La Voz de Asturias

Por qué San Mateo no es el patrón de Oviedo

Oviedo

D.R.
Fiestas de San Mateo en Oviedo

El origen medieval y la desaparición de otra festividad en favor de las actuales celebraciones de la capital asturiana

21 Sep 2021. Actualizado a las 10:27 h.

Poca gente sabe que los patronos de Oviedo son… no, San Mateo no es uno de ellos. En realidad, son San Salvador y Santa Eulalia (o Santa Olalla) de Mérida: el primero, por ser a quien está dedicada la Catedral, ubicada en el mismísimo lugar donde nació la ciudad y, la segunda, porque sus restos reposan la capital asturiana desde que así lo decidiera el rey Pelayo.

Dos hechos son curiosos en torno a Santa Eulalia: el primero, que hasta el siglo XIX se le dedicaba en Oviedo un día de grandes fiestas el 10 de diciembre. El segundo, que es la patrona de la Policía Local de Oviedo.

Entonces, ¿Por qué San Mateo? El origen de la celebración hay que buscarlo, como casi todo en la ciudad, unos cuantos siglos atrás y está vinculado al Camino de Santiago. En concreto, en el año 1438, más de medio siglo antes de la llegada de Colón a América.

Cuando en el vaticano mandaban el papa Clemente VI y más tarde el papa Eugenio IV, el veneciano Gabriele Condulmer, Oviedo ya era una cita obligada para los peregrinos que pasaban por la basílica en su periplo hacia Santiago. Es cuando Eugenio IV institucionaliza la perdonanza, o bula para quienes visitaran las reliquias (la Cruz de los Ángeles especialmente). Estos debían aportar una limosna siete días después del 14 de septiembre, fiesta de la exaltación de la cruz, a su vez aniversario de la consagración de la Iglesia del Santo Sepulcro de Jerusalén.

Así pues, de la ciudad sagrada a Oviedo y de ahí, al 21 de septiembre, que es precisamente… el día del apóstol San Mateo. Era el cierre del jubileo y coincide con el fin del verano: los fieles, al estar perdonados, podían celebrar a gusto un gran festejo. Algo similar, dicen los historiadores, a algunas fiestas paganas del otoño. Al parecer, San Mateo fue desplazando a la festividad de Santa Eulalia, que era en principio más importante hasta el siglo XIX, cuando hay constancia documental de los festejos mateínos en los archivos.  


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