La Voz de Asturias

Mesón El Viso, uno de los mejores restaurantes de Oviedo según los comensales

La Voz de Oviedo

Esther Rodríguez
Ana María Rodríguez y su marido, Lorenzo, están al frente de Mesón El Viso, que lleva más de 40 años de actividad en Oviedo

El negocio, que va por su segunda generación, cuenta con una amplia cartera de clientes después de 40 años de actividad en la capital asturiana

29 Apr 2023. Actualizado a las 11:22 h.

Oviedo tiene el privilegio de contar con una amplia oferta gastronómica que se ha convertido en el punto fuerte de la ciudad. Son cientos los restaurantes, cada uno con sus especialidades y peculiaridades, que ofrecen un sinfín de propuestas que engatusan hasta a los paladares más exigentes. Tal es la cantidad de locales y casas de comidas que hay en la ciudad que es prácticamente imposible quedarse con uno de ellos. Sin embargo, si tenemos en cuenta la exquisitez de sus platos y las buenas reseñas que acumulan, la elección está clara: Mesón El Viso. El establecimiento, situado en el bajo número 5 de la calle Rafael Altamira, cuenta con una calificación de cinco de cinco en TripAdvisor.

El restaurante ovetense compite a diario con Casa El Gaiterín por hacerse con el primer puesto del ránking de los mejores establecimientos de restauración de la ciudad. Ambos negocios tienen una puntuación perfecta en el famoso portal web que cada vez es más utilizado por los internautas para ver qué dice el boca a boca digital. En el caso del Mesón El Viso, algunos comentarios volcados en TripAdvisor aseguran que la comida está «increíblemente buena», es «abundante» y mantiene un precio «estupendo». Además, «el trato es inmejorable» y «no tienes que esperar en la mesa», dado que «te atienden con rapidez».

Todas estas valoraciones han llevado a Mesón El Viso a recibir la distinción Travelers' Choice 2022, que reconoce a todas las empresas que concentran alta cantidad de opiniones y críticas positivas. Pero, ¿dónde está el secreto de todo este éxito? «Eso el algo que me pregunto todos los días, porque esto al final es un bar de barrio, en el que solo tengo seis mesas y una terraza que por la tarde hace un frío que te las pelas», asegura la propietaria Ana María Rodríguez, antes de confesar que «aquí lo único que hay es que te sientes como si estuvieras en tu propia casa».

Este es el aspecto que tiene la entrada de Mesón El Viso, en Oviedo

Al fin y al cabo, Mesón El Viso es un bar «como los de toda la vida». Este abrió sus puertas hace más de 40 años de la mano de los progenitores de Ana María Rodríguez. «Mis padres, que realmente son de Sandamias (Pravia), tras vivir muchos años en Salas —de ahí el nombre del local— decidieron buscar un nuevo horizonte de vida. En el 80 vinimos a vivir a Oviedo y dos años más tarde, en octubre, pusieron en marcha este negocio», cuenta Ana María Rodríguez, quien desde el primer momento compaginó sus estudios para poder echar una mano a sus padres.

Cuando estos se jubilaron, Ana María Rodríguez cogió con la ayuda de su marido, Lorenzo, las riendas de este establecimiento familiar. Ella se encarga de la cocina, mientras que su esposo es el responsable de atender a los clientes en la sala, puesto que «se le da de maravilla hacerlo». «Está mal que yo lo diga, pero sabe muy bien cómo tratar a la gente. Da igual que sean jóvenes o mayores, que lo sienten como si estuvieran en su casa, a gusto, y además nos lo dicen porque marchan siempre agradecidos», resalta la hostelera.

Es por ello que una de las cosas que más valora el cliente sobre el Mesón El Viso es el trato que recibe. También la comida que ofrecen es otro de los grandes atractivos de este restaurante ovetense. «Es casera al 100% y todos los platos se hacen a diario, tanto los pinchos de la barra como el propio menú o la carta», señala Ana María Rodríguez, quien aprendió todos los trucos de cocina de su madre. «Aprendí cómo lo hacía ella y hoy en día sigo haciendo lo mismo. Aunque es verdad que fui probando y haciendo cosas distintas, pero no muchas porque este no es un restaurante grande donde puedas jugar con esas cosas», apunta.

El cachopo se ha convertido en uno de los platos más reclamados por los clientes de Mesón El Viso

Mesón El Viso cuenta por semana con un menú con dos primeros y dos segundos a elegir por 11 euros. «Todos los días tenemos un plato de cuchara o uno de tenedor. Ahora de cara al verano suelen ser los dos de tenedor. Luego siempre tenemos un pescado o una carne. Y en el precio incluye el pan, la bebida y el postre», asegura Ana María Rodríguez. También cuentan con la opción de medio menú por nueve euros, «que es un gran reclamo porque, como aquí cerca tenemos las Consejerías de Sanidad y Cultura, muchos clientes lo piden porque tienen que seguir la jornada laboral por la tarde y no quieren salir muy llenos». De la misma manera, durante el fin de semana ofrecen un menú «especial» por 18 euros.

La tortilla de patata y los callos, platos estrella de Mesón El Viso

Además, en el bar ovetense cuentan con una carta de lo más variada, que va desde las ensaladas hasta las sartenes, pasando por los cachopos. De todas las elaboraciones, los reyes de la casa son los callos. «Desde el Desarme hasta empezar la Semana Santa es una locura», resalta la hostelera. También el pote, que es el plato más antiguo de Asturias, es uno de los más reclamados por los clientes. En cuanto a la reina de la carta, «sin ninguna duda» es la tortilla de patata. Con cebolla y poco hecha, esta «se vende sola». «No hace falta sacarla al mostrador, la gente ya te la viene pidiendo. La llevo haciendo toda la vida para la barra hasta que a un señor se le ocurrió que se hiciese para llevar porque le gusta mucho, así que a diario hago tortillas para llevar», destaca Ana María Rodríguez.

La tortilla de patata es uno de los platos estrella de Mesón El Viso

Unos platos que, aparte de ser «exquisitos», mantienen una buena relación calidad-precio. Un aspecto que el cliente valora mucho. «Aunque nos repercuten todas las subidas, no te puedes pasar con los precios porque tienen que ser acordes a los negocios que tienes alrededor. Además, como la mayoría son clientes de toda la vida no les puedes subir 10 céntimos al café. Es ajustar mucho y subir aquellas cosas que quien las quiera lo pague. Pero lo que es el café, el menú o el pincho no te puedes pasar porque hay que mirar por los clientes que tienes y procurar hacerlos nuevos y eso. Si subes los precios, no lo vas a conseguir», asevera Ana María Rodríguez, quien, tras regresar de la compra, ha tenido que mirar el ticket varias veces, dado que le parece «imposible» lo que ha gastado.

Los clientes ya son parte de la familia 

Todos estos aspectos llevan a Mesón El Viso a contar con una amplia y fiel cartera de clientes. «Este es un bar que antes de entrar ya tienes el café como tú quieres encima de la barra, ya que las personas que vienen por la mañana son las mismas de todos los días. A comer viene incluso gente que lo lleva haciendo desde que abrimos. También tenemos los obreros que vienen a diario, los funcionarios de las Consejerías, la gente que se queda en el hotel que está enfrente del Calatrava y, cuando es verano, viene mucha gente de fuera por las valoraciones que tenemos o por las recomendaciones. Hay mucha gente, incluso, que cada vez que vienen a Asturias pasan por aquí», detalla Ana María Rodríguez.

Al fin y al cabo, aunque el perfil del consumidor en Mesón El Viso es muy variado, «aquí tratamos a todo el mundo por igual». Es por ello que «los clientes vuelven siempre» y son ya considerados como un miembro más de la familia. «Hay quien te deja las llaves de su casa para que se las des cuando llegue, por ejemplo, el del parqué que le va a ir a pulir los suelos, e incluso los repartidores, dejan aquí paquetes porque no hay nadie en casa y pasan luego a buscarlos. Es como el bar de debajo de tu casa», manifiesta Ana María Rodríguez, quien reconoce que gracias a esa fiel clientela han conseguido superar todos los baches económicos.

En este punto, la propietaria del Mesón El Viso cuenta: «Nosotros aquí en esta zona teníamos lo mejor de Oviedo: el campo de fútbol y el hospital, pero se lo llevaron todo y, cuando eso pasó, sobre todo cuando se llevaron el hospital, fue como si hubiese caído una bomba atómica en el barrio de Buenavista», resalta, antes de proseguir: «Lo pasamos muy mal y nos costó mucho trabajo sacar la cabeza». En ese momento, tomaron una decisión: «Decidimos apostar por una compañera de trabajo que se llama Leila y gracias a ella conseguimos salir arriba», confiesa Rodríguez, quien ya espera con ansia la merecida jubilación. «Cada vez lo vemos más cerca, ya estamos muy cansados porque el cuerpo ya no tiene 20 años», señala. Pero «como este ya está acostumbrado», Ana y Lorenzo seguirán manteniendo abiertas las puertas del popular negocio que es considerado como uno de los mejores de Oviedo.   


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