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Adiós a Calzados Mami, la icónica zapatería de Oviedo cierra sus puertas: «Nos queda un buen sabor de boca»

La Voz de Oviedo

Esther Rodríguez Redacción
La ovetense Adelina Suárez pone a sus 83 años punto y final a su carrera profesional

La popular tienda de la calle Milicias Nacionales ha bajado la persiana para siempre. La hija de la fundadora de este emblemático negocio, Adelina Suárez, ha decido poner punto y final a su carrera profesional para disfrutar de su merecida jubilación. Con ella se acaba la historia de este comercio que durante 85 años ha calzado a generaciones de asturianos

19 Nov 2024. Actualizado a las 09:32 h.

Oviedo va poco a poco despidiéndose de sus negocios más emblemáticos. Ya sea por falta de relevo, por el cambio de modelo de consumo o porque las cuentas no salen, cada vez es mayor el número de tiendas que deciden bajar para siempre sus persianas tras llevar años y años de actividad en la capital asturiana. El goteo de cierres comerciales es constante y a este listado, que cada vez es más extenso, se ha sumado recientemente Calzados Mami. La icónica zapatería infantil y juvenil de la calle Milicias Nacionales se ha despedido de la ciudad después de más de ocho décadas calzando a generaciones de asturianos.

«Nos ha quedado un buen sabor de boca después del cierre porque sabemos que siempre hemos dado una solución a nuestros clientes, les hemos dado alegría y, por supuesto, confort a sus pies. Ha sido un negocio que dio mucho trabajo, pero también dio muchas satisfacciones», asegura Cristina, nieta de la fundadora de este negocio que ha pasado así a ser parte de la historia de Oviedo. Fue el pasado sábado, 9 de noviembre, cuando el popular establecimiento abrió por última vez sus puertas.

Tomar esta decisión no fue nada fácil, al contrario, «fue muy pensada a nivel familiar». «No cerramos por necesidad ni porque no salgan las cuentas sino que cerramos porque siento que ya se ha cerrado el ciclo», dice Adelina Suárez, quien disfruta de su merecida jubilación. «Me da pena, pero soy muy positiva. La vida son etapas y esta, que abrió mi madre, la cierro feliz al haber conseguido que la tienda estuviese abierta al público durante 85 años. Sé que lo hice lo mejor que pude, por eso, ahora, a mis 82 años, quiero seguir disfrutando de la vida, de mis hijos y nietos», apunta.

La ovetense Adelina García abrió las puertas de Calzados Mami en el año 1939

Para conocer la historia de esta icónica zapatería hay que remontarse a principios del siglo pasado. Al poco de que se pusiese fin a la Guerra Civil española en Oviedo fueron varias las tiendas que volvieron a abrir sus puertas para darle de nuevo vida a la ciudad. Proliferaron además nuevos negocios con el propósito de que la capital asturiana se recuperase cuanto antes de los estragos de la contienda nacional. Con esta intención, y también para cumplir el anhelo de Adelina García de ser su propia jefa, nacía en noviembre de 1939 el comercio que con los años pasó a llevar el nombre de Calzados Mami.

La que fuese maestra de profesión vio en ese momento la oportunidad perfecta para emprender y tener así su propio negocio. «Mi abuela era una mujer muy inquieta, estaba siempre dándole vueltas a la cabeza y no podía parar», dice orgullosa su nieta. Tras hacerse con el bajo número 1 de la calle Milicias Nacionales, la ovetense de raíces castellano-leonesas inauguró casi a finales de 1939 una tienda de ropa y calzado para bebés.

Por aquel entonces era el único negocio que había abierto en esta zona de la ciudad. «Solo había este edificio, no había ni siquiera nada más alrededor», recuerda Cristina, resaltando así lo adelantada que estaba su abuela a los tiempos. «Era visionaria. De aquella esto era el extrarradio de Oviedo y con los años pasó a ser el centro neurálgico de la ciudad», asegura mientras una pequeña sonrisa invade su rostro y su mirada empieza a tener un brillo especial.

Así lucía la fachada de la icónica zapatería de Oviedo en 1961

Bautizada con el diminutivo del cariñoso apodo que utilizaba Adelina y después su familia para llamar a la matriarca de la casa: «Mamina», en esta histórica tienda comercializaban en un primer momento artículos para vestir a los más pequeños del hogar. Contaba con un taller en el que varias modistas confeccionaban cada uno de los trajes que después se ponían a la venta en la tienda. Como era «una trabajadora nata», la ovetense también cosía y lo hacía «día y noche» hasta que se dio cuenta que salía mucho más rentable «vender solo zapatos».

Empezó por tanto a incorporar a la oferta más modelos de calzado, mientras poco a poco fue dejando de lado la ropa de bebé hasta que convirtió la tienda en una zapatería al uso. Las estanterías pasaron así a estar repletas de diminutas botas, botines, zapatillas deportivas y alpargatas de los tamaños más pequeños. Predominaban por aquel entonces los tonos oscuros ya que así ayudaban a ocultar el desgaste natural y prolongaban la apariencia útil del calzado. Cabe recordar que antiguamente las personas no podían permitirse el lujo de contar con varios pares de zapatos.

Antiguamente la calle Milicias Nacionales de Oviedo era una zona de paso de vehículos. La fotografía fue tomada en 1979 y en ella se puede apreciar el letrero de la icónica zapatería Calzados Mami

Con el tiempo y siguiendo los pasos de su madre, Adelina Suárez, hija menor de la fundadora, se unió a la empresa familiar y las dos ponían a disposición del público los mejores zapatos que había en cada momento en el mercado español. Con los años tomó las riendas de la tienda y pasó a seleccionar «personalmente» cada modelo. «Visitaba cada una de las fábricas para saber de primera mano cómo se hacía calzado, qué tipos de pieles utilizaban y cómo era el acabado», dice su hija. De esta manera, «al conocer muy bien el producto, después podía defenderlo muy bien en la tienda».

La ovetense, al igual que su madre, no vendía por vender sino que aconsejaba y orientaba al cliente sobre cuál era el mejor calzado para su hijo. El resto de las dependientes también hacían lo propio, el trato que daban no podía ser más cálido. De hecho, para la propia Adelina más que empleadas las veía como parte de su familia. «Todas ellas, que además estaban años con nosotros, han aportado su granito personal y su dedicación a nuestros clientes, sus clientes», dice.

Calzados Mami ha vestido por los pies durante 85 años a generaciones de asturianos

Al ofrecer así el mejor servicio y contar con productos de la mayor calidad posible, la cartera de clientes de Calzados Mami no solo fue creciendo sino consolidándose con el tiempo. «La gente volvía cada año, veíamos incluso a las generaciones crecer. Traían por aquí a un mico que tenía tres meses y cuando te dabas cuenta tenía ya tres años y luego ya trece o catorce», dice Cristina, quien al igual que el resto de su familia se crio en la tienda.

Por el establecimiento no solo pasaba gente de Oviedo y alrededores, sino que también llegaba de otros puntos de Asturias. De Mieres, de Avilés, de Gijón, incluso de Luarca o de Llanes. También a nivel nacional e internacional. «Éramos un punto de referencia para las familias porque al final éramos una familia que satisfacíamos la necesidad de otra familia», señala la hija de Adelina.

Al estar además en una zona céntrica, alguna que otra celebridad se dejó ver por la icónica zapatería de Oviedo. «Para nosotros fue siempre tan importante la persona de pie como la famosa. Al final nuestra mayor satisfacción era ver cómo la gente venía por primera vez y volvía luego porque, en verdad, eso era señal de que confiaban en nosotros», reconoce Cristina.

Así lucía el escaparate de la icónica zapatería de la calle Milicias Nacional de Oviedo antes de su cierre

Para poder dar siempre el mejor servicio posible, en la zapatería ovetense tuvieron que ir adaptándose a los tiempos. En el momento que empezó a usarse ropa de colores, comenzaron a incorporar a la oferta zapatos de todas las tonalidades. «En la tienda se empezó a ver más luz, a haber más vida, aunque en verdad la vida te la daban siempre los niños que venían por aquí. Veías cómo se comportaban e intentaban engañar a sus padres diciéndoles que el zapato les hacía pupa si en verdad no les gustaba ese modelo», recuerda con nostalgia.

Hicieron además varias reformas en el local. «El hueco es el mismo pero antes, donde hasta ahora estaba la caja, antiguamente había unas pequeñas escaleras que te llevaban a unos asientos para poner ahí a los bebés y probarles tranquilamente el calzado», detalla. Cuando tuvo lugar la crisis sanitaria derivada de la pandemia del coronavirus comenzaron a comercializar sus productos por internet. «Habilitamos una página web para poder seguir vendiendo y no perder tampoco el contacto con nuestros clientes», dice la ovetense.

Sin embargo, con el paso de los años, al cambiar el modelo de consumo y teniendo en cuenta que la natalidad ya no es lo que era, Adelina decidió poner punto y final a su carrera profesional. Para despedirse de sus clientes y agradecerles así la confianza depositada durante estos 85 años, puso a la venta todos y cada uno de los zapatos a precios de lo más asequibles: «Hubo hasta modelos a cinco euros». «Brindamos además, literalmente, por cerrar esta época y por la estupenda que vendrá. Es una etapa que se cierra con cariño y con una sonrisa de nuestros clientes hacia nosotros y de nosotros hacia nuestros clientes», asegura su hija.

Así es como la historia de Calzados Mami llega a su fin después de haber calzado a generaciones y generaciones de asturianos. «Siempre les acompañaremos por la vida en cada paso que den», asegura con nostalgia la ovetense. «Ya se cierra un capítulo de nuestra vida en el que esperamos que hayamos podido contribuir un poquito con la historia de las generaciones de nuestra ciudad, de nuestras calles, de nuestro Oviedo. Queremos desde aquí aprovechar para daros las gracias por haber confiado todos estos años en nosotros», apunta Adelina. 


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