El sabor del mar llega a Oviedo: el nuevo restaurante donde se preparan a la brasa pescados y mariscos
La Voz de Oviedo
El establecimiento situado en pleno centro de la ciudad ofrece una experiencia culinaria basada en los tradicionales asadores vascos. El producto estrella son los «salvajes» del Cantábrico, pero cuenta también con una amplia carta de carnes rojas a la parrilla, con el objeto de que «puedas venir muchas veces y no tengas que repetir ningún plato»
03 Feb 2024. Actualizado a las 11:57 h.
La oferta gastronómica de Oviedo no deja de crecer. En el centro de la ciudad, concretamente en el bajo número 8 de la calle Campomanes, ha aterrizado un nuevo concepto de restaurante que pretende revolucionar el sector de la hostelería en la capital asturiana. Lleva por nombre La Costera y ofrece una comida basada en los tradicionales asadores vascos con el objeto de aportar algo «nuevo y diferente» al municipio. Y también a la región puesto que «en toda Asturias ni siquiera hay algo igual».
Este asador marinero «único en la ciudad» es el sueño hecho realidad del asturiano Jovino Prendes. En el momento que este vecino de Carreño empezó a emplearse en varios asadores vascos de reconocido prestigio en Madrid, se percató de que en su tierra natal trabajar asando «los mejores sabores del mar» brillaba por su ausencia, a pesar de que Asturias es un gran potencial en cuanto a materias primas se refiere. «Con el tiempo y la experiencia» se fue «reafirmando» en la idea de que la región necesitaba este tipo de negocio donde, principalmente, los platos se preparan a la brasa.
Decidió, por tanto, ponerse manos a la obra. Como para «este tipo de proyecto» se necesita «un local específico», se pateó las distintas calles de la ciudad en busca de un espacio que se ajustase a sus necesidades. Por casualidades de la vida conoció al dueño del bajo donde a día de hoy se ubica su restaurante. «Nada más que me lo enseñó me enamoré porque además de ser espacioso y muy bonito como antiguamente era un italiano, en el hueco que estaba el horno para las pizzas puedo tener perfectamente la parrilla de carbón vegetal», confiesa.
Paralelamente, con la ayuda de su mujer, la experta en finanzas Tatiana Bazanova, hizo un estudio de mercado. «Me cansé de dar vueltas alrededor para ver la competencia y la vida del barrio». Un trabajo de observación que le llevó a la conclusión de que «tener este local cerrado era una auténtica locura». Para poder aprovecharse aún más si cabía del «enorme potencial» de dicho bajo ubicado en la calle Campomanes le dio un pequeño lavado de imagen al mismo hasta conseguir un ambiente distendido.
No fue hasta el pasado sábado, 27 de enero, cuando la parrilla de La Costera empezó realmente a funcionar. Una plancha en la que Jovino y el resto del equipo asan a diario todo tipo de pescados. Lo hacen al peso y principalmente cocinan aquellos «salvajes» que provienen del mar Cantábrico. «En alguna ocasión puntual los traeremos del sur, como pueden ser los carabineros, pero nuestra idea es trabajar con los productos de aquí y de temporada», asegura el hostelero, quien prefiere primar la calidad a la cantidad.
Sin una carta de platos definida
Como la mar es «muy caprichosa» saber qué pescados conformarán principalmente la carta del restaurante ovetense es algo complicado. Es por ello que en La Costera cuentan con un cuadernillo con hojas en blanco en el que «cada día» escribirán los peces, los crustáceos o moluscos que constituirán la oferta gastronómica de la jornada. De todas formas, «sí que siempre tendremos un número tanto de pescados como de marisco». Además, aunque estos productos son preparados a la brasa, para quien lo desee pueden ser cocinados al horno.
No hay duda alguna de que el pescado es el producto estrella de este restaurante ovetense con capacidad para 75 personas. Pero para que los amantes de la carne roja también puedan disfrutar de la parrilla contarán con una amplia carta de este producto proveniente de los animales de tierra. Desde chuletones hasta solomillos, pasando por los entrecots o los cachopos a la parrilla. «Tendremos también pitu de caleya, cabrito guisado, carrilleras o rabo de toro».
Al igual que los pescados, la carne provendrá de productores locales, puesto que «cuando los productos son muy buenos, trabajar es muy fácil»: «Lo único que tienes que hacer es no estropearlo». Y para que la experiencia gastronómica sea lo más completa y personalizada posible, «antes de asar nada, los camareros enseñaran al cliente los alimentos para ver qué les parecen y si hace falta explicarán la procedencia de los mismos».
«Nuestro objetivo es que puedas venir muchas veces y no tengas que repetir ningún plato»
Los comensales podrán «tomarse el tiempo que quieran» para degustar los platos, puesto que no habrá un horario establecido de comidas. Además para que queden con un buen sabor de boca, en el sentido más literario de la palabra, en La Costera cuentan con postres cien por cien caseros. «Tenemos una tarta de queso totalmente diferente, la hacemos como si fuera una kunafah -crujiente por fuera y acompañada de helado-; tiramisú de marañuela; tarta de manzana; mousse de chocolate blanco con vinagreta de frambuesas y haremos algún dulce a partir de turrón», detalla.
Aunque a diario no disponen de un menú, «con mucho cariño y mimo» preparan también un conjunto de platos para aquellas personas que vayan a comer en grupo o para los ejecutivos. De igual modo, en aquellas fechas especiales o celebraciones particulares ofrecerán una propuesta gastronómica diferente. «Como formamos parte de la asociación OTEA cuando sea el Desarme haremos algo», asevera.
Contar con una amplia y variada carta permitirá a La Costera que sus clientes «no tengan que repetir ningún plato cada vez que vengan». «Es uno de nuestros objetivos, al igual que queremos, que la gente que entre marche siempre contenta», asegura Jovino, quien prefiere atender a 50 personas bien que a 100 mal. «Lo importante es ir paso a paso, mirando a ver si necesitamos más refuerzos de personal y hacer todo lo básico para no pifiarla porque al final si se hace bien, todo llega», manifiesta, mientras el teléfono no para de sonar para recibir reservas.