Daniel Fez habla de «Caiga quien caiga»: «En temas de actualidad es bastante difícil hacer humor y que alguien no se ofenda»
La Voz de Oviedo
El cómico ovetense forma parte del equipo de reporteros de la nueva edición del programa con el que Telecinco pretende acabar con la polarización política. El humorista es uno de los responsables de poner en apuros a los más famosos
26 Jan 2025. Actualizado a las 11:26 h.
Si por algo se caracterizaba Caiga quien caiga era por no tener ningún tipo de reparo a la hora de incomodar a políticos y demás personalidades con sus preguntas más comprometidas. Esa era en parte la esencia de este formato de televisión que ha vuelto a la pequeña pantalla después de que se hiciese la última entrega hace quince años. Y sigue también siéndolo porque, aparte de analizar la actualidad, continúa poniendo en aprietos a los más famosos. Uno de los reporteros responsables de sacarle los colores a cualquier celebridad que se cruce ante las cámaras de CQC es Daniel Fez. El cómico ovetense, conocido por su estilo único y su sátira sobre la vida cotidiana, se enfunda cada domingo el inconfundible traje negro y las icónicas gafas de sol, para aportar un toque de humor a la nueva edición del programa con el que Telecinco pretende acabar con la polarización política.
—¿Cómo conseguiste formarte parte de este programa?
—Me escribieron un correo electrónico desde Warner para proponerme un casting. Hice después una videollamada con el director del programa y, creo que era, el jefe de producción, donde me plantearon hacer unos castings en Madrid. Fueron como dos días de grabación, con entrevistas en eventos y test en la calle. Pensaba que me había salido fatal, pero parece que les gustó y entré para adelante. Además me moló porque creo que no conozco a nadie que no haya hecho el casting de Caiga quien caiga, dentro del sector audiovisual, de cómicos y demás. Entonces, para mí fue un honor.
—¿Qué sentiste cuando te enfundaste el traje por primera vez?
—Mucha emoción, también mucho respeto. Había visto vídeos del Caiga quien caiga de El Gran Wyoming, porque ese no vi en persona sino a posteriori, y claro llevar el traje es una responsabilidad muy grande para mí. Era en plan: «¿Estoy yo a la altura?». Tenía típicos pensamientos del síndrome del impostor porque no sabía si estaba a la altura para salir a la tele y hacer humor. Así que para mí esto es una responsabilidad, sí.
—¿Qué es lo que más te entusiasma de ser reportero de este nuevo formato?
—A mí lo que me mola es poder llevar a la tele el humor que se está haciendo ahora en redes sociales, que es muy fresco, muy nuevo, para así poder captar a gente más joven. Lo que está pasando ahora con La Revuelta es que es un tipo de tele que no estamos acostumbrados a ver, pero que sí vemos y consumimos en redes sociales. Entonces, ese reto de poder llevar ese humor y esa forma de comunicar que hacemos en redes sociales y que no estamos acostumbrados a ver en la tele, a mi es lo que más me mola.
«En temas de actualidad es bastante difícil hacer humor y que alguien no se ofenda»
—Vienes de un entorno más digital, donde la comedia tiene, digamos, menos filtros. ¿Cómo te has preparado para afrontar el reto de hacer televisión?
—Para mí la comedia siempre ha tenido filtros porque siempre he intentado tener una comedia bastante blanca, family friendly, sin decir ninguna palabra malsonante… Hago comedia siempre pensando que todo el mundo que me vea, cualquier tipo de edad generacional, me entienda y que no se sienta afuera. Creo, entonces, que cuido bastante el humor para que pueda emitirse incluso en la tele.
—¿Qué es lo más difícil de hacer humor con temas de actualidad?
—Uf, en temas de actualidad es bastante difícil hacer humor y que alguien no se sienta ofendido. A mi me han dicho que no podía hacer humor de calvos, siendo yo calvo. Entonces, cualquier tema que toques, si alguien te tiene un poquito de sensibilidad no le va a gustar, aunque sea humor blanco. Ya te digo que la prueba más evidente es que a mí me han dicho que no podía hacer humor de calvos.
—Este programa siempre ha usado el humor para poner incómodos a los más poderosos. ¿Tienes alguna estrategia para abordar a políticos o figuras públicas con tus chistes?
—Creo que al final con la naturalidad, que es lo que normalmente a mí me sale en los vídeos, tienes una puerta de entrada bastante fácil a la gente. De hecho, a la gente lo que más confianza le da es que, aunque vayas con humor, sea un humor respetuoso y confiable. Tienes que hacer ver lo que quieres hacer, que es simplemente humor y no hacer daño.
«Si tengo que poner a alguien en un aprieto, pongo a Santiago Segura»
—¿A quién has tenido ya la oportunidad de poner en un aprieto con tus preguntas y ocurrencias? Que no hayamos visto todavía, claro…
—Tuve el otro día en Fitur un encuentro con el alcalde de Oviedo, Alfredo Cantelli. Le hice una pregunta ahí un poco comprometida que intentó escapar. Pero, bueno, al final fue construyéndose bien la respuesta.
—¿Qué situación o personaje te ha hecho reír más mientras preparabas alguna parte de tu sección?
—Hasta ahora, lo que más gracia me ha hecho ha sido la gente esporádica y espontánea que va por la calle. Hicimos un reportaje termómetro en la calle sobre un tema de actualidad y creo que fue en el que mejor me lo pasé, porque es gente que es natural. La gente de la calle no está pensando una respuesta para quedar bien o hacer la mejor respuesta. Eso es lo que más gracia me hace porque te encuentras con cada personaje... El otro día, de hecho, me encontré a Paco Porras y fue bastante gracioso porque me estuvo diciendo que tenía un contacto extraterrestre y tenía pruebas. El desarrollo de qué pruebas tenía y cómo contactaba con él me pareció bastante gracioso.
—Uno de tus objetivos es poner un aprieto a los famosos, pero a ti ya te pusieron en un aprieto. ¿Cómo fue ese momento en el que Michelle Calvó te propuso que seas su novio?
—Fue muy gracioso porque al final cuando un famoso sale de la estructura de «tengo que hacer todo bien y que quede todo perfecto» y entra dentro del personaje y de la dinámica del humor es súper guay. Me quedé un poco así impactado. De hecho, si ves el vídeo ves como que estoy dos segundos pensando y digo: «Pues sí, venga, adelante». Estaba acostumbrado a llevarme respuestas muy genéricas y fue la primera que entró al juego y ¡ostras! Así que a mí me encanta que me rompan el esquema, el guion… Me pasa esto en los shows, cuando hay algo que es disruptivo y que rompe con todo, y eso a mí me encanta.
—¿Hay algún famoso que se ha mostrado reacio a hablar contigo?
— No, de momento están todos bien. Además conocen Caiga quien caiga, entonces se acercan al micrófono con cierto cariño. Tengo la suerte de que como al final las redes te hacen llegar a mucha gente, muchos de ellos me conocen, entonces son como más accesibles. Los otros (los que no le conocen) cuando van desarrollándose las preguntas y demás, ven qué es cachondeo, humor, y entran bastante bien al juego. Hay algunos que al principio sí que entran un poco serios pero luego fluye bien todo. De momento no hay una entrevista que haya dicho: «Joer...»
—Parte de personas a las que entrevistas, como dices, ya te conocen. ¿Qué sientes cuando la gente te dice que es muy fan tuya y que te sigue?
—Para mí es un honor. Ya me parece un mérito que me reconozca gente en la calle, mucho más que me reconozca gente que a lo mejor yo veo en la tele, en el cine, en las series… Que me diga: «Oye, te conozco, veo tus vídeos», para mí, obviamente, es un puntito de felicidad porque es como que me dijesen: «Me estás haciendo bien».
—Con este programa sales, digamos, de tu zona de confort porque tienes que andar por la calle y demás. ¿Te da vergüenza colarte en según qué sitios?
—No. Todavía lo pensaba este jueves, que tuve que salir a la calle y había muchísima gente. Y me dije: «Ostras, ¿en qué momento perdí yo la vergüenza?». Yo realmente soy súper vergonzoso, entonces me asombra y me alegra muchísimo que no me de vergüenza ponerme en la calle con un micrófono y una cámara y que esté todo el mundo mirándome, mientras hago entrevistas o haciendo preguntas a la gente o a los famosos.
—A la hora de hacer las preguntas y grabar, ¿tienes bastante margen para la improvisación o está todo bastante guionizado?
— No, tenemos un pequeño guion para saber por dónde hay que seguir y cuál es el foco de lo que vamos a cubrir. Pero, yo siempre aporto mi granito de arena y hago preguntas propias. Hay muchas veces que las preguntas fluyen porque de repente encuentras a una persona como Michelle Calvó, que obviamente eso no tiene posibilidad de entrar en ningún tipo de guion, y ahí es improvisación. Entonces, es una mezcla de improvisación, de guion mío y de guion de los redactores que vienen conmigo.
— Al final de toda esa mezcla sale esa naturalidad que tanto te caracteriza
—Sí, sale lo que veis en la tele.
—¿Qué diferencias notas entre hacer reír a un público digital vs a la audiencia de Caiga quien caiga? ¿Sientes más presión?
—Siento mucho más presión porque, por un lado, estás tú solo con un micrófono y una cámara y aunque a ti te parezca que algo es muy gracioso puede no ser gracioso, y al revés. Además tenemos la ventaja de que Warner edita muy bien los vídeos y eso ayuda. Pero claro, cuando yo hago un vídeo para internet yo controlo todo ese vídeo. Si veo que algo no me ha gustado, que hay una frase que no se me entiende bien o lo que sea, pues repito. Pero, aquí, en la tele, lo sueltas, queda grabado y luego es: «A ver cómo queda». No puedes repetir una toma con un famoso y volver a hacerle la pregunta.
—¿Cómo valoras las grabaciones que has hecho hasta la fecha? ¿Qué balance haces?
—Hago un balance positivo, creo que hay bastantes cosas muy guais. Tenemos bastante color en eventos de famosos, en eventos globales como Fitur en el que va todo tipo de gente, hacemos también calle... En todos hemos sacado humor y entretenimiento. Cuando lo pensaba en mi cabeza, pensaba que hacer un reportaje iba a ser más complicado, más difícil, pero la verdad es que estás siendo bastante gracioso. Yo si fuese espectador lo consumiría, siendo objetivo.
—¿Cómo es trabajar con el resto del equipo de Caiga quien caiga?
—Pues muy guay. Al principio no sabía muy bien qué gente iba a pertenecer al equipo porque al final va todo por sitios paralelos. Tú como no te cruzas con los reporteros no los conoces hasta que al final haces la presentación. Una vez que los conocí hubo bastante sinergia y fue bastante guay. De hecho, me llevo bastante bien con todos. Con algunos incluso, lo decía el otro día, me apetece quedar para tomar un café para así llevarnos mejor todavía. El resto del equipo, los cámaras, los redactores, los de comunicación... para mí son todos un amor.
—La reportera Ana Francisco me decía que el no saber lo que grabáis el resto de compañeros le genera expectación. ¿Te pasa lo mismo?
—Tenía intriga por saber qué era lo que podía pasar, porque al final piensas en conjunto y obviamente quieres que todo funcione. Tú sabes que tienes que hacer las cosas bien para que funcione bien, pero claro te surge la duda de qué hará el resto, cómo se puede compaginar y compenetrar todo. Pero, luego cuando fui viendo a la gente y lo que hacía dije: «Dani, el equipo está formado. Esto es perfecto».
«Me gustaría que este nuevo Caiga quien caiga le vuelva a dar las gafas a la realeza»
—Si te diesen carta libre, ¿a qué famoso o personalidad te gustaría ponerle en el mayor aprieto posible?
—Me daría pena poner a alguien en aprietos. Pero bueno, si tengo que poner a alguien en un aprieto así cómico, que me venga cualquiera... pero a Santiago Segura, por ejemplo.
—¿Y si te dejasen dar tus gafas, a quién se las darías?
—Me gustaría hacer un relevo generacional, el anterior Caiga quien caiga le dio las gafas a la realeza, pues que este nuevo Caiga quien caiga le pueda dar también las gafas a la realeza.
—¿Qué esperas que esta etapa en Caiga quien caiga aporte a tu carrera?
—Creo que puede enseñar a la gente que no me conoce cómo es mi humor en directo, que es el que pueden ver en los shows pero que, obviamente, no todo el mundo lo conoce. Poder salir de las redes sociales y poder dedicarme a la tele es algo que me encanta. No simplemente hacer un proyecto sino poder seguir.
—Por último, ¿qué te gustaría que este programa aporte a la sociedad española?
—Un poquito de visión, de ver todo desde diferentes prismas pero desde el humor. Creo que el humor es muy sano: cura y hace que vivas la vida de otra manera. Por eso, si metemos humor a la política, a los temas de actualidad y a los problemas que puede tener la sociedad, como en los termómetros que hacemos en la calle, hará que ciertos problema o temas que son un poco delicados, la gente pueda entrar a ellos con humor y no con toxicidad. Hoy en día todo está muy polarizado, muy irritable, la gente se enfada por todo… y creo que el humor es el mejor canal para poder tocar todos los temas. Este programa, por tanto, lo está haciendo muy bien así.