Las mil y una caras del arte están a disposición de todos en este local del centro de Oviedo
La Voz de Oviedo
Hay pintura, cerámica, resina, fotografía y un largo etcétera de técnicas artísticas para que nadie se quede sin dar rienda suelta a su imaginación. Paloma Llano y Nacho Nesta están detrás de este proyecto que está siendo todo un éxito pese a tener sólo un año de trayectoria
23 Jul 2023. Actualizado a las 09:25 h.
Paloma Llano y Nacho Nesta se conocieron estudiando arte en Oviedo. A ella le apasionaba la pintura y la escultura. Él se especializó en la rama de imagen: fotografía, diseño gráfico o ilustración. Ambos compartían vocación y decidieron adecuar un espacio para convertirlo en un taller en el que desarrollar sus proyectos. Pero pronto surgió la idea de abrir su pequeño mundo a todos los ovetenses con curiosidad y ganas de dar rienda suelta a su imaginación. Fue así como surgió El Fresco, un estudio creativo en el que «poder hacer de todo», desde acuarela a joyas de resina pasando por arcilla o vinilos.
«Queremos que el arte llegue a todos los sitios y sea parte de la vida», defiende Paloma Llano desde su local. Cruzar la puerta, en un segundo piso del número 15 de la céntrica calle Cimadevilla de Oviedo, es todo un chute de energía positiva. No importa mancharse, el caso es investigar y buscar «lo que gusta a cada uno», porque la filosofía de esta pareja es clara: todas las personas tienen al menos una técnica con la que sentirse identificadas y que potencia su creatividad. «Si te aburre la acuarela puedes hacer fluid art, dibujar con el ipad Pro o aprender fotografía, pero es imposible que no te guste nada, siempre va a haber algo», incide Paloma.
Cuando estudiaron arte, «se abrieron todas las puertas del mundo en cuanto a posibilidades», recuerda. Sin embargo, una vez finalizada esa etapa, se antoja necesario «elegir» entre unas cosas u otras. Huyendo de la disyuntiva, y tras una etapa laboral en la que descubrieron la necesidad de impulsar la creatividad desde la infancia a través de talleres con niños y niñas, comenzaron a acumular materiales relacionados con diferentes técnicas para poder abrir su estudio a los ovetenses y ofrecer «ese espacio que poder ensuciar» que ellos habían añorado al concluir su formación.
Así comenzó un proceso de emprendimiento que recuerdan «duro» y que les llevó «más tiempo del que debería». «Fuimos montando el estudio muy poco a poco. Nos tuvimos que quitar prácticamente de todo lo demás para hacer esto», confiesa Paloma. Tuvieron que invertir para comprar todo el material: desde el torno con el que trabajan la arcilla a los rotuladores, ordenadores y demás herramientas para abarcar el mayor número posible de técnicas artísticas. «Consideramos que todavía nos queda muchísimo y también queremos ir viendo qué quiere la gente para adaptarnos; llegará un momento en el que este estudio se nos quede pequeño, pero alquilar un local a pie de calle de primeras era inviable», subraya.
El Fresco Estudio Creativo es un lugar donde «se puede hacer de todo» a través de actividades tanto para niños como para adultos. Además, hay ovetenses que acuden en familia para probar todo lo que ofrece el proyecto de Paloma y Nacho y dar «con una afición común que luego pueden compartir». Durante los meses de verano están centrados en los campamentos urbanos que se realizan todas las semanas de julio y agosto en horario de mañana para menores de 3 a 14 años. En ellos descubren la acuarela, la arcilla, el trabajo con resina, hacen fiestas de luz ultravioleta o decoran galletas. También salen a «pintar Oviedo» y realizan visitas al Museo de Bellas Artes de Asturias.
«En los campamentos prueban un poco de todo», apunta Paloma, detallando que son grupos de un máximo de seis menores a la semana. «Lo que queremos es que jueguen, que investiguen y que se den cuenta de que el arte es superdivertido, que no te tienes que quedar sólo en una cosa», explica. Además, quieren trasladarles un mensaje: «Del arte se puede vivir; ahora bien, vas a tener que trabajar muchísimo, estudiar muchísimo y saber de todo, conocer todas las técnicas y decidir cuál es la tuya». En este sentido, los impulsores de El Fresco recuerdan que hoy en día la ilustración digital o el diseño de videojuegos «tienen muchísima salida» y esta es una forma de descubrir lo que después se puede convertir en una profesión.
En las mañanas de campamento realizan sus propios proyectos, para los que tienen que investigar diferentes técnicas y unirlas. Paloma guarda con admiración una maqueta de la Catedral de San Basilio de la Plaza Roja de Moscú. La artista fue una niña de solo 11 años que unió conocimientos y materiales para levantar este edificio a pequeña escala al que no le falta detalle. También aprenden detalles relacionados, por ejemplo, con la psicología del color.
De forma paralela y durante el curso acuden adultos «de todas las edades» y de diversos perfiles. Personas que durante años «han pintado con acuarela y quieren seguir haciéndolo», otras que se han «aburrido» de lo que hacían y buscan una nueva técnica que les enganche o gente que nunca había tenido relación con el arte y quiere dar con algo le guste. «Los adultos eligen lo que hacen siempre. Les vamos orientando y explicando las dudas y lo que quieren aprender», subraya Paloma.
Para ella, el arte «es una forma de disfrutar que el ser humano necesita. Sirve para expresarte y puedes hacer lo que quieras. La gente que no intenta sacar ese lado artístico porque cree que no es bueno o que no tiene tiempo, está ahí cohibiendo una parte muy humana que da muchísima libertad», defiende. También vale para «abrir la mente» y es una manera de desconectar de los quehaceres diarios.
Apoyo a causas sociales y artistas emergentes
Otro de los objetivos de El Fresco Estudio Creativo es «sacar» las obras que realizan los alumnos fuera del local y dedicarlas a causas sociales. Ya lo hicieron la pasada Navidad con una experiencia «muy positiva» que denominaron Postales para el Huca y que consistió en una venta benéfica a favor de la Fundación Aladina para decorar las paredes de Pediatría del Hospital Universitario Central de Asturias. Recaudaron más de 2.000 euros y ya piensan en la siguiente acción, que los niños y niñas de los talleres han decidido que vaya destinada a la protectora Más Que Chuchos.
Además, Paloma y Nacho abren las puertas de su estudio a todos los artistas que busquen un lugar en el que exponer su obra o que no tengan todavía un espacio en el que poder desarrollarse. «Lo que queremos es que todas esas personas puedan hacer lo que quieran, sin trabas. Aquí tiene un sitio para exponer quien quiera, esto se vacía y se hace una exposición, se publicita, se promociona y se empiezan a mover las cosas», apoya Paloma.
Pese a su corta trayectoria como estudio creativo en Oviedo, la acogida está siendo «muy buena». «La verdad que cada persona que viene se enamora del sitio», celebran admitiendo que la mayoría de usuarios llegan gracias al «boca a boca» y se quedan porque «ven que durante el curso se incorporan nuevas técnicas y va a seguir pasando, entonces están pendientes de ver qué va a llegar».