Gonza, el joven con síndrome de Down que es uno más en la farmacia Migoya: «Saca adelante muchísimo trabajo»
La Voz de Oviedo
Tiene 31 años y lleva cuatro como empleado de esta histórica botica ovetense, donde está «muy contento». Se encarga de recepcionar los pedidos y colocarlos en su lugar, una tarea minuciosa para la que es sumamente responsable: «No puedo tener fallos»
19 Dec 2023. Actualizado a las 09:38 h.
Gonza tiene 31 años y los últimos cuatro los ha pasado trabajando en la farmacia Migoya de Oviedo, donde es uno más. Un empleado capaz de recepcionar y colocar todos los medicamentos que llegan a diario, una de las tareas más tediosas del negocio que saca adelante con éxito y la misma ilusión que el primer día. Él forma parte del programa Empleo con apoyo de la la Asociación Síndrome de Down del Principado de Asturias y es un ejemplo de la inserción laboral que buscan a través de estos itinerarios.
«Sin fallos» es la premisa con la que día a día acude a su puesto de trabajo. Él mismo cuenta que es tremendamente importante estar «muy concentrado» para no equivocarse y que todo vaya al sitio correcto. De sus comienzos recuerda que fue en 2019 cuando su madre le dio «la sorpresa». No conocía cómo funcionaba la farmacia, pero poco a poco aprendió hasta convertirse en una pieza imprescindible para el negocio. Tiene un contrato indefinido a media jornada y trabaja en horario de mañana: «De nueve a una, sin fallos», insiste él.
Cuenta su historia pero sin perder de vista su responsabilidad. Las cubetas llenas de medicamentos que llegaron al establecimiento a primera hora de la mañana y que Gonza se encarga de recepcionar y colocar. En la trastienda de esta histórica botica, que hace poco fue reconocida como la mejor farmacia de España, tiene su lugar de trabajo. Un ordenador por el que tiene que pasar los envases de diferentes fármacos y cajas a ambos lados, de las que va recogiendo y ordenando tras digitalizar la información.
Una tarea nada sencilla. La titular de la farmacia, Mercedes Migoya, asegura que el joven con síndrome de Down «saca muchísimo trabajo adelante». «Recepciona toda la medicación que viene de los almacenes, con distintos IVA, tiene que modificar precios de algunos productos, otros sabe que no los puede tocar, coloca por orden alfabético, repone y revisa las caducidades», explica. Una labor «tediosa» y «muy mecánica» que Gonza hace «estupendamente» y permite al resto del equipo desarrollar otras actividades.
«Es uno de los trabajos más complicados que tenemos», apoya María José Camblor, responsable del programa de Empleo con apoyo de la Asociación Síndrome de Down del Principado de Asturias. Su inserción es «totalmente satisfactoria», celebra. Además de completar sus cometidos con éxito, Gonza está «completamente integrado en la farmacia y con sus compañeros», confirma.
Mercedes Migoya va más allá. Para ella lo «más importante» no es el gran trabajo que el joven saca adelante, si no que «humaniza el equipo y da importancia a cosas pequeñas, que nosotros vemos como normales». Cuenta que la «ilusión» de su trabajador es enorme y contagiosa. «Desde la nómina hasta la cesta de Navidad. Ahora tenemos un brindis y lleva un mes buscando los villancicos que va a poner. Nos ha enseñado a tener alegría por las cosas pequeñas, los días de cumpleaños han pasado a tener otra importancia. Él concretamente celebra cuatro santos, así que hemos pasado a tener muchos más días de celebración», aplaude la farmacéutica. Gonza se apunta también a las cenas de la plantilla. «Le encanta poder salir a bailar», afirma Mercedes Migoya. En el día a día tampoco se pierde la hora del café ni se olvida de cuando «toca pagar», dice él.
Navidown, una campaña solidaria
Por si fuera poco, este mes es «pluriempleado». Él se hace cargo de vender los calendarios y adornos navideños con los que recaudan fondos a favor de la Asociación Síndrome de Down del Principado de Asturias. La farmacia dedica el mes de diciembre a esta causa desde que Gonza trabaja con ellos. «Hay gente que ya viene por la mañana para que sea Gonza el que se lo venda, y a él le hace especial ilusión. Además los clientes se implican mucho, hoy ya nos tuvieron que traer cosas nuevas porque se nos habían agotado», cuenta la propietaria. Down Asturias tiene en esta campaña navideña -con la que colaboran varios puntos de venta- una fuente importante de financiación.
Mercedes Migoya: «La verdad que yo se lo recomiendo a todo el mundo, en cualquier empresa, es muy positivo para todos tanto a nivel laboral como humano»
Fue en la etapa en la que Ignacio Migoya era titular cuando descubrieron la labor de la asociación y decidieron incorporar a un joven a su plantilla. Su hermana Mercedes continúa implicada no solo haciendo sentir a Gonza como uno más, también a través de campañas de apoyo a la organización y recomendando el programa allá donde va. «Dan facilidades para la incorporación, formación a todo el equipo para arrancar y luego los primeros meses vienen con una persona de apoyo, así que fue muy fácil. La verdad que yo se lo recomiendo a todo el mundo, en cualquier empresa, es muy positivo para todos tanto a nivel laboral como humano», aconseja Mercedes Migoya.
Precisamente una de las características del programa de inserción laboral de Down Asturias es el acompañamiento continuo. «Cuando una empresa se pone en contacto con nosotros y nos ofrece una vacante, lo primero que hacemos es mirar si alguno de los chicos encaja en ese puesto. Si tenemos un candidato empezamos con la inserción, que va siempre acompañada de un preparador laboral. Al principio está toda la jornada con él, desde que sale de casa hasta que regresa, incluidas todas las horas de trabajo. Poco a poco, ese apoyo va desapareciendo. A partir de ahí empezamos con los seguimientos laborales, porque la persona que está trabajando va a tener siempre un acompañamiento por parte de la asociación», explica María Jesús Camblor. Al menos una vez a la semana visitan a los usuarios que trabajan y también les ofrecen formaciones.
Además ofrecen una charla inicial a la plantilla en la que explican algunas pautas fundamentales a tener en cuenta. «Lo que decimos es que en realidad es una persona más que va a trabajar, que no les vean como alguien distinto, porque tienen que tratarlos exactamente igual. Simplemente saber que tienen una discapacidad por la cual hay ciertas cosas que no pueden llegar a hacer, pero otras muchísimas que sí. Entonces lo que no pueden hacer es ni sobreproteger ni ignorar, se les trata como un compañero más, al fin y al cabo esa es la clave de la integración», subraya la responsable del programa.
En la actualidad son 22 las personas con síndrome de Down contratadas a través del programa Empleo con apoyo. Todas ellas con contrato indefinido y a media jornada, el tiempo que consideran adecuado para que ellos puedan desarrollar su trabajo de forma efectiva. Participan 17 empresas de todos los tamaños y sectores. «Cada vez está habiendo más demanda de pequeñas empresas, que se están abriendo cada vez más y ven el valor que da la persona con discapacidad a la empresa», asegura Ana Luque, gerente de la Asociación Síndrome de Down de Asturias.
El programa, detalla, está «muy ligado» a la formación continua, un plan con el que los usuarios también desarrollan prácticas laborales. «Las empresas, tanto grandes como pequeñas, interesadas en la inserción pero que no se atrevan, el paso previo y el mejor comienzo es a través de esas prácticas, porque siempre van a estar acompañados», anima Luque. Contar con el apoyo de estas compañías resulta fundamental para que la organización pueda llevar a cabo su tarea a través de los diferentes programas, que engloban a unas 500 personas entre personas con síndrome de Down y otras discapacidades y sus familias.
Empleo con apoyo echó a andar en 2005 con tres contratos, gracias a un convenio de colaboración entre Alimerka y la asociación, que después se extendió a otras empresas. Algunos usuarios todavía conservan desde entonces su puesto de trabajo. Para ellos, su empleo «es lo mejor que tienen», confiesa Camblor. «Están encantados de trabajar, además son empleos ordinarios, no que estén en centros especiales ni nada de eso. Trabajan con personas sin discapacidad y ellos son uno más de la plantilla, no hay mejor integración que esa», subraya.
En la misma línea, Ana Luque afirma que esa independencia que consiguen con el trabajo es «una meta vital». Por eso se muestra orgullosa de la integración real que se lleva a cabo en las empresas participantes poniendo como ejemplo actual las cenas navideñas: «Son parte de la plantilla y como tal, participan en todas las celebraciones».
Como ocurre con Gonza, la experiencia es satisfactoria tanto para el trabajador como para la empresa, por lo que desde Down Asturias buscan que más compañías se animen a incorporar a personas con capacidades diferentes a sus plantillas. Un proceso que resulta «positivo para todos» como ocurre en la histórica farmacia ovetense.