PORTUGAL 0(2) ESPAÑA 0(4) LA CRÓNICA
Sporting 1905
28 Jun 2012. Actualizado a las 17:46 h.
Lo han vuelto a hacer. 2 años después, la selección española está en otra final de un gran torneo. La tercera consecutiva. Las barreras hechas añicos en Austria y Suiza dotaron al combinado español del gen de los campeones. Ese que te permite sufrir al máximo y dar sensación de control, ese que a pesar de disparar a puerta en tres ocasiones mantiene a tu rival en vilo, con los ojos bien abiertos, ese que te da la confianza para lanzar un penalty a lo Panenka y ese gen que se mutó el día que Iker Casillas paró penaltis y Cesc Fábregas transformó la decisiva pena máxima. Esta noche, en Ucrania, sucedió lo mismo. Tras un sufrido empate, los penaltis sorieron a los españoles, que el domingo podrían hacer historia al ganar su tercer trofeo seguido.
Sorprendió Del Bosque con la alineación de Negredo, instruido para luchar con los fieros centrales portugueses, Alves y Pepe y disponer de una referencia en el ataque. El entrenador salmantino tendría en su mente el encuentro de hace dos años en Sudáfrica cuando Llorente desatasco el choque nada más saltar al campo. Los portugueses tenían la leción bien aprendida. Presión incansable a la salida del balón español, a los tres defensas, dejando solo al menos técnico, Arbeloa. Almeida, Ronaldo, Nani y Meireles tejían una tela de araña que dificultaba sobre manera la fluidez de juego español, que a duras penas combinaba tres pases seguidos.
Parecía que sería cuestión de tiempo deshacerse del entramado de Paulo Bento, pero pasaban los minutos y las tornas no cambiaban. Un equipo luso muy organizado, liderados por un Moutinho espectacular, buscaba las cosquillas a los españoles con transiciones rápidas, con un Ronaldo hambriento y un Nani decepcionante.
España continuaba atascada. Con un Xavi físicamente fundido y damnificado por el estilo de Del Bosque, con Silva desaparecido e inoperante, quedaba encomendarse a la banda izquierda de Iniesta y Alba. El manchego intentaba liderar el equipo, pero chocaba con la fortaleza portuguesa, muy bien organizada e infranqueable. Negredo chocaba una y otra vez con Pepe y Alves, que le paraban de las formas menos ortodoxas, con el beneplácito del árbitro. España estaba atascada y Portugal no bajaba el ritmo, pero no encontraba la portería de Casillas, gracias al gran trabajo de cobertura de Alonso y Busquets y un Ramos espectacular.
En el segundo tiempo Del Bosque decidió cambiar fichas casi al inicio. Negredo y Silva dejaron su puesto a Navas y Fábregas. La selección se abrió y volvió a jugar sin una referencia arriba, con Cesc basculando por el eje del ataque. La entrada de Navas obligó a un amonestado Coentrao a tener en cuenta su cobertura y el jugador del Real Madrid se lo pensaba dos veces a la hora de subir. Portugal por su parte continuaba en sus trece y seguía asfixiando la creación española, buscando a Ronaldo y Almeida. Este último lo intentaba con la zurda, sin suerte.
A medida que pasaban los minutos, crecía el sufrimiento. La sensación de inoperancia Española daba alas a los portugueses, que a su solidez defensiva se sumaba cierto grado de osadía y un Cristiano Ronaldo que lo intentaba a balón parado, sin fortuna. Fue el momento de Pedro. El canario entró por un renqueante Xavi, cuyo caché retrasó un relevo cantado. Con la terna Pedro-Cesc-Navas el equipo pareció otro, más dinámico, revitalizado y liberado de sus ataduras, con unos Alba e Iniesta que se sumaron a la causa rápidamente. A ello también influyó el desgaste portugués. A pesar del cambio de imagen, el partido estaba encaminado a la prórroga. Solamente un disparo de España entre los tres palos era el bagaje de todo el encuentro.
En los minutos extra se vio la mejor versión española. Juego vertical, sin complejos y a la busqueda del gol, algo que no sucedió en los 90 minutos anteriores. Tanto Navas como Pedro eran puñales por sus bandas y en una jugada del canario que habilitó a Alba, Iniesta, pudo volver a ser el de Londres, el de Johannesburgo, pero su remate lo sacó Rui Patricio con la punta de sus dedos. Todo parecía indicar que el marcador no se movería, a pesar del empeño español. Portugal esperaba los penaltis y España agotaba sus cartuchos.
En la tanda llegó la hora de los valientes. Rara vez se ve a los dos centrales de cada equipo participar en los cinco primeros penalties. Tras los fallos de las brújulas Alonso y Moutinho, acertó Iniesta. Pepe, Piqué y un Ramos antológico a lo Panenka marcaron los suyos. Bruno Alves, con rostro desencajado, hacía presagiar el desastre. Primero se adelantó al penalty que iba a lanzar Nani y cuando ya era su turno, estrelló el balón en el travesaño. Cesc volvía a tener la suerte española en sus botas y como hiciera hace 4 años, embocó el esférico en la red. Con su gol comenzó a cambiar la suerte de España, eterna candidata a todo, reducida a nada. Ahora la selección, puede elegir si vistuosismo u oficio, si pico y pala o tacón, pero ha aprendido a competir, a ganar cuando es mejor y lo que es más difícil, cuando no lo es. Lo gestamos hace 4 años. Es el gen del ganador.
¿Qué os ha parecido el partido? ¿Creéis que Del Bosque debería repetir alineación o incluir a Pedro o Navas en el once titular para dar más mordiente arriba? ¿Somos favoritos para ganar la final?
Sergio Pinto
@Dikembe