La Voz de Asturias

Pizarra: Las 4 claves del empate del Sporting

Sporting 1905

Dani Souto
Sporting

Artículo de opinión

23 Nov 2020. Actualizado a las 12:44 h.

El Sporting ya no puede esconder sus credenciales. Empate serio y de mucho trabajo en casa de uno de los grandes aspirantes al ascenso, el Mallorca de Luis García Plaza. Ni las bajas ni el alto nivel del adversario bermellón frenaron la ambición de un Sporting que adoleció de la falta de efectivos para confeccionar un once que prácticamente podemos recitar de memoria.

Un equipo vertical

El partido del Sporting tuvo dos caras, prácticamente coincidentes con cada mitad de los noventa minutos. En la primera parte los de David Gallego lograron generarse más situaciones de ventaja, trabajando con paciencia una salida de balón aseada ante la presión local y encontrando esa verticalidad en campo contrario que tanto ansía el técnico de Suria. Las mejores opciones ofensivas de los gijoneses llegaron atacando al espacio, en pocos toques, pero sin necesidad de acudir al balón largo, sino encontrando soluciones en los movimientos de sus jugadores más adelantados. Sin duda, una buena noticia para Gallego, que poco a poco ha trabajado en instaurar estos automatismos en su modelo de juego como técnico rojiblanco.

Los apoyos de Djuka

No tuvo opción de hacer gol, pero sí se la generó para sus compañeros. Djurdjevic está encontrando de la mano de Gallego un contexto mucho más favorable que la última temporada, algo que ya podíamos intuir haciendo caso a sus cifras. Pero en el fútbol actual un delantero acostumbra a ser más que un mero rematador, y hoy el serbio fue muestra de ello. Ese juego vertical al que aludía en el párrafo anterior tuvo su razón de ser en los buenos movimientos de apoyo de su punta, que de espaldas a portería permitió ser receptor de ese pase vertical que superaba dos líneas bermellonas y activar un espacio a su espalda que tanto Manu García como Pedro Díaz interpretaron a la perfección. El Mallorca tapó esta fuga de agua en la segunda mitad, donde la incidencia del balcánico se redujo considerablemente y con ello las principales opciones ofensivas del Sporting.

El último gesto

Hacía tiempo que no aludía al nulo acierto como una de las claves que marcaran el resultado del equipo, y la verdad, no lo echaba en falta. Sin embargo, tan cierto es que el Sporting logró crear más y mejores ocasiones que los locales, como que la falta de definición y de acierto en ese último gesto marcó que el electrónico no se moviera. La parte positiva es que se generaron dichas situaciones, especialmente en la primera mitad, pero conviene no reavivar fantasmas del pasado que en otras circunstancias nos costaron puntos valiosos. Confiemos en que sea solo algo pasajero.

Ordenados atrás

Si la primera parte fue más equilibrada, con el Sporting tratando de salir desde atrás y atacando con peligro, en la segunda tocó sufrir, y los de Gallego supieron hacerlo. Tanto en defensa posicional como en las transiciones que pudieron generar los locales, los asturianos se mostraron sólidos bajo un ordenado bloque en 4-4-2. A pesar de los constantes intentos del Mallorca, ya instalado en la mitad de campo rojiblanca, el Sporting apenas sufrió a la hora de defenderse. Tanto los centros laterales como las acciones a balón parado se solventaron correctamente, y que Mariño apenas tuviera que aparecer (más allá, casualmente, de una buena acción mano a mano en los primeros minutos de encuentro) es buena muestra de lo bien que aguantó el Sporting los envites de un Mallorca con gran potencial ofensivo.

Los cambios

Prácticamente merecería un capítulo aparte el tema de los cambios en esta ocasión. Tan solo entró Gaspar desde el banquillo para sustituir a Manu García superado el minuto 85 de partido. Algo que Gallego justificó en rueda de prensa para no alterar el funcionamiento colectivo, pero que a su vez también evidencia la falta de efectivos de un equipo mermado por las bajas y las escasas fichas del primer equipo. Que el Sporting consiga competir al nivel que lo está haciendo con los pocos recursos de los que dispone no hace más que aumentar el mérito del trabajo hecho hasta ahora.

Nota a David Gallego y el cuerpo técnico

Bien. La primera parte fue uno de los ejercicios más notables del Sporting de Gallego, faltó acierto para traducir dichas ocasiones en goles, pero eso no depende directamente del técnico. En la segunda tocó aguantar más, vivir en campo propio y defenderse, y el equipo supo hacerlo. Solo la gestión de los cambios en busca de cambiar en cierta forma el guion del partido en la segunda mitad fue un aspecto mejorable, pero dada la situación de la plantilla y los efectivos que había en el banquillo tampoco es algo reprochable. ‘Presta’ sentarse a ver a este Sporting, y eso hacía tiempo que no lo podíamos decir.

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