La rebelión del bloque competitivo
Sporting 1905
José Alberto se abraza a los jugadores más comprometidos para corregir el proyecto. Molinero o Cofie, antes olvidados, se hacen fuertes
20 Mar 2019. Actualizado a las 01:02 h.
Con más vidas que un gato, el equipo rojiblanco se ha reenganchado a una lucha que no le correspondía. Antes misión imposible; ahora el Sporting busca su momento. La corrección rojiblanca en Liga -tres victorias consecutivas- ha modificado el esperado derbi aspirina del próximo domingo, entendido como un partido para confirmar una escalada que todavía mantiene cierto escepticismo.
El bloque competitivo
De puertas para adentro el club ha renovado el discurso tras el efecto boomerang de sus continuos alegatos a play off. Al Sporting le ha beneficiado el pacto de silencio. Liberado de presión, con la temporada casi tirada en febrero, el equipo rojiblanco, más gato que nadie, se siente cómodo llegando desde atrás, alejado del cartel de favorito. El ejemplo de la última temporada, con el final en caída libre, todavía se recuerda en Mareo.
De forma paradójica la derrota ante el Rayo Majadahonda, la más sonora de toda la temporada, ha otorgado tiempo a José Alberto para reformar el once sobre su sistema predilecto: el 4-4-2, ahora sin la presencia de los jugadores autoproclamados diferenciales, carentes de rendimiento y de compromiso por los objetivos.
Molinero o Cofie
Afanado en buscar un equipo, el técnico rojiblanco se apoya ahora en un bloque fuerte, repleto de nombres comprometidos. Así se entiende la presencia, entre otros, de Isaac Cofie, desaparecido de las listas y ahora, de nuevo, nombre fuerte del proyecto. El ghanés, de fútbol velado, es uno de los iconos de esta incipiente rebelión del bloque competitivo.
En el mismo rol se encuentra el experimentado Molinero, ejemplar en la suplencia y siempre disciplinado en la titularidad, reajustado al lateral izquierdo. Otros como Carmona, Aitor García, Álex Alegría o Djuka, más estables en los onces, también forman parte del bloque.
En el club, de momento, mantienen el cambio en el discurso, ahora más cauto que nunca, a la espera del derbi. Ahí entienden que será cuando la rebelión del bloque competitivo demuestre (o no) que tiene argumentos para algo más que dignificar el final de curso.