«Torrecilla se la juega este verano en el Sporting»
Sporting 1905
Artículo de opinión
27 Jun 2018. Actualizado a las 20:09 h.
El director deportivo del Real Sporting de Gijón ha quemado sus primeras balas durante la pasada temporada y se juega su prestigio en la próxima planificación. En caso de no triunfar, serían tres los fracasos acumulados de forma consecutiva, contando el que tuvo durante su etapa en el Betis, donde colocó hasta tres entrenadores en un año.
Cierto es que la pasada campaña dio el pistoletazo de salida a la planificación durante la primera semana de junio, al certificarse su fichaje durante los últimos días de mayo. Sin embargo, en la presente parte desde cero y ha tenido tiempo suficiente para prepararla, Torrecilla se juega su caché.
Más allá de no haber ascendido, principal objetivo de la temporada, no se puede dar por buena la planificación del pasado verano. Se falló en la elección del cuerpo técnico, que tuvo que abandonar Mareo casi al completo, y lo hizo con retraso cuando el equipo ya se veía "muerto", pero también en muchos refuerzos. Con Baraja las sensaciones fueron negativas en un comienzo por su falta de historial como técnico, después positivas por su buena racha, hasta la traca final, con números dignos de ser cesado entre mayo y junio. En ese sentido, Torrecilla ha optado por darle continuidad en una decisión que se debe respetar, aunque su posición podría verse debilitada si comienza la temporada perdiendo; precisamente esa fue la explicación que se dio a Rubi hace justo un año para no seguir en El Molinón - Enrique Castro Quini. Algo que personalmente comparto, ya que era momento de vender ilusión y el nombre del técnico venía lastrado por su falta de puntos en el descenso, pese a maquillarlo en las jornadas finales frente a clubes que no se jugaban nada.
En la zaga, Xandao nunca llegó a estar en forma y tuvo que salir en pleno mercado invernal, mientras Quintero no contó con la confianza del cuerpo técnico ni cuando se quedó sin efectivos, algo alarmante. En la parte positiva, Calavera y Álex Pérez cumplieron su cometido, y el gran acierto estuvo en Fede Barba, que posiblemente haya elevado valoración respecto al pasado verano. En invierno llegó Guitián, que tuvo varios problemas con las lesiones, pero cuando estuvo disponible cumplió como tercer central.
En el mediocampo ocurrió lo que se veía venir desde el comienzo. Faltaba un mediocampista organizador y no se logró traer a nadie, ni en verano, ni en invierno. El contrato de Álex López fue cortado semanas atrás y el de Hernán Santana, que firmó por tres temporadas y media, podría seguir el mismo camino después de no llegar a los 350 minutos de juego. El acierto estuvo en Álex Bergantiños, que ha regresado al Deportivo tras su cesión.
En la mediapunta y las bandas ocurrió otro tanto. En verano se veía con claridad la necesidad de incorporar a dos extremos puros -Herrera lo pidió en público varias veces- y no llegó ninguno, solo Rubén García, que ya avisó por entonces que era zurdo, pero no un extremo izquierda clásico; mientras para la derecha el nombre elegido fue el de Michael Santos, que fue ofrecido y firmado al no encontrarse más extremos. El uruguayo no acabó de cuajar en la posición y de rebote se destapó como un delantero goleador, al igual que Rubén como un excelente mediapunta, ambos regresaron a su club tras la cesión. En invierno, por suerte, Jony Rodríguez puso todo de su parte para regresar a Gijón y el salto de calidad fue evidente.
La delantera no fue diferente al resto de líneas. Después de tocar a varios puntas se apostó Stefan Scepovic, del que todos conocíamos sus virtudes y carencias. La mejor gestión en ese sentido fue el lograr darle salida a su ficha en enero, un gesto que honra a Torrecilla por haber asumido su error. Por otra parte, se renovó y mejoró el contrato de Carlos Castro, que bien podría salir este verano. Y se logró la cesión de Nano Mesa en enero, que fue de más a menos por sus problemas de ansiedad, aunque se puede dar perfectamente por aprobable la operación. En el debe también se encuentra la falta de salida para Borja Viguera, que pasó un año casi en blanco.
En resumen, objetivo no conseguido, el mayor presupuesto del Sporting en Segunda División mal utilizado -de no haber querido regresar Jony, el proyecto no habría entrado ni en Playoff- y el vestuario se ha descapitalizado con tantas cesiones. Las notas se ponen al final de la temporada y la suya es un: no progresa adecuadamente. Es momento de estudiar en verano y pasar al sobresaliente que todos deseamos.