La Voz de Asturias

Confitería Jarama, más de medio siglo endulzando la vida a los ovetenses

La Voz de Oviedo

Esther Rodríguez Redacción
Jacinto Rama está al frente de Confitería Jarama, el negocio que pusieron en marcha sus padres en 1972

El emblemático obrador, que va por su segunda generación, elabora todo tipo de dulces hechos con dedicación y con una buena materia prima

25 Apr 2023. Actualizado a las 09:38 h.

En Asturias hay una amplia y fuerte tradición repostera. Es más, los asturianos son los españoles más golosos, según el Informe del Consumo Alimentario en España 2021. La prueba de ello, y sin ir más lejos, nos la encontramos en la capital. Basta con dar un pequeño paseo por Oviedo para percatarse de que en cada esquina de la ciudad, a pesar de que esta es pequeña en comparación con otras urbes de nuestro país, hay alguna que otra pastelería. Una de las más emblemáticas es la Confitería Jarama, que lleva más de medio siglo endulzando la vida de los ovetenses. Un establecimiento que además se ha convertido en parada obligatoria de todos aquellas personas que realizan el Camino de Santiago, puesto que cuentan con el pastel del peregrino que se ha convertido en uno de los productos estrella de la casa.

La historia de la Confitería Jarama se remonta a 1972, año en el que Jacinto Rama y Fini Villar deciden emprender juntos tras sellar su amor al casarse. El matrimonio apostó por poner en marcha una pastelería, puesto que el patriarca de esta familia tan querida por los ovetenses llevaba trabajando en el sector desde los 14 años. En un primer momento abrieron las puertas del obrador en un bajo de la calle Arzobispo Guisasola. Allí estuvieron durante aproximadamente cinco años vendiendo dulces y bombones hasta que se construyó el edificio número primero de la calle Campomanes y decidieron traspasar su negocio al local que actualmente es regentado por su hijo mayor, Jacinto, quien desde bien pequeño ya mamó el oficio.

«Me crié aquí y siempre estuve ayudando a mis padres hasta que se jubilaron. En ese momento cogí las riendas de la confitería, aunque bueno he de decir que todavía siguen mandando», asegura el confitero, antes de señalar que se formó en varias escuelas, entre las que destacan ciudades importantes como Barcelona, Londres o París. Desde entonces, el pastelero mantiene la misma filosofía de trabajo que sus progenitores: mantener la tradición, pero adaptándose a los tiempos sin olvidarse de que lo importante radica en «la calidad, el buen servicio y la paciencia», puesto que «las cosas para que salgan bien no se pueden hacer con prisa».

Varios pasteles semifríos que se elaboran en la Confitería Jarama, de Oviedo

Es por ello que en Confitería Jarama se elaboran todo tipo de dulces hechos con dedicación y, por supuesto, con una buena materia prima. Entres sus especialidades se encuentran desde los semifríos, un pastel «muy suave» con bases de todo tipo de sabores «que costó mucho que la gente se hiciese a ellos puesto que se salen de la pastelería tradicional», hasta las jaramitas, los mouses, los tocinillos del cielo o los bombones, además de los pralinés o los bizcochos. Todo ello sin olvidarse de los postres estacionales como puede ser el roscón de Reyes o las casitas y huevos de chocolate de Pascua.

Además uno de sus productos estrella es el pastel del peregrino. Un dulce que surgió a raíz de la puesta en funcionamiento de un albergue en la calle Leopoldo Alas, a escasos metros de la Confitería Jarama. «A partir de ahí, por aquí empezaron a pasar —y siguen haciéndolo— muchos caminantes. En una ocasión, una chica me preguntó cómo no teníamos un pastel típico del peregrino y yo entonces empecé a darle vueltas al asunto», confiesa Jacinto Rama.

Desde ese momento y con el propósito de hacer un postre con el que homenajear a los peregrinos, el confitero se puso manos a la obra e hizo «varias pruebas» hasta que salió este pastel: «un dulce de lo más asturiano que hay». Este lleva almendra, manzana, azúcar y un toque de canela. Todo ello de la mejor calidad posible. Tampoco falta en esta deliciosa combinación «un poco de gracia y amor», puesto que de acuerdo a Jacinto Rama de ahí radica el éxito de este dulce que es uno de los más demandados por los clientes.

Así luce el pastel del Peregrino, uno de los productos estrella de la Confitería Jarama

Además, en Confitería Jarama «de cara al buen tiempo» cuentan con empanadas rellenas de carne guisada, cecina y queso de cabra, bonito o pulpo, entre otros sabores, así como pastelillos de hojaldre de bonito, de carne o de queso. De esta manera amplían la oferta de productos para adaptarse a la demanda del cliente, quien «ahora que se acerca el verano reclama alimentos más frescos». En este punto el confitero confiesa que los consumidores «siempre quieren, dependiendo de las épocas del año, algo nuevo». «Muchas veces te dicen: ‘podías hacer más’ y sí, por poder podría llenar la calle Campomanes de productos, pero el caso es venderlo. Y a qué precios y con qué productos», resalta.

La Confitería Jarama cuenta con una amplia y fiel clientela

Al fin y al cabo el cliente lo que más valora de la Confitería Jarama, aparte del trato recibido y el buen sabor de los productos, es la calidad de los mismos. «Tienen un pico de oro. Fíjate hasta qué punto, que nosotros siempre traemos la avellana de una zona de Asturias y hubo un año que se me ocurrió cambiar de zona porque me ofrecieron un producto muy bueno y llegaron a decirme que la avellana no era la misma», señala Jacinto Rama, antes de reconocer, orgulloso y agradecido a partes iguales, que gracias a ofrecer los mejores productos los clientes vuelven siempre.

Es por ello que en Confitería Jarama cuentan con clientes de toda la vida. «Yo ya di bautizos, comuniones y hasta bodas de gente a la que le di bautizos», apunta el hostelero, quien confiesa que al contar con una fiel clientela ha podido sortear las crisis que se han ido aconteciendo durante las últimas décadas. También el negocio «aguanta» a base de «sacrificios», «de apretar el cinturón y de que la familia arrima el hombro porque no todo es jauja».

Algunos de los bombones que se elaboran en la Confitería Jarama

Bajo esta premisa, Jacinto Rama asegura que «la gente tiene que darse cuenta que si trasladamos las subidas que nos han hecho en los productos que utilizamos a los pasteles, por ejemplo, hoy en día tendríamos que cobrarlos a cinco euros». «La pastelería en sí es un producto de lujo, pero en Oviedo y Asturias tenemos una tradición pastelera muy importante que es conveniente mantener», resalta el confitero y afirma que «aunque esto lleva mucho trabajo, es un oficio precioso porque aquí ves el producto final y cómo le gusta a la gente».

«Nosotros transformamos constantemente las materias primas como el chocolate, la almendra, la nata y demás para sacar semifríos, bombones, pralinés, bizcochos y un sinfín de posibilidades», apunta Jacinto Rama, quien espera seguir endulzando la vida de los asturianos muchos años más. Por el momento no piensa en la jubilación, sino en trabajar y vivir el día a día haciendo, eso sí, lo que más le gusta: fabricar dulces.


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