La Voz de Asturias

«Los derbis no se juegan, se ganan»

Sporting 1905

Alejandro Vigil Morán
Sporting

Artículo de opinión

19 Mar 2019. Actualizado a las 23:38 h.

No lo digo yo, lo dijo Diegui Johannesson meses atrás, jugador maliayo del Real Oviedo con pasado en Mareo y por diversos clubes de gijoneses. Sin falta de ir tan lejos, así describía estos días Christian Fernández 'Bolaño' el prototipo de juego ovetense: "Que nos vean como ese equipo feo y 'asqueroso' contra el que nadie quiere jugar, esa identidad se tiene que ver".

Tal parece que al Real Sporting se la ha olvidado cómo se compite un encuentro de este tipo, donde salvo por escasos minutos, ha sido muy inferior a los hombres de la capital asturiana, que con menor calidad pero superior intención pasaron por encima de los sportinguistas desde la temporada anterior. Contabilizando las tres citas más recientes, el mejor resultado fue un empate por 1-1 en Gijón durante un partido que de haber durado 10 minutos, posiblemente habría finalizado en derrota local.

La sensación de superioridad sportinguista durante la última década, los constantes cambios de jugadores en el vestuario o la falta de costumbre de jugar este tipo de citas, el Oviedo siguió jugando derbis frente al Sporting B, parecen haber hecho mella en las filas rojiblancas, que ya le deben una noche mágica a sus aficionados. Pueden resultar excusas clásicas, pero lo mismo ocurrió cuando los ovetenses bajaron a los infiernos de Segunda división. En esas dos temporadas, perdieron una eliminatoria de Copa del Rey y dos partidos ligueros, así como empataron otro duelo y ganaron en un Oviedo-Sporting muy descafeinado con los rojiblancos en tierra de nadie, mientras los locales se jugaban una permanencia que finalmente no lograron.

El hambre siempre aprieta en un derbi y el Sporting lleva sin comer desde finales del 2002, cuando Lozano dio la victoria a pase de David Villa en un partido que se jugó durante media hora con 10 hombres por la expulsión de Cobas. Contaba que José Alberto y algún jugador rojiblanco en Córdoba que deseaban ganar para dar una alegría a la afición sportinguista después de una mala etapa, pero la deuda viene heredada y es más grande si cabe.

El domingo a las 20:45, los jugadores del Sporting deben salir a morder desde el minuto 1 en El Molinón - Enrique Castro 'Quini' con el mismo espíritu guerrero con el que Rubén García evitó el pasado año el gol de Fabbrini, una diana que habría supuesto el 3-1 durante el descuento en el Carlos Tartiere. Diego Mariño subió a rematar un córner y el extremo frenó con un sprint desde campo rival un dos contra uno a sabiendas de que la derrota ya estaba servida, son esos detalles los que apasionan al espectador a falta de un fútbol más vistoso.

 


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