delantero del Real Sporting de Gijón ante la ausencia obligada de Uros Djurdjevic. Las alternativas al montenegrino suponían cambiar los parámetros habituales del juego de un David Gallego consciente de ello y que optaría por la opción de Víctor Campuzano en una clara declaración de intenciones. Los asturianos se adaptaron a una manera diferente de atacar por las cualidades que representan uno y otro delantero, empezando por la propia salida de balón.
El Sporting no podía apoyarse, como tanto hizo ante el Mirandés, en el recurso del envío en largo, estirando al bloque rival con los laterales prácticamente a la altura de los centrales y generando espacios a la espalda de la línea de centrocampistas rivales. Sin embargo, sí replicó algo que vimos ante los burgaleses: la intensa presión alta tras pérdida. Esto favoreció que los de David Gallego no tuvieran que iniciar el juego constantemente en las inmediaciones de Mariño, sino que, ahorrándose muchos pases en campo propio, el equipo estaba más junto y preparado para atacar de manera vertical. Ahí, Campuzano sí podía sumar registros desde su movilidad, algo que se puede observar en su mapa de calor:
Campuzano pisó diferentes diferentes zonas y alturas en la mitad de campo rival, haciendo gala de su movilidad y apoyos por todo el frente de ataque. Esto resulta clave para entender la importancia y coexistencia de Gaspar y Villalba por el carril central, con el delantero catalán abandonando su zona y compensando la salida del teórico extremo ubicándose caído al costado izquierdo. En ese tipo de acciones Campuzano tenía difícil entrar en contacto con el balón, y es que su partido estuvo más marcado por lo que hizo y suponía sin él para el equipo, desde su posicionamiento, que por sus intervenciones, por lo que en cuanto a cifras y estadísticas no es algo que luzca o sea fácil de resaltar. Es por ello que Campuzano -como suele ser habitual en el delantero centro igualmente- fue el jugador del Sporting que menos veces entró en contacto con el balón, ejecutando tan solo 4 pases correctos y un disparo a puerta, el cual todos tenemos en mente.
Sin embargo, viendo todas sus intervenciones en el gráfico anterior, se aprecia cómo en izquierda apenas no puede sumar por lo explicado anteriormente, y sin embargo es por derecha donde más logra entrar en juego, siendo un apoyo importante para que Aitor pudiera avanzar en sus ataques y facilitara también la subida de Bogdan, siendo el costado zurdo -y también el pasillo central- el principal protagonista en los ataques del Sporting en Montilivi.
No fue un partido agradecido para Campuzano, con un rol alejado del foco y un trabajo oscuro, difícil de percibir. Sin embargo, fue importante para que todo lo demás se desarrollara, facilitando la labor de un Gaspar que estuvo espléndido y un Villalba que se asoció con el canterano de maravilla. La sombra de ese error en el mano a mano sí es algo que queda en la memoria colectiva, y seguramente serviría para cambiar el discurso si esa definición hubiera sido correcta, pero aunque sea difícil de ver, hay que reconocer también el trabajo que se hace en la sombra por jugadores del perfil de Campuzano. Tendrá partidos donde deba estar más exigido con balón y entrar más en juego, pero para lo que buscaba el técnico en este partido en concreto, Gallego parecía satisfecho tras la victoria de los suyos y el papel del delantero.
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