El Sporting pone el foco en la plantilla

Se mueve el foco. Confirmada la continuidad de José Alberto López al frente del Real Sporting de Gijón, al menos una semana más, la última intervención del director deportivo ha trasladado parte de las miradas a la plantilla rojiblanca. El evidente estado de crisis deportiva en el que se encuentra inmerso el club exige una reacción inmediata. La búsqueda de soluciones para el banquillo se mantiene en 'stand by', a la espera de una decisión que, hoy por hoy parece difícil de evitar, pero sin obviar el necesario paso adelante del capital humano que compone el vestuario astur.

"Hemos trasladado a José Alberto toda nuestra fuerza y le hemos invitado a tener una alta determinación sobre la plantilla, nadie debe eludir responsabilidades. La mía es máxima, José Alberto tiene la suya y la plantilla también que tener esa máxima exigencia, deben hablar en el campo los futbolistas", apuntaba Torrecilla, en un reparto de responsabilidades poco habitual, nada alejado de la realidad que marca la clasificación y que busca refrendar con hechos las manifestaciones de los futbolistas alineados con el técnico.  

No es un mensaje nuevo. El rendimiento de la plantilla está tan alejado de lo esperado, como cerca aparece el abismo de los puestos de descenso a Segunda B. El vestuario de mayor inversión en la historia del club rojiblanco no debe eludir su cuota de protagonismo en el reparto de la pesada carga que marcan los resultados. En la caseta son conscientes y en la planta noble de las oficinas de Mareo también. Tanto los máximos dirigentes de la entidad como Miguel Torrecilla han solicitado, en varias ocasiones a lo largo del curso, mayor actitud al grupo, decepcionados por el pobre nivel colectivo mostrado hasta el momento. 

El proyecto del apego y la vinculación sentimental se tambalea y el virus de la decepción, focalizado en la pieza más sencilla de sustituir, amenaza con trasmitirse en un vestuario demasiado alejado de las expectativas.

El mensaje público del director deportivo, con matices, ya se había producido en circunstancias anteriores, haciendo mención a una falta de carácter, que nada tiene que ver con el juego brusco. Las conversaciones al respecto entre los protagonistas han sido frecuentes, persiguiendo la máxima implicación para encontrar el camino de la recuperación. En la búsqueda de elevar la fortaleza mental de la plantilla se enmarcan actividades como la charla motivacional de la pasada semana. Todas las herramientas parecen válidas cuando se trata de potenciar la intensidad en el trabajo diario y la responsabilidad ante la compleja situación.