La Voz de Asturias

«La Faba» se indigesta en el verano ovetense: «No hay día que pase que no haya un atasco»

La Voz de Oviedo

Esther Rodríguez Redacción
Glorieta de la Cruz Roja en Oviedo

Varios usuarios de la nueva plaza de la Cruz Roja aseguran haberse visto atrapados en «más de una ocasión» en una «interminable» fila de coches. Estos problemas de tráfico comenzaron a producirse después de las obras de reordenación: «Antes no había atascos», manifiesta

10 Aug 2024. Actualizado a las 05:00 h.

Circular por la ciudad puede convertirse en una auténtica odisea. Da igual que seas experto o un auténtico novato al volante que circular en automóvil por la urbe no resulta nada fácil. Hay que estar todo el rato pendiente de lo que ocurre alrededor. Si el semáforo se abre o se cierra, si debes ceder o no el paso, si el coche de delante va a cambiar de carril o si el peatón quiere cruzar. Si a esto le sumas las largas colas de vehículos que pueden llegar a formarse en algunos puntos es muy probable que termines desesperándote. Esto es algo que les pasa «a diario» a aquellas personas que se ven obligadas a atravesar la nueva plaza de la Cruz Roja para poder salir o entrar a Oviedo.

Conocida popularmente como «la faba», en algunos casos bautizada como «la fabona», los problemas de tráfico siguen siendo «constantes» en esta glorieta situada al sur de la ciudad. «Desde que se acabaron las obras no hay día que pase que no se genere un gran atasco», denuncia Virginia González, quien sabe bien de lo que habla. Esta vecina del barrio de Otero pasa prácticamente a diario por esta zona de la ciudad y en más de una ocasión asegura haberse visto atrapada en una «interminable» fila de coches.

«Da igual que se abran los semáforos que no, que si hay muchos coches no te da ni tiempo a pasar. Una vez pillé un semáforo en rojo y aunque se ponía en verde no podía moverme del sitio. Y es que además depende de dónde te quedes parada se te pueden atravesar por el medio los coches que bajan de la calle Azcárraga o los que suben de la Tenderina. Y ahí sí que ni para atrás ni para adelante», asegura harta de la situación. 

César González es también testigo de los problemas de tráfico producidos «a diario» por la nueva rotonda de la Cruz Roja, que da acceso a la A-66. Sin ir más lejos, esta semana vivió uno de los mayores atascos en este punto de la ciudad. «Me echaba las manos a la cabeza cuando vi que los dos carriles de la calle que va desde la Ronda Sur hasta la fábrica de armas de La Vega estaban llenos de coches», cuenta antes de denunciar que no hubiese ningún agente de la Policía Local o de la Guardia Civil para solventar dicha situación

En su caso quedó atascado a la altura del Campo de los Patos, donde algunos vehículos que venían de las calles adyacentes —Azcárraga y Postigo— quedaron incluso «atravesados en el medio». Tal era la cantidad de vehículos que tenía delante que este vecino de Villafría apenas podía circular unos centímetros. «Había un autobús que se le cerró el semáforo hasta tres veces y no se pudo mover de los atascos que había», asegura.

César considera que a estas alturas del verano no debería de darse esta situación, ya que a su juicio la mayoría de los ovetenses están de vacaciones y los turistas no suelen utilizar el coche para desplazarse por la ciudad. «No me quiero imaginar cuando llegue septiembre, la gente vuelva de vacaciones y comiencen las clases… terminaremos dando las clases a los niños en coche», lamenta.

Quienes utilizan el transporte público tampoco se libran de esta situación. Kike Gallart no tiene coche ni carné de conducir, por lo que debe de coger a diario la línea H del autobús urbano para ir a trabajar. Pero, debido a los atascos que se producen en la glorieta de la Cruz Roja, sobre todo en horas puntas, llegar ahora a tiempo a su puesto de trabajo se ha convertido en toda una odisea.

«Ahora tengo que salir con mucha más antelación de casa si quiero coger el tren o el bus interurbano. Antes normalmente cogía el bus urbano de y cuarto y me sobraban diez minutos, pero ahora eso ya no es posible. Si estás cuatro minutos en la rotonda ya lo pierdes. Por eso prefiero coger el bus anterior aunque tenga que estar más tiempo en la estación», asegura este vecino de La Tenderina.

La congestión del tráfico supone una «molestia añadida» a las que ya tienen que hacer frente los usuarios del bus. «Los tiempos de viaje se agrandan, cuando deberíamos estar caminando hacia políticas de transporte público que mejorasen las frecuencias y lo hiciesen más atractivo», manifiesta. En este punto, Gallart aprovecha para denunciar la «chapucera» situación de la red de TUA, que a su juicio parece de los años 90.

«Canteli no debió de coger un autobús de transporte público en su vida. Desde el verano pasado hay más retrasos, el autobús va siempre lleno, el temporizador de las paradas no funciona correctamente, la aplicación también va mal… Es una odisea como dependas del transporte público para llegar a algún sitio», lamenta.

Reordenar esta glorieta, ahora con la catalogación como plaza y que debería ser una «sartén», tenía como principal objetivo pacificar el tráfico entre la calle General Elorza y la Ronda Sur. Pero, hasta la fecha, no ha dado sus frutos. Al contrario. «Antes de que se hiciesen las obras no había atascos y ahora son continuos», asegura Virginia González, quien espera que con la apertura de la glorieta de Santullano se solucione la situación. «Antes daba gusto andar en coche por Oviedo, pero ahora se te quitan las ganas», remata César González


Comentar