Ricardo Fernández: «En asuntos de calado como la ronda norte, debe consultarse a la ciudadanía con un referéndum»
Oviedo
Tras siete años como concejal, cuatro en el equipo de gobierno y tres en la oposición, Fernández aspira a ser el candidato socialista a la alcaldía
02 Oct 2022. Actualizado a las 05:00 h.
Ricardo Fernández transmite calma y sosiego. Con un discurso reflexivo y pausado, explica los motivos por los que ha decidido dar el paso para presentarse a las primarias del PSOE de Oviedo. Asegura que su proyecto «no es ni continuista ni rupturista», no cierra la puerta a la unión con alguno de los otros aspirantes, aunque sostiene que no hay ninguna propuesta encima de la mesa, y defiende que la ciudadanía debe implicarse más en los grandes proyectos que afectan al concejo.
-Fue el último en presentar candidatura. ¿Le costó mucho decidirse?
-Fui el último pero lo hice dentro del plazo que me había marcado, que era era de dos días.
-Hay quien califica su candidatura de continuista? ¿Qué le parece?
-Mi candidatura es la mía. Exclusivamente. Es verdad que Wenceslao López me apoya y muchos compañeros del grupo municipal y otros que no están, también, pero represento a un grupo con sensibilidades muy diferentes. Lo he dicho muchas veces, no es ni continuista ni rupturista. Lo que quiero es seguir trabajando en el proyecto que el PSOE viene desarrollando desde hace tiempo para el municipio de Oviedo, no solo para la ciudad, y soy un militante con una propuesta concreta. Tengo una identidad ideológica muy marcada, la del socialismo democrático.
-¿Quién le acompaña en esa candidatura?
-Un equipo de militantes de dentro y de fuera de los órganos de dirección. Es una cantidad considerable de compañeros, pero estamos hablando de presentar un candidato a la alcaldía, no de otras cosas. No de equipos ni de otras personas para una candidatura a las elecciones. En eso la militancia tiene mucho que decir.
-¿Cuáles son las líneas básicas del modelo que defiende?
-Tenemos que contar mucho más con la participación ciudadana. Hay que tenerla más en cuenta. Los modelos participativos en nuestro municipio no han sido un éxito, y hay cuestiones que requieren que la ciudadanía se posicione para resolver polémicas. Además, entiendo que defender el interés general debe ser prioritario siempre para el ayuntamiento. No puede ser que el interés de otros sectores o colectivos primen sobre el general, como ocurre en el momento actual, en el que estos grupos son los grandes beneficiados de la acción política. Creo que estamos ante el fracaso completo de la gestión pública por parte del gobierno de Canteli, cuyo éxito es el reparto de beneficios para unos pocos. Tenemos que recuperar las señas de identidad del socialismo para hacer valer en Oviedo que el ayuntamiento defienda el interés de la ciudadanía.
-¿Qué diferencia su proyecto del que defienden los otros candidatos?
-De momento puedo hablar del mío insistiendo en estas cuestiones. Creo que lo que nos corresponde hacer es dirigirnos a la militancia para explicar la visión de cada uno y dónde pone cada uno el acento para que sean los militantes los que decidan. Creo que es prioritario defender ese interés general para que no ocurran casos como la calle regalada en Indalecio Prieto. También apuesto por una defensa medioambiental y por la modificación de la movilidad en la ciudad, que necesita una transformación radical. Tenemos que hacer una defensa firme del patrimonio histórico e industrial de Oviedo.
-¿Descarta unirse con algún otro candidato o es una opción que está sobre la mesa?
-Nunca descarto nada. No creo que nadie lo descarte. Todos intentamos defender al partido y lo mejor para Oviedo. Cualquier entendimiento implica dialogo y todos los que estamos en la agrupación tomamos el dialogo como seña de identidad. Así debería ser.
-Para la secretaría general de la AMSO la FSA medió para pactar un candidato. ¿Hubo negociaciones para el candidato a las primarias?
-La FSA ha sido muy escrupulosa en este proceso, con una completa neutralidad y respeto al proceso democrático interno que se promueve. Esa es la regla y la aceptamos todos.
-Usted estuvo de concejal en el gobierno tripartito y ahora en la oposición. Si sale elegido, ¿cómo espera recuperar la alcaldía para el PSOE?
-Hay que plantear que el programa se actualice teniendo en cuenta la situación nueva que vivimos. Hay que tener en cuenta las circunstancias actuales y que tenemos muchos asuntos por resolver, como la ronda norte, la vega… La ciudadanía debe poder expresarse. Creo que tiene que movilizarse todo el voto progresista posible de Oviedo, de distintas sensibilidades, no solo el voto socialista. Cada voto importa. No puede ser que en barrios obreros la participación sea exigua y en barrios con otra configuración social la participación sea masiva. Esto va en contra de los intereses de las clases menos pudientes. Creo que es importante una movilización. Desde las distintas fuerzas del bloque progresista debemos entender que el adversario no está ahí, sino enfrente. En todas esas políticas que defiende el interés particular y no el general. Eso es básico.
-¿Y cómo se logra eso?
-Conseguir todo esto requiere, desde luego, trabajo de partido para explicar el programa. ¿Qué se ha hecho hasta ahora? Debe haber una toma de conciencia ciudadana de estos tres años de bipartito. No solo es que nos hayamos quedado sin fiestas. Ahora hay un estallido de indignación, pero ha habido cosas muy graves que a veces pasan desapercibidas. Casi hemos perdido la calle, por ejemplo, con la enajenación del espacio público. Hay una connivencia con una patronal (la de hostelería) que es inadmisible y es mucho más grave de lo que pueda ser que el centro quede vacío en fiestas, que lo es también, porque es acabar con un modelo que funcionaba. Pero hay cosas más graves.
No solo deben decirlo los partidos, nosotros lo décimos, debe haber toma de conciencia. El ciudadano no puede ser ajeno a lo que sucede en su ciudad. Es una responsabilidad de los responsables públicos tratar de que esa realidad sea conocida, pero también es de interés para la ciudadanía conocerla. No podemos ser ajenos a lo que ocurre como si no importara o no pudiéramos hacer nada.
-¿Cómo es la ciudad que le gustaría dirigir? ¿Qué le parece el acuerdo para El Cristo-Llamaquique?
-Hemos defendido siempre lo que se está haciendo ahora. Se trata de aprovechar la mayor parte de los espacios que existen para configurar un campus en el Cristo que a su vez permita crear una ciudad de la justicia en Llamaquique.
-¿Y la ronda norte?
- Yo defiendo, y es una posición personal, que no se puede frivolizar con la cuestión. Hay que tomar en cuenta todos los factores que se tienen que manejar. No se puede decir que no existe un problema de tráfico en determinadas áreas de la ciudad, como es el caso de La Florida, Vallobín y Ciudad Naranco. Pero tampoco se pueden sostener las infografías con las que se trató de ilustrar la primera presentación del proyecto. Me horrorizan. No me entra en la cabeza que se puedan hacer seis carriles. Surgen muchas dudas con muchas de las soluciones, por eso hemos presentado alegaciones. Existen discrepancias importantes y es necesaria la participación ciudadana para alcanzar un consenso. También hay que explicar quién lo pagaría. En las alternativas de las que se habla, sería el ayuntamiento quien tendría que pagarlas. Yo defiendo que hay que preservar el Naranco, pero analizando todos los elementos y, teniendo todo esto en cuenta, hacer una consulta a la ciudadanía.
-¿Se refiere a un referéndum?
-Sí. En asuntos de tanto calado debe haber una consulta a la ciudadanía. No al trámite administrativo, eso es una fase del proceso. Hay que explicar claramente qué es lo que se puede hacer, informar a la población con los flujos de tráfico de la ciudad, el impacto en el Naranco, los costes, el fin de los combustibles fósiles… Una vez analizado y explicado todo esto, que sea la ciudadanía la que decida.
-¿Qué le parece el protocolo de La Vega?
-Las torres de 25 plantas no me convencen. El ayuntamiento no ha defendido correctamente los intereses del municipio. Considero que debemos conservar La Vega íntegramente, como conjunto histórico e industrial. A partir de ahí, se pueden hacer muchos de los proyectos que manejan, como el de crear un polo industrial con industria del siglo XXI, pero no defiendo cuestiones distintas a las que firmamos en el protocolo de 2019. El punto de partida es que no era necesario recalificar. Eso lo dejaron prescribir, de ahí la crítica.
Es positivo que las administraciones dialoguen y cada una defiende sus intereses. El ministerio no puede hacer cesiones gratuitas, pero en ningún momento se opuso a que se le pudiera compensar de otra forma, como era con terrenos en otra parte de la ciudad. Además, dudo mucho que Defensa no aceptara un pago aplazado por los terrenos. Yo hablo desde el punto de vista de lo que interesa al ayuntamiento, el Principado tiene otros intereses. Nuestra voluntad era no recalificar y ese es el planteamiento que defiendo.